Por qu¨¦ se rompe Podemos

Que la fuerza de Podemos est¨¢ en declive lo refleja incluso la poco sorprendente, por previsible y esperada, ¨²ltima crisis. La decisi¨®n de Errej¨®n de lanzar una candidatura propia es una forma de intentar alterar el curso que Podemos hab¨ªa tomado en los ¨²ltimos tiempos. Y con ello, ensayar respuestas alternativas a los tres dilemas principales que han venido marcando el paso de la formaci¨®n.

De entrada, un dilema estrat¨¦gico sobre qu¨¦ deb¨ªa ser Podemos y, en consecuencia, a qu¨¦ electores ten¨ªa que dirigirse y con qu¨¦ mensajes. ?Deb¨ªa Podemos conformarse con acabar siendo un partido de izquierda radical, la conciencia cr¨ªtica del PSOE, una IU modernizada que aspirara a completar mayor¨ªas parlamentarias, o, por el contrario, cab¨ªa seguir intentando un proyecto de renovaci¨®n transversal, menos definido ideol¨®gicamente y m¨¢s dispuesto a atraer el espacio moderado que ocupa el socialismo? Tras irrumpir con la segunda estrategia, el Podemos de esta legislatura ha ido asumiendo cada vez m¨¢s la primera. Frente a eso, Errej¨®n parece adoptar la l¨ªnea que en otros pa¨ªses han ensayado formaciones progresistas como los Verdes, en un contexto muy distinto al espa?ol: desde hace seis meses, la socialdemocracia ha regresado al poder con un proyecto y un liderazgo muy renovado. Recordemos que el ¨¦xito de Podemos en 2015-2016 se erigi¨® sobre una potente capacidad de atracci¨®n de antiguos votantes socialistas. Desde la moci¨®n de censura de junio se hab¨ªa activado un flujo de retorno de esos apoyos.

Adem¨¢s, un dilema organizativo ha ido minando su margen de adaptaci¨®n a la diversidad territorial de su electorado: ?deb¨ªa reforzar la centralizaci¨®n ante las confluencias o mantener su esquema de confederaci¨®n territorial de las izquierdas? Podemos ha tratado de ir ajustando el control sobre las diversas coaliciones territoriales, a menudo con resultados desiguales y provocando conflictos irresueltos. La lista de Podemos amenazaba con ser una operaci¨®n m¨¢s de control del aparato central y Errej¨®n ha decidido romper la baraja. Por eso, su nueva propuesta puede recoger enormes simpat¨ªas entre las confluencias auton¨®micas, tras las fricciones constantes con los cuarteles centrales. Pero de ah¨ª a que estas cambien de bando hay un largo trecho: ser¨¢ necesario que Errej¨®n demuestre que ser¨¢ capaz de derrotar a Iglesias.

Y en ese punto se manifiesta el tercer dilema de Podemos: ?partido del l¨ªder carism¨¢tico, Pablo Iglesias, o institucionalizaci¨®n, esto es, consolidaci¨®n de una organizaci¨®n que sobreviva a sus creadores? La elevad¨ªsima circulaci¨®n de los l¨ªderes de la nueva pol¨ªtica (en cuatro a?os se han quemado la mayor¨ªa de dirigentes nacionales y auton¨®micos que ha lanzado la formaci¨®n) parec¨ªa favorecer inevitablemente lo segundo. Pero Errej¨®n ha apostado por mantener el principio cesarista en su desaf¨ªo, fiando sus opciones a la atracci¨®n personal que irradie el nuevo proyecto. A¨²n quedan semanas para que se concrete el alcance de la operaci¨®n Carmena/Errej¨®n, pero si se resuelve con ¨¦xito, la respuesta que Errej¨®n daba a estos dilemas augura que la nueva fuerza ser¨¢ esencialmente distinta a lo que Podemos ha acabado siendo hoy.

Juan Rodr¨ªguez Teruel es profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Valencia.

Este art¨ªculo ha sido elaborado por Agenda P¨²blica, para EL PA?S.