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La participaci¨®n de los inmigrantes, que es legal si hay reciprocidad, puede cambiar el equilibrio del voto municipal
Nos rasgamos las vestiduras ¡ªalgunos, espero que no demasiado pocos¡ª despu¨¦s de ver los resultados de las elecciones andaluzas. Se achaca el resultado a una enorme abstenci¨®n de los desganados por ver que se habla mucho de Andaluc¨ªa y poco de los andaluces de a pie. Tambi¨¦n se atribuye a los desenga?ados de tanta promesa incumplida, a muchos de los cuales su desesperaci¨®n les ha llevado con enga?os y mixtificaciones a la boca del lobo. Y s¨ª, ah¨ª est¨¢ parte de la clave del resultado. Nadie se acuerda de que podr¨ªa haber habido un ant¨ªdoto para contrarrestar el efecto de la irrupci¨®n de esta extrema derecha que ha enarbolado a manera de espantajo al inmigrante, convertido en chivo expiatorio de la crisis y en el culpable del malestar de los andaluces sin trabajo. Me refiero al voto inmigrante.
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Nuestra Constituci¨®n, en el art¨ªculo 13.2, permite, mediante tratado o ley, el sufragio activo en las elecciones municipales y auton¨®micas de los extranjeros cuyos pa¨ªses reconozcan la reciprocidad en sus comicios para los espa?oles all¨ª residentes. Marruecos, desde su Constituci¨®n de 2011, admite en su art¨ªculo 30 el voto para los extranjeros que all¨ª residen ¡°en virtud de la ley, de la aplicaci¨®n de acuerdos internacionales o de pr¨¢cticas de reciprocidad¡±.
?Qu¨¦ se ha hecho para incorporar en las reuniones de alto nivel entre Espa?a y Marruecos este tema? ?No fueron los a?os de Rajoy, cuando Espa?a destac¨® como el primer exportador a Marruecos? ?Por qu¨¦ nunca se suscit¨® este tema? ?A nadie se le ha ocurrido que tal vez en Catalu?a otro hubiera sido el signo del Parlament con un voto de los m¨¢s de 200.000 inmigrantes marroqu¨ªes? ?Y ahora en Andaluc¨ªa, donde residen 263.309 marroqu¨ªes?
No. No creo que haya sido olvido. Tal vez se haya calculado lo que no conven¨ªa, porque los marroqu¨ªes residentes en Espa?a tienen olfato para conocer de cerca las pol¨ªticas de cara a la inmigraci¨®n que han puesto en pr¨¢ctica unos y otros partidos.
Lo importante no es la instrumentalizaci¨®n de este voto inmigrante para contrarrestar radicalidades nacionalistas o/y xen¨®fobas, sino que el voto convierte al inmigrante en uno m¨¢s de aqu¨ª, en ciudadano con derechos, y convierte al electo municipal o auton¨®mico en alguien que ya no puede utilizar al inmigrante como objeto al que criminalizar y del que servirse para atraer el voto del miedo, sino como sujeto al que tiene tambi¨¦n que atender para satisfacer sus derechos.
En los pr¨®ximos comicios ser¨ªa insensato e injusto excluir al medio mill¨®n de marroqu¨ªes residentes en Espa?a que tendr¨ªan derecho al voto
Por supuesto que con los 131.000 marroqu¨ªes empadronados en Andaluc¨ªa, o el porcentaje de ellos que hubieran decidido ir a las urnas, no se hubieran disminuido los casi 400.000 que Vox logr¨® reba?ar de tanto desmoralizado, pero tambi¨¦n desorientado que hay en la regi¨®n. Pero el sistema electoral hubiera producido otros reajustes que tal vez hubieran ayudado a conformar mayor¨ªas m¨¢s libres de hipotecas que las que hoy van a producirse.
Las elecciones que vienen van a ser municipales y auton¨®micas. Ser¨ªa insensato e injusto dejar por excluidos a los m¨¢s de 700.000 marroqu¨ªes residentes en Espa?a de los que medio mill¨®n tendr¨ªan derecho al voto. ?Qu¨¦ impacto causar¨ªan sobre el pr¨®ximo mapa auton¨®mico espa?ol si votasen, pongamos, 40.000 o 50.000 marroqu¨ªes en Madrid, 50.000 o 60.000 en Murcia o Valencia?
Desde luego, a escala municipal, otro gallo podr¨ªa cantar en muchos municipios de Espa?a. El efecto podr¨ªa ser notable en no pocas localidades de Catalu?a, la regi¨®n con mayor n¨²mero de marroqu¨ªes del pa¨ªs, o de Murcia, o Madrid, o de la misma Andaluc¨ªa. Quiz¨¢ el ejemplo reciente de El Ejido no sea el m¨¢s apropiado por su car¨¢cter excepcional, pero puede servir para reflexi¨®n: el padr¨®n municipal del municipio cuenta con 17.600 marroqu¨ªes, y los votos de Vox, el partido vencedor, fueron 7.377, 6.726 para el Partido Popular, 4.044 para Ciudadanos, 3.949 para el PSOE y 1.942 para Adelante Andaluc¨ªa. ?Qu¨¦ impacto sobre este resultado hubiera tenido si, por ejemplo, hubiese tenido derecho al voto pongamos que el 60 % de los marroqu¨ªes empadronados? En la liza electoral el tema ¡°inmigraci¨®n¡± cobrar¨ªa m¨¢s peso a¨²n.
No s¨¦ si a las alturas que estamos, con el panorama pol¨ªtico tan crispado en nuestro pa¨ªs, es el momento de plantear esto que lleva ya siete a?os de retraso. En la coyuntura de las relaciones con Marruecos, en que parece que se reclaman por parte de este pa¨ªs ventajas para sus ciudadanos a cambio de su mayor implicaci¨®n en hacer de barrera a la inmigraci¨®n ilegal, no se deber¨ªa dejar de lado este aspecto, aunque Marruecos, que no deja votar a sus expatriados en sus propios comicios, no se sabe si mostrar¨ªa demasiado inter¨¦s en que se reconociera este derecho a sus emigrados en Espa?a.
Desde nuestro pa¨ªs, con una medida as¨ª, permiti¨¦ndoles votar, se dejar¨ªa de excluir a quienes no ser¨ªan ya meros comparsas, espectadores de un asunto entre espa?oles, sino una parte del nosotros de hoy y de ma?ana.
Bernab¨¦ L¨®pez Garc¨ªa es catedr¨¢tico honorario de Historia del Islam Contempor¨¢neo en la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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