Si los Reyes son los padres, los ¡®menas¡¯ son los ni?os
La guerra de las palabras ha empezado y ¨¦sa s¨ª que intenta colar una ideolog¨ªa
Por fortuna, ambos se equivocaron. Pero si al final los Reyes Magos fueran los padres, como propuso el Baltasar de Andoain en el lapsus m¨¢s inquietante de las Navidades pasadas; o los ni?os no deben seguir creyendo en Santa Claus, como sugiri¨® Trump a un peque?o que le telefone¨® para felicitarle las fiestas y que acab¨® con un consejo de hombre a hombre por parte del presidente (¡°divi¨¦rtete, chaval¡±); es posible que debamos plantearnos jugar a otra cosa: probemos a quitar el velo a las palabras disfrazadas para tapar verdades. No en el m¨¢gico mundo navide?o, sino en el de la realidad.
La guerra de las palabras ha empezado, y sus armas toman forma de eufemismos, provocaciones y vocablos de una correcci¨®n pol¨ªtica que, de tan insoportable, empieza a ser ineficaz. Los menas que Pablo Casado quiere devolver a sus pa¨ªses de forma acelerada no son acr¨®nimos vivientes formados por la uni¨®n de elementos de dos o m¨¢s palabras (en este caso menores extranjeros no acompa?ados), no. Son ni?os. Son menores no acompa?ados a los que el PP no sabe dar una respuesta humanitaria y a los que adem¨¢s utiliza para azuzar su nuevo toque xen¨®fobo. El t¨¦rmino ¡°violencia de g¨¦nero¡± no convence a la Iglesia, que denuncia desde hace muchos a?os lo que considera una ideolog¨ªa, y no una realidad, ni a una derecha que ha encontrado en la ¡°violencia dom¨¦stica¡± una forma de aniquilar de un plumazo la consideraci¨®n especial que ha requerido la vulnerabilidad de la mujer en la realidad hist¨®rica de la convivencia en pareja.
A la izquierda, por otro lado, el lenguaje de la correcci¨®n pol¨ªtica empieza a ser tan cargante que se aleja de la gente de carne y hueso. Devoren Lectura f¨¢cil (Anagrama, el ¨²ltimo y genial premio Herralde, de Cristina Morales) y descubrir¨¢n c¨®mo las cuatro protagonistas se r¨ªen y nos hacen re¨ªr de las ¡°soluciones habitacionales¡± del universo Colau, de la ¡°vivienda digna-que-no-burguesa¡±, y de la gradaci¨®n de la discapacidad como pasaporte a la ¡°institucionalizaci¨®n¡±. Mientras la pol¨ªtica se aleja de las personas, las personas se alejan de la pol¨ªtica, y tal vez todos nos hemos vuelto inasequibles. Pero la guerra tiene un objetivo: si hay menas en lugar de ni?os; si hay violencia dom¨¦stica en lugar de machista; si hay gestaci¨®n subrogada en lugar de madres de alquiler, se cuela una ideolog¨ªa ¡ªesa s¨ª, ideolog¨ªa¡ª deseosa de torcer la realidad.
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