Nadie se maquilla como dice la RAE
Una campa?a propone redefinir el concepto de maquillaje para adaptarlo a los nuevos tiempos
¡°La belleza, para m¨ª, es estar c¨®moda conmigo misma. Eso, o un labial rojo de infarto¡±. Algunas estrellas, como la actriz Gwyneth Paltrow, no dudan en destacar el maquillaje como identidad y reafirmaci¨®n de uno mismo. Las dos acepciones actuales que recoge la Real Academia Espa?ola ¡ª¡°Aplicar cosm¨¦ticos a alguien o a una parte de su cuerpo, especialmente su rostro, para embellecerlo o modificar su aspecto¡± y ¡°Modificar la apariencia de algo para disimular su verdadera naturaleza¡±¡ª no se corresponden, sin embargo, con la realidad actual. Conceptos como arreglar o decorar la piel para ocultar ciertos rasgos, encuentran su origen en la palabra germ¨¢nica makar o modelar. O lo que es lo mismo: esculpir una nueva cara mientras nos maquillamos.
La campa?a de motivaci¨®n social de Shiseido propone redefinir el concepto de maquillaje, adapt¨¢ndose a los nuevos tiempos y mostrando fielmente qu¨¦ significa maquillarse hoy en d¨ªa. Su filosof¨ªa del J-Beauty (belleza japonesa o el maquillaje como arte) pasa por redefinir el verbo maquillar como la ¡°acci¨®n por la cual se reafirma o consolida la identidad de alguien a trav¨¦s de la aplicaci¨®n de productos cosm¨¦ticos¡±. De esta manera, se integra a las nuevas generaciones de j¨®venes, independientemente de su sexo, y a aquellas personas con un sentido m¨¢s sofisticado de lo est¨¦tico, para las que el maquillaje sirve para mucho m¨¢s que para esconder defectos. As¨ª se convierte en una herramienta con la que expresar la propia individualidad, redefiniendo, reimaginando y reinventando.
¡°Creo firmemente en el poder de las palabras y en su capacidad de evoluci¨®n, de adaptarse a las nuevas realidades que nos acompa?an¡±. La poeta y fil¨®loga segoviana Elvira Sastre plantea una reflexi¨®n sobre el papel que juegan las definiciones oficiales de las palabras en estos tiempos de vertiginosa transformaci¨®n social. ¡°No creo que eso pase por cambiarlas, pero s¨ª por redefinirlas, por aportarles un nuevo significado que se ajuste m¨¢s a su uso actual. Por eso, creo que la palabra ¡®maquillar¡¯ necesita esa nueva acepci¨®n que hable de identidad, de voluntad, de libertad y de reafirmaci¨®n en uno mismo¡±.
Elemento diferenciador
En el origen del hombre, el maquillaje expresaba los estados de ¨¢nimo, a base de arcilla y pinturas con ingredientes extra¨ªdos de la naturaleza. El maquillaje pas¨® de ser una herramienta decorativa ¨Cque reafirmaba pechos y caderas, s¨ªmbolos de la fertilidad¨C a un elemento de lujo, al que ten¨ªan acceso solo las clases altas. Los faraones egipcios exhib¨ªan su poder deline¨¢ndose los ojos; Cleopatra pint¨¢ndose los labios. Adem¨¢s de embellecer, Nefertiti remarcaba su mirada para espantar esp¨ªritus malignos. El privilegio continu¨® en la Antigua Grecia al ser usado solo por mujeres libres. Afrodita fue el paradigma del maquillaje natural y la est¨¦tica se convirti¨® en obsesi¨®n en Roma. Durante la puritana Edad Media se prohibi¨® radicalmente: la religi¨®n consideraba el maquillaje como algo indigno y ofensivo.
Del colorete sutil al lunar est¨¦tico durante el Renacimiento, donde imper¨® la tez blanca entre los nobles y el hombre se volvi¨® a maquillar. De nuevo, m¨¢s es m¨¢s. Los libros e inter¨¦s por el maquillaje aumentan, para ¡°corregir¡± los defectos e incluso ¡°reconciliar matrimonios¡±. Durante los siglos XVII y XVIII, se exagera el colorete sobre la piel blanca unisex, s¨ªmbolo de prestigio y de buena salud. En Jap¨®n se exhiben las geishas, p¨¢lidas y con los labios de un rojo intenso. Un siglo despu¨¦s, la obsesi¨®n por parecer enfermos pone de moda la ojera azulada y las mejillas rosa p¨¢lido. En la ¨¦poca victoriana, solo las prostitutas, las actrices y las clases bajas usaban abundante maquillaje.
