Amigos a los que no conocimos
A su muerte, el gran autor de manga Jiro Taniguchi dej¨® un tebeo sobre la naturaleza
Hay personas a las que uno nunca ha conocido, pero de las que se siente m¨¢s cerca que otras con las que se cruza o interact¨²a todos los d¨ªas. Jiro Taniguchi, el autor de manga (c¨®mic japon¨¦s) m¨¢s conocido en Occidente, falleci¨® en febrero de 2017 y su ¨²ltimo libro, El bosque milenario(Ponent Mon), apareci¨® en la primavera de 2018. Para los admiradores de su obra fue un regalo triste, un regalo porque se trataba de un nuevo libro de Taniguchi y triste porque el lector lo abr¨ªa con la certeza de que ya no habr¨¢ ning¨²n otro.
El bosque milenario recoge las obsesiones que vertebran la obra de Taniguchi: la familia, las ausencias ¡ªcuenta la historia de un ni?o que se va a vivir con sus abuelos ante la enfermedad de su madre¡ª, la dificultad para establecer relaciones y la naturaleza. Como se indica desde el propio t¨ªtulo, el verdadero protagonista es un bosque antiguo que surge despu¨¦s de un terremoto. Sus dibujos y su narrativa recuerdan m¨¢s al c¨®mic franc¨¦s que al japon¨¦s y, sobre todo, est¨¢ concebido desde una enorme libertad, como queda claro por el formato elegido (horizontal en vez de vertical, algo raro en los tebeos).
Un c¨®mic reciente narra la historia de su composici¨®n. Se trata de Cuadernos japoneses. El vagabundo del manga (Salamandra Graphic), del dibujante italiano Igort, que fue amigo de Taniguchi. Relata la ¨²ltima visita que le hizo en Tokio, cuando el maestro ya se encontraba enfermo, y c¨®mo hablaron de la vida y del arte sabiendo ambos que seguramente no volver¨ªan a verse. Taniguchi estaba orgulloso de la libertad expresiva, tem¨¢tica y formal que hab¨ªa logrado con este c¨®mic, el principio de una serie que nunca acab¨®. Solo dej¨® bocetos de los otros vol¨²menes.
Pero, aun as¨ª, lo importante no es tanto la forma, la delicadeza, precisi¨®n y complejidad de sus dibujos, sino el fondo. Como ocurre en otras de sus obras, El caminante o Los a?os dulces, pasan muy pocas cosas porque lo que trata de captar es la vida. Aqu¨ª, adem¨¢s, retoma una de las grandes obsesiones que marcaron sus ¨²ltimas obras: la relaci¨®n de la humanidad con la naturaleza, simbolizada en un viejo y sabio ¨¢rbol, y la necesidad de recuperar ese respeto profundo hacia el lugar en el que vivimos. Es el mensaje que nos deja para acabar el a?o este artesano del manga, este amigo al que nunca conocimos.
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