Cu¨¢ntas dictaduras caben en ti
En 40 a?os hemos pasado de llamar dictadura a un r¨¦gimen pol¨ªtico a llam¨¢rselo a una opini¨®n contraria
Uno de los mejores s¨ªntomas del progreso en Espa?a es que en 40 a?os hemos pasado de llamar dictadura a un r¨¦gimen que prohib¨ªa los partidos pol¨ªticos y encarcelaba y fusilaba a los disidentes a llamar dictadura a no poder escribir nada sin que los dem¨¢s te contesten. En eso, b¨¢sicamente, consiste la dictadura del feminismo radical que proclam¨® ayer la vicesecretaria de comunicaci¨®n del PP, Isabel D¨ªaz-Ayuso, y que tantos defensores tiene en su oficio y el m¨ªo: no hay manera de decir nada sin que aparezca una opini¨®n contraria. Se trata de una clase de dictadura, como la de la correcci¨®n pol¨ªtica, que desaparecer¨ªa autom¨¢ticamente si desaparece la democracia. Se considera democracia el sistema pol¨ªtico que te da derecho a vivir bajo la dictadura que prefieras.
Como no todo son buenas noticias, un pa¨ªs en el que el 95% de los condenados por violencia en la pareja y pr¨¢cticamente el 100% de los agresores sexuales son hombres se ha puesto a discutir en los medios de comunicaci¨®n de masas, no en un chat de zumbados, si existe la violencia de g¨¦nero. Es decir, si esos porcentajes son casualidad o tiene algo que ver el g¨¦nero de los agresores y el de las agredidas. Todo ello animado por un partido ultraderechista que quiere eliminar los ¡°chiringuitos¡± feministas, palabra que hace a?os hubo que acomodar al ¨¢mbito administrativo para poder explicar a qu¨¦ se dedicaba en la vida Santiago Abascal, el l¨ªder de ese partido. Partido cuyos jefes y animadores no reconocen las cifras oficiales de violencia de g¨¦nero por venir de las instituciones, como explic¨® el escritor S¨¢nchez Drag¨®, que ha dicho documentarse con memes: c¨®mo va a aceptar nadie las cifras aportadas por el mismo Gobierno que decreta la ley. Qui¨¦n se va a creer que hay tantos accidentes de tr¨¢fico en Espa?a si es ?la propia Direcci¨®n General de Tr¨¢fico! la encargada de contabilizarlos con el objeto de restringirnos el alcohol y la velocidad.
Son tiempos extra?os, tal y como ha confesado la propia Isabel D¨ªaz-Ayuso: ¡°Para ser mejor mujer no tengo por qu¨¦ ser feminista¡±, es decir, que para ser mejor mujer no hace falta querer que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres. Ella misma anticipa otra dictadura (no damos abasto): una encabezada por Podemos tras la formaci¨®n de un nuevo Frente Popular.
As¨ª que 40 a?os despu¨¦s de la muerte de Franco no se puede decir que a Espa?a le hayan ido mejor las cosas. Sobrevive la dictadura franquista enmascarada en una falsa democracia, ha emergido la dictadura del feminismo radical y est¨¢ en su apogeo la dictadura de lo pol¨ªticamente correcto. Todas tienen algo en com¨²n: est¨¢n formadas por dem¨®cratas. De esta manera, uno es m¨¢s dem¨®crata seg¨²n el n¨²mero de dictaduras a las que est¨¦ sobreviviendo; la ¨²nica ense?anza es que no se puede ser dem¨®crata en una democracia.
Como dem¨®crata que tambi¨¦n soy yo, aunque no s¨¦ cu¨¢nto tiempo podr¨¦ sobrevivir sin opresi¨®n, asumo las cr¨ªticas recibidas en los ¨²ltimos d¨ªas por haber dicho una sandez contra el partido Vox. Tras leer las opiniones de su hombre elegido para ser candidato a gobernar Andaluc¨ªa y el hombre que acaban de fichar para comunicar mejor (lo deb¨ª haber hecho antes) tengo que rectificar: Vox, adem¨¢s de ser hom¨®fobo ¨²nicamente respecto a los gais, no est¨¢ contra las mujeres ni ha hecho de ellas su caballo de batalla, como dije en la cadena SER. Solo contra las putas, las gordas, las bolleras, las brujas, las piojosas y las feminazis. Las dem¨¢s, les gustan. Sin machismos ni historias.
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