No lo dudes

Si buscas la verdad y quieres salir de dudas, existe un remedio infalible. C¨®mprate una pistola y realiza pr¨¢cticas de tiro. Cuando aciertes en el blanco, que es tu propio seso, habr¨¢s alcanzado la verdad con absoluta certeza. Existe otra soluci¨®n menos dram¨¢tica para demostrar que est¨¢s en posesi¨®n de la verdad: pon cara de asno cabreado, expresa tu raz¨®n con una frase corta muy ruda y ¨²sala como arma con la mirada puesta en las estrellas. En el Discurso del m¨¦todo, el fil¨®sofo Descartes, afirma que al pensamiento se llega a trav¨¦s de la duda met¨®dica. Dudar equivale a pensar. Y a la vez el pensamiento es la ¨²nica prueba de que uno existe en realidad. Pienso, luego existo. Pero este discurso es pura falacia, porque hoy si dudas est¨¢s muerto, ya que en la opini¨®n p¨²blica ahora mandan los fulanos que est¨¢n siempre en lo cierto. El pensamiento dubitativo te lleva a emitir juicios llenos de matices, lo que te convierte en un ser moderado, equidistante y contradictorio, muy sospechoso. Ya me contar¨¢s ad¨®nde vas con esa mochila si te dedicas a la pol¨ªtica o eres un l¨ªder de opini¨®n. Cualquier juicio ponderado que emitas provocar¨¢ insultos y desprecio como si fueras un d¨¦bil mental o tonto de baba. Pese a que la duda lleva el ox¨ªgeno de la sangre hasta ese bulbo rec¨®ndito del cerebro donde reside la doble cara de la verdad, no te servir¨¢ de nada. Deber¨¢s hacer un esfuerzo sobrehumano para defender tus dudas como el ¨²ltimo reducto de la inteligencia. En cambio, la certeza es se?al de que la fe cargada de emoci¨®n ha producido una obstrucci¨®n en alg¨²n punto del fluido del pensamiento, lo que obliga a gritar desaforadamente para que la yugular siga bombeando sangre al cerebro antes de que reviente como una palpitante babosa. Solo los muy d¨¦biles est¨¢n seguros de todo, porque hay que ser muy fuertes para no estar seguros de nada.