?C¨®mo se preparan las ciudades para la pr¨®xima generaci¨®n anciana?
En 2040, Espa?a ser¨¢ el pa¨ªs con mayor esperanza de vida del mundo. Pensar en el futuro de los ancianos suele llevar a anticipar problemas en la Seguridad Social. Sin embargo, ?c¨®mo se preparan las urbes para ese momento? ?Merecer¨¢ la pena haber llegado a viejo?
Nos pasamos la vida tratando de alargarla, esforz¨¢ndonos por llegar a viejos al tiempo que veneramos la hermosa juventud. Dejamos muchas veces los sue?os ¨Catravesar el pa¨ªs en caravana- o los anhelos ¨Cescribir un libro- los deseos, aprender a bailar- para cuando ya resulta dif¨ªcil moverse sin que a uno le duela algo.
A d¨ªa de hoy, y salvo para unos pocos afortunados, la vejez tiende a ser un estado doloroso, bastante torpe, en general triste, muchas veces solitario y casi siempre sabio. ?Qu¨¦ hacemos con ese patrimonio? ?C¨®mo digieren las ciudades a sus viejos? ?Por qu¨¦ van a tratar las urbes mejor a los ancianos que lo hacemos nosotros en nuestras casas? ?Tienen ambas actitudes algo que ver? ?Podr¨ªa ser de otra manera? ?Podr¨ªa merecer la pena llegar a viejo si las ciudades contribuyeran a mejorar su vida cotidiana? Hace a?os que este blog defiende que la convivencia con los viejos y los ni?os es caballo ganador. Las mejores ciudades son las que piensan en estos dos grupos sociales. Idear las ciudades pensando en la tranquilidad y seguridad que necesitan ancianos y ni?os mejora la vida de todos los ciudadanos. Veamos un ejemplo concreto.
El Tur¨® de la Rovira es uno de los tres cerros que miran hacia Barcelona. Con el Carmel y la Creueta del Coll conforma el Parque de los tres Cerros, un mirador excepcional que buena parte de la ciudad ha ignorado durante d¨¦cadas. Hace siete a?os, Imma Jansana y Jordi Romero ganaron un Premio Europeo de Espacio P¨²blico por la recuperaci¨®n de las cumbres del cerro, lo que muy remotamente hab¨ªa sido un poblado ?bero (entre el siglo IV y el I A.C) y, m¨¢s recientemente, el lugar donde se instalaron las bater¨ªas antia¨¦reas para luchar contra los ataques de la aviaci¨®n fascista.
Durante los a?os 50, el Tur¨® de la Rovira fue un suburbio de autoconstrucci¨®n que con la erradicaci¨®n del barraquismo -en los a?os 90- los vecinos han ido tratando de dignificar. As¨ª, recientemente, el estudio gerundense Bosch Capdeferro construy¨® en una de sus calles, Mari¨¤ Lav¨¨rnia, las plazas-calle o la calle-plaza (Square Street). Este proyecto indaga en el car¨¢cter dom¨¦stico del lugar y dota a la colina de un acceso rodado, una rampa, al tiempo que convierte los bancales que bordean ese acceso en terrazas p¨²blicas. La idea es facilitar la movilidad, haciendo la calle y la cima del cerro accesible, y mejorar la vida, construyendo lugares de reuni¨®n con una intervenci¨®n m¨ªnima: dejando espacio para sacar una silla.
En el Tur¨® de la Rovira, los viejos tienen en la calle la extensi¨®n de su casa, un lugar para tomar el sol o ver pasar a los vecinos. Los vecinos tienen ese aviso, el lujo de saber que sus mayores est¨¢n acompa?ados. Los ni?os ven a diario lo que es importante en un barrio: poder compartir las calles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.