El mundo seg¨²n EE UU
Con Donal Trump, la gran potencia econ¨®mica y militar ya no es un vector de estabilidad sino un factor de riesgo
Despu¨¦s de haber contribuido a decidir el fin de la I Guerra Mundial en favor de los aliados, Estados Unidos debilit¨® la paz cuando se neg¨®, el 19 de marzo de 1920, a ratificar el Tratado de Versalles firmado el 28 de junio de 1919, y se retir¨® de la Sociedad de Naciones que hab¨ªa contribuido a formar. Cuando aprob¨®, el 18 de junio de 1930, la ley arancelaria Smooth-Harley, que subi¨® al 59% los aranceles sobre las importaciones, transform¨® la recesi¨®n nacional en una depresi¨®n mundial y puso en marcha la carrera de los proteccionismos y las devaluaciones que desemboc¨® en el colapso de las tres cuartas partes del comercio y los pagos mundiales durante los a?os treinta.
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En 1945, EE?UU demostr¨® haber aprendido las lecciones de la paz fallida y de la gran deflaci¨®n y asumi¨® su posici¨®n de liderazgo. La fundaci¨®n de un orden mundial basado en instituciones multilaterales, la confianza que proporcionaba el capitalismo y la garant¨ªa de seguridad para las democracias permitieron la reconstrucci¨®n de Europa y Jap¨®n, el ciclo de intenso crecimiento tras la II?Guerra Mundial y la resistencia frente al totalitarismo sovi¨¦tico.
Noventa a?os despu¨¦s del desplome de 1929, Donald Trump ha desatado una guerra comercial y tecnol¨®gica no solo con China sino con sus propios aliados, mientras destruye met¨®dicamente las instituciones y las normas que hac¨ªan posible la cooperaci¨®n frente a las sacudidas de un capitalismo convertido en universal. Cien a?os despu¨¦s del Tratado de Versalles, est¨¢ haciendo que EE?UU se retire del mundo y deje el terreno libre a los enemigos de la democracia. Al cierre de la Administraci¨®n estadounidense se a?ade un cierre diplom¨¢tico y estrat¨¦gico.
Trump tiene raz¨®n cuando habla sobre la voluntad hegem¨®nica de la China de Xi Jinping. Pero su estrategia no sirve para contener esos intereses, sino todo lo contrario. La salida del Pacto Transpac¨ªfico y los ataques comerciales contra Jap¨®n y Corea del Sur dejan la organizaci¨®n del mercado asi¨¢tico ¡ªel 60% del PIB mundial¡ª en manos de China. Pek¨ªn se ha abalanzado a llenar el vac¨ªo creado por el repliegue estadounidense con los aproximadamente 900 proyectos de las Nuevas Rutas de la Seda. Las negociaciones con Corea del Norte socavan las alianzas occidentales, por la discrepancia entre EE?UU, que da prioridad a la destrucci¨®n de los misiles intercontinentales, y Jap¨®n y Corea, que son blancos posibles de los misiles de medio alcance.
Noventa a?os despu¨¦s del desplome de 1929, la Casa Blanca desata una guerra comercial y tecnol¨®gica con China y sus propios aliados
Lo mismo sucede en Oriente Pr¨®ximo, donde la retirada unilateral de las tropas estadounidenses de Siria, anunciada el 19 de diciembre de 2018, ofrece una pr¨®rroga inesperada a los 16.000 yihadistas supervivientes del Estado Isl¨¢mico y entrega las llaves de la regi¨®n a Rusia, Turqu¨ªa e Ir¨¢n, para no hablar de China, que busca tambi¨¦n aqu¨ª su implantaci¨®n, igual que en ?frica. Es una contradicci¨®n total con la voluntad de contener la creaci¨®n del vasto imperio chi¨ª que Teher¨¢n, gracias a los errores de Estados Unidos, est¨¢ pudiendo construir desde Yemen hasta L¨ªbano, pasando por Siria e Irak. La forma de abandonar tanto a los aliados de la coalici¨®n que act¨²a en Siria ¡ªFrancia, entre ellos¡ª como a los kurdos, a pesar de su papel decisivo en la derrota del ISIS, ha terminado de desacreditar la palabra y los compromisos de EE?UU en el mundo.
En cuanto a Rusia, Trump no solo no est¨¢ contrarrestando sus ambiciones imperiales sino que, con el pretexto de una nueva guerra fr¨ªa, cultiva su relaci¨®n con Vlad¨ªmir Putin, del que cada vez est¨¢ m¨¢s claro que es quien lleva las riendas. El calor de su encuentro en Helsinki, en junio de 2016, va acompa?ado de la falta de sanciones tras la captura de tres buques ucranios en el estrecho de Kertch, que es el anuncio de la anexi¨®n del mar de Azov.
Pero, sobre todo, Trump est¨¢ consiguiendo lo que Stalin no logr¨®: el desmantelamiento de la OTAN, clave de la seguridad de Europa desde 1949. Ha expresado en varias ocasiones su voluntad de que EE?UU salga de la Alianza. La dimisi¨®n forzada de Jim Mattis como secretario de Defensa tiene su origen en la negativa del ex comandante en jefe de la OTAN a debilitar la alianza estrat¨¦gica que constituye la columna vertebral de Occidente y de la defensa de las democracias. La desestabilizaci¨®n de la OTAN es paralela a las cr¨ªticas a la UE, a la que Trump califica de enemiga de Estados Unidos, cuando es su criatura y mejor aliada. Y su apoyo al Brexit y a los movimientos populistas refuerza los intentos de Mosc¨² de socavar las democracias europeas y tener el continente a su merced.
Trump no es un accidente ni un par¨¦ntesis. El giro nacionalista, proteccionista y aislacionista de EE?UU ser¨¢ duradero, e incluso irreversible, en un mundo multipolar en el que ha perdido el liderazgo. EE?UU dejar¨¢ de ser una potencia imperial benevolente al servicio de la democracia e incluso un socio o aliado fiable. Ya no es un vector de estabilidad, sino un factor de riesgo.
Nicolas Baverez es historiador.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
?Lena (Leading European Newspaper Alliance)
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