¡®Los abrazos rotos¡¯ | ?Es de mala educaci¨®n saludar haciendo la cobra?
Por supuesto, nosotros queremos que nuestra hija sea independiente, aut¨®noma y libre, que exprese su amor de manera voluntaria y espont¨¢nea y no obligada
Ni?os de los ochenta, haced memoria: cuando te topabas con alg¨²n adulto que era amigo, conocido o saludado de la familia, tocaba el obligatorio beso baboso que te dejaba las mejillas como acabadas de salir de un t¨²nel de lavado. Nuestras abuelas ten¨ªan muchas amigas muy besuconas, pero la vida era as¨ª y la acept¨¢bamos, limpi¨¢ndonos despu¨¦s con disimulo.
Ya de adulto, cuando alg¨²n amigo me ha presentado a sus cr¨ªos y estos no solo no han sonre¨ªdo, sino que no han dicho ni hola o han soltado un gru?ido, mi primera impresi¨®n ha sido: ¡°Menudo salvaje malcriado tienen estos. A este cr¨ªo no lo socializa ni Rousseau¡±.
Bueno, pues ahora mi hija est¨¢ en esa etapa. (Y toda su pandilla, eh, que repartido entre varias familias es menos estresante).
Y nuestros amigos sin hijos ponen la misma sonrisa de compromiso y comprensi¨®n forzada cuando ella les hace un feo.
Sin darnos cuenta, quiz¨¢ por cultura interiorizada, porque no nos gusta ofender a los que apreciamos, o porque ahora los primerizos participamos en una competici¨®n sutil de crianza, acabamos dici¨¦ndole a la ni?a:
Dale un besito a X (cuando son familia o amigos cercanos) o dile hola a Y (si es agregado en Facebook pero no le dejar¨ªas las llaves de tu casa).
Dos amigas, Helena Pons y Libna Duque, nos hicieron reflexionar sobre el asunto y se lo agradezco, porque adem¨¢s de mejorar como padres, me sirve como material de columna paternal.
No hay que obligar a los ni?os a dar besos y abrazos si no quieren, ni comprar su amor instant¨¢neo con caramelos, que eso es de bruja de Hansel y Gretel. Y tambi¨¦n es chantaje emocional reforzar la tristeza del adulto cuando se siente rechazado por el ni?o, porque regalarle el pack premium de sentimiento de culpabilidad a un cr¨ªo tampoco est¨¢ recomendado por los expertos (a menos que sean terapeutas con deudas y necesiten ampliar su lista de pacientes).
Por supuesto, nosotros queremos que nuestra hija sea independiente, aut¨®noma y libre, que exprese su amor de manera voluntaria y espont¨¢nea -que lo hace y mucho y es maravilloso-, y yo siempre la protejo de desconocidos que quieren pellizcarla o de amigos que dan besos en la boca (que es algo muy inquietante de contemplar cuando lo hacen con sus propios hijos y siempre me recuerda a un cap¨ªtulo de Expediente X en la que Mulder y Scully encuentran a una mujer atada debajo de una cama y ¡°lo que sucedi¨® a continuaci¨®n te sorprender¨¢¡±).
?D¨®nde est¨¢ la l¨ªnea entre la buena educaci¨®n y el chantaje emocional? ?C¨®mo podemos hacer que el familiar ninguneado no se marche triste sin entristecer a nuestra propia hija? ?C¨®mo podemos educar de manera fluida?
De momento hemos llegado a la soluci¨®n mixta de saludar con el pie o de chocar las manos en plan pandillero, que al menos genera interacci¨®n. Pero me encantar¨¢ leer vuestros consejos en los comentarios.
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