La respuesta es periodismo
La informaci¨®n independiente y rigurosa es el ¨²nico remedio ante la p¨¦rdida de confianza de los lectores en los peri¨®dicos
La doble crisis que golpea a los medios de comunicaci¨®n ¡ªla financiera y la de credibilidad¡ª ha deteriorado la relaci¨®n entre la prensa y los lectores. El negocio tradicional ha quebrado sin una alternativa clara con la consiguiente reducci¨®n de plantillas y sueldos en las redacciones y la sustituci¨®n de editores cl¨¢sicos por empresarios nuevos en el sector. En paralelo, los periodistas hemos bajado la guardia con la correspondiente p¨¦rdida de confianza de los ciudadanos.
A todo ello se suman el ruido en redes y tertulias, el dominio del tr¨¢fico informativo por gigantes de Internet y las inversiones de l¨ªderes o Estados para manipular noticias. En Espa?a se a?ade un ambiente pol¨ªtico en el que todo es blanco o negro, tambi¨¦n al juzgar a la prensa.
Velar¨¦ especialmente para que las noticias est¨¦n respaldadas por fuentes adecuadas, elemento crucial para que la informaci¨®n sea o no cre¨ªble
Solo hay una respuesta adecuada frente a todo eso: m¨¢s periodismo independiente y profesional. El relevo del Defensor del Lector propicia el repaso de los principios y buenas pr¨¢cticas en EL PA?S. Su cumplimiento es la defensa de los lectores, que tienen derecho a estar bien informados para entender la realidad y formarse su criterio. La salvaguardia de ese derecho como "la raz¨®n ¨²ltima del trabajo redaccional" figura en el Estatuto de la Redacci¨®n, donde se afirma que el peri¨®dico "rechazar¨¢ cualquier presi¨®n de personas, partidos, grupos econ¨®micos, religiosos o ideol¨®gicos que traten de poner la informaci¨®n al servicio de sus intereses".
En el Libro de Estilo est¨¢n esos principios. Una prueba de la preocupaci¨®n por cumplirlos es el esfuerzo diario de los redactores. Y otra, la subsistencia de la figura del Defensor desde 1985. Diarios prestigiosos como The New York Times o The Washington Post han prescindido de ese a veces molesto cargo.
Pese a todo, los peri¨®dicos no hemos ofrecido siempre esa informaci¨®n rigurosa, fiable, independiente. Lo reconocen muchos profesionales de este y otros medios. Y los lectores, claro. Seg¨²n un sondeo del Pew Research Center de mayo, solo el 31% de los espa?oles se f¨ªa de la prensa, porcentaje muy inferior al de Holanda (67%), Alemania o Suecia (64% en ambos casos).
Hemos decepcionado a los ciudadanos porque se han incumplido normas b¨¢sicas. Una fundamental por la que velar¨¦ especialmente se refiere a las fuentes de informaci¨®n, elemento crucial para que una noticia sea o no cre¨ªble. Aun respetando el anonimato si as¨ª lo pide el informante, el periodista debe citarlas lo m¨¢s concretamente posible para dar esa credibilidad.
Las informaciones, dice nuestro Libro de Estilo, "solo" pueden ser obtenidas por tres v¨ªas: la presencia en el lugar de los hechos, la narraci¨®n por una tercera persona o el manejo de documentos. Y advierte: "El lector tiene derecho a conocer cu¨¢l de las tres posibilidades se corresponden con la noticia".
Raro es el d¨ªa, sin embargo, en el que no aparecen noticias sin fuentes concretas. El domingo pasado, se afirmaba en una cr¨®nica: "En el PP nacional reconocen que su partido en Madrid es un 'nido de v¨ªboras y familias' con ramificaciones empresariales y policiales en donde es f¨¢cil arruinar tu carrera pol¨ªtica". Semejante descalificaci¨®n exige precisar m¨¢s su origen.
Estos d¨ªas se han publicado noticias fechadas y firmadas en Madrid sobre hechos en Suecia, Polonia o Grecia y sin mencionar las fuentes de datos que figuraban incluso en titulares. Se debiera haber compartido la firma con la agencia o el medio del que se extrajeron los elementos importantes. O al menos mencionarla en las primeras l¨ªneas. As¨ª lo exige el Libro de Estilo que, adem¨¢s, aclara: "Se citar¨¢ siempre una fuente cuando el periodista no haya estado presente en la acci¨®n que transmite".
A veces se usa como fuente el latiguillo "seg¨²n ha podido saber este peri¨®dico", como si la noticia hubiera llegado por ciencia infusa. La f¨®rmula solo puede ser excepcional, pero recomiendo prohibirla en la revisi¨®n del Libro de Estilo. Su coordinador, ?lex Grijelmo, lo asume.
Vigilar¨¦ tambi¨¦n la observancia de otros principios: desde evitar el conflicto de intereses hasta separar claramente informaci¨®n y opini¨®n pasando por el tratamiento adecuado de las im¨¢genes o la publicidad. Y, desde luego, por la transparencia, por contar a los lectores qu¨¦ ocurre en la empresa editora o por qu¨¦ el peri¨®dico publica unas noticias y desecha otras.
"El inter¨¦s del lector prevalece sobre cualquier otro", afirma nuestro c¨®digo. Por eso, todos los periodistas debemos ser defensores de los lectores, aunque el t¨ªtulo lo lleve solo uno.
En los pr¨®ximos d¨ªas, el blog del Defensor en la web incluir¨¢ un apartado en el que responder¨¦ a quejas y sugerencias. Como han hecho mis predecesores, tambi¨¦n tratar¨¦ temas espec¨ªficos en art¨ªculos que aparecer¨¢n en la web y el papel.
Para todo ello, les animo a que participen para mejorar nuestro peri¨®dico, su peri¨®dico. En la primera intervenci¨®n ante los periodistas del diario, la actual directora, Sol Gallego-D¨ªaz, afirm¨®: "En esta redacci¨®n solo se pide obediencia al Libro de Estilo". Pues eso.
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