Penguin Pool: ?Hay que demoler un cl¨¢sico de la arquitectura que no tiene uso posible?
La hija del arquitecto ruso Lubetkin propone "hacer a?icos" la obra m¨¢s reconocida de su padre, patrimonio brit¨¢nico protegido y uno de los mejores ejemplos del racionalismo
"Tal vez sea hora de hacerla a?icos". Este comentario de Sasha Lubetkin, hija del arquitecto ruso?Berthold Lubetkin, en Camden New Journal ha reabierto el debate sobre qu¨¦ hacer con la Penguin Pool (piscina para ping¨¹inos) que su padre construy¨® en el zoo de Londres en 1934. Hace 15 a?os que dej¨® de utilizarse, despu¨¦s de que una reforma del suelo provocara a estas aves una infecci¨®n en las patas, pero su clasificaci¨®n con el m¨¢ximo grado de protecci¨®n del patrimonio brit¨¢nico impide que sea demolida. Tampoco est¨¢ permitido vallarla. Los visitantes del zoo m¨¢s despistados siguen esperando que los ping¨¹inos salgan de su escondite y empiecen a deslizarse por las rampas de hormig¨®n que se entrecruzan en el centro de la piscina (ahora funciona solo como fuente).
La Penguin Pool de Lubetkin fue uno de los primeros triunfos de la arquitectura moderna en Reino Unido. "Con ella, se hizo evidente que Inglaterra no solo aceptaba la nueva corriente como la manera l¨®gica de construir, sino que adem¨¢s estaba ofreciendo oportunidades a los talentos del m¨¢ximo nivel de ingenio t¨¦cnico y est¨¦tico", explicaba en 1937 el cat¨¢logo de una exposici¨®n del MoMA sobre el auge de esta arquitectura.
Escuelas como Bauhaus hab¨ªan abierto sus puertas muchos a?os antes, pero la Penguin Pool "atrajo la atenci¨®n a Inglaterra". Sus rampas helicoidales, uno de los primeros casos de ¨¦xito del hormig¨®n armado en la arquitectura, y que Lubetkin dise?¨® en colaboraci¨®n con el ingeniero Ove Arup, sigue inspirando, de hecho, edificios contempor¨¢neos, como por ejemplo el Museo Memoria de Andaluc¨ªa, obra del arquitecto espa?ol Alberto Campo Baeza.
"Claro que tuve presente la precios¨ªsima Penguin Pool del zoo de Londres cuando proyect¨¦ y constru¨ª el patio central del museo. ?C¨®mo podr¨ªa hacer una rampa helicoidal doble sobre las trazas de una corona circular sin inspirarme en la pieza de Lubetkin?", confiesa el propio Alberto Campo Baeza a ICON Design. "Berthold Lubetkin era un arquitecto genial. Yo creo que puso en pie esa maravilla para que los ping¨¹inos, que son muy patosos al andar, parecieran m¨¢s elegantes en su discurrir", dice. Luego nos ense?a uno de los planos de su proyecto en el que se ve a dos ping¨¹inos caminando encima de la rampa del patio del museo.
Que de todos los rincones posibles la arquitectura moderna empezara a propagarse desde Reino Unido, y precisamente desde el viejo zoo de Londres, se debi¨® a la coincidencia en el tiempo del bi¨®logo Julian Huxley al frente de la secretar¨ªa del zool¨®gico y la llegada a la capital brit¨¢nica de un grupo de arquitectos racionalistas, entre los que se encontraban Berthold Lubetkin y varios miembros de la Bauhaus huidos de la Alemania nazi, como Walter Gropius.
