Del 15-M al 26-M

La implosi¨®n de Podemos arranca de la contradicci¨®n entre los partidos y los movimientos surgidos para superarles. Eso signific¨® el ¡°no nos representan¡± del 15-M, y por eso la nueva izquierda quince-mayista asalt¨® los ayuntamientos del cambio mediante mareas o confluencias suprapartidarias, como las plataformas que entronizaron a Colau o Carmena. Pero puestos a gobernar la corporaci¨®n municipal, los comisarios pol¨ªticos hicieron la vida imposible a Manuela, paralizando la gesti¨®n municipal. Solo ha funcionado bien Madrid Central, como ¨²nico escaparate atractivo del mandato. Pues la vivienda social en alquiler, que deber¨ªa haber sido su programa estrella en la l¨ªnea del 15-M, ha sido un fracaso (en sarc¨¢stico contraste con el chalet adquirido por la pareja peronista que lidera Podemos).

Por esa raz¨®n, para volver a presentar su candidatura que se le suplic¨® como ¨²nica tabla de salvaci¨®n, Carmena exigi¨® carta blanca para poder conformar su propia lista electoral. As¨ª naci¨® M¨¢s Madrid, la nueva confluencia o marea madrile?a libre de comisarios impuestos por los partidos. Y siguiendo su estela, Errej¨®n aspir¨® a hacer lo mismo con su candidatura a la Comunidad Aut¨®noma de Madrid, para evitar que los comisarios pol¨ªticos secuestrasen su plancha electoral. Pero la pareja de Galapagar le ha impuesto su veto para demostrar su absoluto mando en plaza. Y con ello el proyecto entero de Podemos amenaza con hundirse, arrastrando en su naufragio a toda la izquierda.

?Qu¨¦ ha pasado? Es pura teor¨ªa de juegos. Desde la fundaci¨®n de Podemos, Iglesias y Errej¨®n quedaron atrapados por un dilema del prisionero: mientras cooperen, ambos pueden ganar; si uno somete al otro, puede quedarse con todo; pero si los dos lo intentan, ambos salen perdiendo. Como ha ocurrido ahora, pues los dos se han equivocado de medio a medio. Errej¨®n porque no anunci¨® su proyecto de abrir la candidatura de partido para elevarla al nivel de marea transversal. E Iglesias por se?alar a su segundo como traidor a la causa, en lugar de avalarlo patrocinando un proyecto tan prometedor como M¨¢s Madrid, seg¨²n el ejemplo de casos an¨¢logos en Catalu?a, Galicia, Valencia o Andaluc¨ªa. Y es que la incomunicaci¨®n entre los jugadores es el detonante de la autodestrucci¨®n en el dilema de los prisioneros.

Pero el mal ya est¨¢ hecho, pues el revulsivo activado por Errej¨®n ha supuesto un aut¨¦ntico plot point: un giro argumental que rompe la continuidad narrativa del relato, induciendo un cambio radical en las expectativas ciudadanas. Ese giro podr¨ªa haber sido hacia mejor si se hubiera explicado de modo convincente, abriendo cierto margen de entusiasmo o esperanza. Pero como se ha explicado tan mal, ahora las expectativas creadas apuntan hacia la decepci¨®n y el des¨¢nimo. La ventana de oportunidad que alumbr¨® el nacimiento de Podemos se ha cerrado definitivamente. Y con ello la marea ascendente del 15-M confirma su reflujo final hacia la marea baja del pr¨®ximo 26 de mayo. Ocho a?os de una ilusi¨®n colectiva que ahora se ha esfumado.