C¨®mo hacer un huerto en la Luna
En 2019, una planta brot¨® por primera vez en el sat¨¦lite. Varios proyectos trabajan para desarrollar una agricultura que alimente a los futuros colonos

En 2019, una planta comenz¨® a crecer por primera vez en la Luna. Durante unas horas, un brote surgi¨® de una semilla de algod¨®n enviada por China en una biosfera en miniatura junto a semillas de otros vegetales y huevos de mosca de la fruta en la sonda Chang¡¯e 4. La vida ef¨ªmera de la planta no ofrecer¨¢ demasiada informaci¨®n sobre el desarrollo vegetal en las condiciones de la gravedad lunar, pero es un paso m¨¢s para hacer posible la siguiente etapa de exploraci¨®n espacial tras la retirada de la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS). Una futura colonia en la Luna, que China ya plantea para la d¨¦cada de 2030, necesitar¨¢ sus propios alimentos.
Desde que en 1982 los cosmonautas rusos lograron hacer crecer una planta de Arabidopsis thaliana, un tipo de hierba, a bordo de la estaci¨®n espacial Salyut 7, las tecnolog¨ªas para cultivar vegetales en el espacio han seguido progresando. En el verano de 2015, los astronautas estadounidenses comieron por primera vez de forma oficial lechuga cultivada a bordo de la ISS. Los cosmonautas rusos llevan consumiendo parte de su cosecha desde 2003.
Para dar el siguiente paso, varios grupos de investigaci¨®n de todo el mundo est¨¢n llevando a cabo proyectos para recrear el terreno marciano o el de la Luna y definir y resolver los problemas que se encontrar¨¢n los astronautas agricultores. Wieger Wamelink, investigador de la Universidad de Wageningen (Holanda), es uno de estos investigadores. ¡°Por un lado, se podr¨ªan hacer cultivos hidrop¨®nicos en infraestructuras bajo tierra. Creo que eso lo podr¨ªamos hacer si cont¨¢semos con los recursos necesarios y no ser¨ªa demasiado dif¨ªcil¡±, explica Wamelink. Sin embargo, ese sistema, que no necesitar¨ªa de un suelo y aportar¨ªa a las plantas sus nutrientes disueltos en agua, requiere una mayor cantidad de energ¨ªa y no permitir¨ªa cultivar alimentos b¨¢sicos como las patatas. Se deber¨ªan combinar ambas t¨¦cnicas. ¡°Las patatas dan mucho mejor rendimiento que, por ejemplo, el arroz, son muy importantes¡±, puntualiza Wamelink.
El cultivo en el suelo lunar requiere una adaptaci¨®n. Por ahora, en los suelos de luna simulados ¡°hemos logrado unas cosechas equivalentes al 50% de las que conseguimos en suelo terrestre¡±, se?ala. ¡°Creo que uno de los problemas es la cantidad de aluminio que hay en el suelo de la Luna, que es t¨®xico para las plantas¡±, a?ade. Una de las formas de mejorar ese problema ser¨ªa a?adir materia org¨¢nica que se podr¨ªa obtener de las heces de los astronautas y de los restos de las plantas que no se comiesen.
Otra de las dificultades para cultivar vegetales en la Luna es que su suelo es muy ¨¢spero. En la Tierra, el agua o el viento desgastan las part¨ªculas y las hacen m¨¢s redondeadas, pero en la Luna no existen esos fen¨®menos y al ser m¨¢s afiladas provocan fugas en las ra¨ªces de las plantas, que crecen peor. Adem¨¢s, tanto en la Luna como en Marte, los futuros colonos echar¨¢n en falta nitr¨®geno en el suelo. ¡°En Marte o la Luna, el suelo tiene casi todos los nutrientes que necesitan las plantas, pero no tiene apenas nitr¨®geno¡±, apunta Wamelink. En la Tierra, este elemento llega de la materia org¨¢nica que en la Luna se deber¨ªa incorporar, entre otras cosas, reciclando las heces y la orina de los astronautas, que, sobre todo al principio, ser¨ªan la principal fuente de nitr¨®geno. ¡°Una vez que tuvi¨¦semos nitr¨®geno en el sistema, se tratar¨ªa de reciclarlo¡±, plantea.
Junto a los astronautas, en los viajes de colonizaci¨®n tambi¨¦n deber¨ªan viajar otros animales que colaboren en el cultivo. Adem¨¢s de las bacterias para producir nitr¨®geno utilizable por las plantas, ser¨ªa necesaria una cantidad de lombrices de distintas especies para empezar a procesar la materia org¨¢nica y crear con ella un suelo f¨¦rtil. ¡°Tambi¨¦n necesitar¨ªamos insectos, abejorros, para que fertilicen las plantas¡±, indica Wamelink. ¡°Las abejas pueden hacerlo, pero en invernaderos hemos visto que hacen la tarea y mueren. Los abejorros sobreviven y se reproducen y adem¨¢s, para un viaje de medio a?o como el de Marte, los podemos mantener en estado de hibernaci¨®n y despu¨¦s despertarles¡±, concluye.
Antes de que lleguen astronautas, Bernard Foing, director del Grupo de Trabajo para la Exploraci¨®n Lunar de la Agencia Espacial Europea en Noordwijk (Holanda), considera que ser¨¢n necesarios otros experimentos robotizados que apliquen sobre el terreno las ense?anzas obtenidas en los laboratorios de la Tierra. ¡°China, India e Israel son algunos de los pa¨ªses que tienen previstas misiones a la Luna pr¨®ximamente y podr¨ªan incorporar experimentos que vayan m¨¢s all¨¢ de los que ha intentado Chang¡¯e 4¡±, apunta Foing.
Uno de los problemas de la sonda china es que la llegada de la noche lunar, que dura m¨¢s de doce d¨ªas terrestres y hace descender la temperatura de los -150 grados, acab¨® con todos los seres vivos del experimento. ¡°En el polo, hay lugares donde en verano hay luz todo el tiempo y en invierno el 80% del tiempo¡±, se?ala Foing. ¡°All¨ª se podr¨ªan hacer experimentos en los que se siguiese a organismos dentro de una minibiosfera durante varias generaciones¡±, contin¨²a. ¡°As¨ª podr¨ªamos aprender qu¨¦ plantas se desarrollan mejor en la Luna¡±, indica.
Uno de los elementos fundamentales para cultivar alimentos en la luna es el agua, que puede encontrarse en cantidades importantes, en particular en algunas regiones. El hielo ser¨ªa un recurso que tambi¨¦n puede hacer sostenible una colonia lunar, no solo para regar las plantas. ¡°Tendr¨ªa mucho valor para fabricar combustible para cohetes y podr¨ªa servir para abastecer una estaci¨®n de distribuci¨®n de combustible en ¨®rbita terrestre que ser¨ªa ¨²til para prolongar el periodo de operaci¨®n de sat¨¦lites. Esto tendr¨ªa mucho valor econ¨®mico y podr¨ªa ayudar a hacer sostenible una base¡±, se?ala.
A la espera de nuevas sondas que lleguen a la Luna, en este momento, el sat¨¦lite EuCROPIS, que fue lanzado al espacio a finales del a?o pasado, est¨¢ probando los efectos de cultivar tomates en las condiciones de gravedad de la Luna empleando orina humana como fertilizante. Este tipo de experimentos ser¨¢n cada vez m¨¢s frecuentes si, como parece, las potencias espaciales comienzan a plantearse en serio instalar una base permanente en nuestro sat¨¦lite.
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