El siglo XX lo cambia todo. En los locos a?os veinte, las actrices son iconos de belleza, la mujer se libera. Vive una etapa transgresora. El maquillaje se democratiza en los treinta, triunfa lo femenino y el glamour. La guerra acent¨²a los tonos oscuros y el eyeliner en ojos melanc¨®licos en la d¨¦cada de los cuarenta. La mujer deja de trabajar en la industria y se vuelve a las paletas de colores m¨¢s alegres en los cincuenta. Una d¨¦cada despu¨¦s, triunfan los j¨®venes con una expresi¨®n infantil: ojos exagerados, sombras de colores, pesta?as postizas. El movimiento hippie apoya un maquillaje m¨¢s natural en los a?os setenta. La brillantina de la m¨²sica disco; el oscuro punk y el colorido glam rock conviven en los movidos a?os ochenta. En los noventa se regresa a un estilo neutral, con brillo en vez de pintalabios, m¨¢s deportivo.
El maquillaje ha seguido evolucionando en el nuevo milenio, reflejando los cambios sociales y culturales, acentuando los rasgos positivos, pareciendo saludables pero sin necesidad de corregir o tapar las imperfecciones. Ya es hora de empoderar y reivindicar la verdadera identidad. O como dice la todoterreno Lady Gaga: ¡°Independientemente del maquillaje que use, sigo siendo la misma persona por dentro¡±.
Mi ¡°yo¡± interior
?¡°Para m¨ª, maquillarse es encontrar tu verdadera identidad, qui¨¦n eres y qui¨¦n quieres ser. Reinvento mi vida con cada personaje¡±, confirma el actor y director Paco Le¨®n. Una idea a la que se suma la actriz B¨¢rbara Lennie, que dice identificarse con ¡°todas las miradas de las mujeres¡± a las que interpreta. Ella, adem¨¢s, apoya la redefinici¨®n del t¨¦rmino: ¡°En la RAE hay varios conceptos que se deber¨ªan revisar porque la sociedad y las mujeres avanzamos a pasos agigantados¡±.
Mientras la actriz Ana Polvorosa cree que ¡°cada vez le damos m¨¢s importancia a ser nosotros mismos, y maquillarse es una buena manera de expresar como te sientes¡±, la dise?adora Agatha Ruiz de la Prada confiesa que ya no se maquilla ¡°para epatar¡±: ¡°Ahora lo hago para sentirme guapa¡±. Se suman a la campa?a la actriz transexual Abril Zamora ¨Cque cree que el maquillaje ¡°ayuda a mostrarte como t¨² quieras ser¡±¨C, la bailarina japonesa Haruhi Otani, Jamal Hussein, un modelo de 18 a?os que huy¨® de Somalia hace una d¨¦cada para evitar participar en la guerrilla, y el artista y estilista Javier de la Blanca, que reivindica la libertad de no definir su g¨¦nero o de definirlo cada ma?ana cuando se levanta.
El artista malague?o Ernesto Artillo, art¨ªfice del v¨ªdeo, cree que ¡°maquillarse tiene que ver con una forma de expresarte. Igual que el vestuario o las palabras, es una herramienta m¨¢s con la que, queramos o no, nos estamos comunicando. Y ya que tenemos esta forma de interactuar, ?por qu¨¦ no hacerlo de la manera m¨¢s libre posible? Y, sobre todo, utilizando el maquillaje como una poderosa herramienta visual¡±. Artillo es conocido por dise?ar los trajes feministas ¡ªque evocan con l¨ªneas simples sobre la tela las formas de la mujer ¡ª que han lucido la actriz Alba Flores, el cantante Alfred en Operaci¨®n Triunfo o la actual vicepresidenta Carmen Calvo, Artillo cree que ¡°la mejor versi¨®n de una propia identidad es el m¨¢ximo exponente de uno mismo¡±.
¡°Amo la confianza que el maquillaje me da¡±, resum¨ªa la top model y presentadora televisiva Tyra Banks. M¨¢s all¨¢ de la apariencia, en el maquillaje subyace el poder de transmitir la belleza del alma. El 67% de las espa?olas se maquilla a diario porque haci¨¦ndolo se ven y se sienten mejor. Unos labios rojos llaman m¨¢s la atenci¨®n, el colorete transmite amabilidad y buena salud. Los ojos maquillados restan a?os y ofrecen una mirada m¨¢s despierta.
Si psicol¨®gicamente el maquillaje refuerza la confianza en uno mismo, en el ¨¢mbito art¨ªstico ha servido para reflexionar sobre la construcci¨®n del yo. Desde Charles Baudelaire, que destacaba en Elogio del maquillaje (de El pintor de la vida moderna) c¨®mo debajo de la m¨¢scara se esconde otra, cual envoltura; a los rostros pintados en sus cuadros pop art por Andy Warhol. Del uso excesivo de la cosm¨¦tica en los retratos de Cindy Sherman a los afeites ¨¦picos en las obras de Matthew Barney. Para el fot¨®grafo Leland Bobb¨¦, que retrat¨® a varias drag queens con la mitad del rostro maquillado, el verdadero yo se encuentra en esa parte maquillada. Porque el maquillaje, en efecto, solo puede reafirmar y consolidar nuestra propia identidad, algo de lo que la RAE deber¨ªa tomar nota.
Esta noticia, patrocinada por Shiseido, ha sido elaborada por una colaboradora de EL PA?S.
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