Huxley, hermano de?Aldous Huxley, el famoso autor de la distop¨ªa Un Mundo Feliz, se hab¨ªa propuesto prescindir de las abigarradas r¨¦plicas del h¨¢bitat de los animales que estaban de moda en los zool¨®gicos de la ¨¦poca, que permit¨ªan a las criaturas m¨¢s huidizas esconderse de la vista de los visitantes. En su lugar, construy¨® un escenario m¨¢s teatral en el que "las caracter¨ªsticas de los animales ¡ªsu forma, color y movimiento¡ª quedaran exhibidas de mejor manera al p¨²blico", seg¨²n explicaba la nota de prensa de la exposici¨®n del MoMA. Natural, por tanto, que con esas intenciones Huxley encontrara su mejor aliado en el depurado y funcional racionalismo arquitect¨®nico, siempre tan bien dispuesto a subordinar la forma a la funci¨®n.
La devoci¨®n de Huxley por la arquitectura moderna, por otro lado, permiti¨® que Lubetkin, al que adem¨¢s de la piscina se le encarg¨® la construcci¨®n de otras instalaciones como una caseta para los gorilas, ensayara con los animales del zoo virguer¨ªas como las mencionadas rampas helicoidales de hormig¨®n armado, cuya estructura debe la Penguin Pool a la colaboraci¨®n con la ingenier¨ªa.
"?Cu¨¢ntos ciudadanos de Londres se han asomado a los muros de esa piscina y, envidiando a los ping¨¹inos que se zambull¨ªan en el agua azul o descend¨ªan por la exquisita inclinaci¨®n de la rampa, se han preguntado con tristeza por qu¨¦ los seres humanos no pueden disfrutar de un entorno tan bien adaptado a sus necesidades?", llegar¨ªa a decir de la Penguin Pool una revista especializada.
Tuvo tanto ¨¦xito que Tecton, el estudio de arquitectura que Berthold Lubetkin hab¨ªa fundado en 1932, termin¨® construyendo un zoo entero en la ciudad de Dudley (al noroeste de Birmingham, Reino Unido), aunque sobre todo permiti¨® que Lubetkin y Ove Arup siguieran explorando juntos las posibilidades del hormig¨®n armado. Un a?o despu¨¦s de la inauguraci¨®n de la piscina para ping¨¹inos, pudieron por fin utilizar su experiencia con los animales para construir edificios de uso humano en los Apartamentos Highpoint I, de Highgate (Londres), una obra que fue admirada por Le Corbusier. Tambi¨¦n levantar¨ªan los Highpoint II o el Finsbury Health Centre.
Sin embargo, tras una reforma llevada a cabo en 1980 en la famosa piscina, los ping¨¹inos acabaron abandon¨¢ndola. La raz¨®n: las abrasiones que el suelo de hormig¨®n estaba provocando en los animales hab¨ªan derivado en una infecci¨®n bacteriana en las patas. La piscina qued¨® vac¨ªa. En 2004, tuvieron que ser trasladados a uno de los estanques para patos del zoo y desde 2011 se encuentran en la Penguin Beach, la m¨¢s grande de Europa.
La hija del arquitecto ruso asumi¨® en sus declaraciones al diario local que los avances en el conocimiento de las diferentes especies hab¨ªan hecho que la Penguin Pool, tal y como estaba dise?ada en origen, hubiera dejado de ser el lugar m¨¢s adecuado para estas aves. Pero el pasado 10 de enero, el arquitecto John Allan, responsable de la restauraci¨®n de la piscina en los ochenta y autor de una biograf¨ªa de Lubetkin, respondi¨® por alusiones en el Evening Standard: "El pavimento original del recinto era de goma, para comodidad de los ping¨¹inos, pero fue reemplazado por hormig¨®n por decisi¨®n del zool¨®gico, y al margen de la opini¨®n de los dise?adores".
Desde entonces, el debate sobre si deber¨ªa darse alg¨²n nuevo uso a la Penguin Pool es recurrente. M¨¢s parecida al escenario de un musical del viejo Hollywood que al aviario de un zool¨®gico, la piscina de Lubetkin sirve en cualquier caso para recordar que, en Londres, los ping¨¹inos disfrutaron la arquitectura moderna antes que las personas.
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