Negocios engullidos por la digitalizaci¨®n

Existe un conglomerado de negocios que han sido tocados (y en ocasiones hundidos) por el progreso. La industria del autom¨®vil hizo desaparecer los carruajes tirados por caballos, la electricidad apag¨® candiles y velas, el tel¨¦fono suplant¨® al tel¨¦grafo, el ordenador le ha ganado la batalla al papel y las tarjetas de cr¨¦dito han mermado la circulaci¨®n de billetes. La digitalizaci¨®n ha generado nuevas actividades y al mismo tiempo empleos y profesiones que parec¨ªan s¨®lidamente anclados se han visto obligados a cambiar de paso.

En los ¨²ltimos a?os han cerrado decenas de peri¨®dicos y miles de quioscos de prensa, las salas de cine ya no forman parte del paisaje de muchas ciudades, en los pueblos ya no quedan oficinas bancarias y encontrar una librer¨ªa es un ejercicio cada vez m¨¢s dif¨ªcil. Los porteros autom¨¢ticos han acabado con los porteros f¨ªsicos (y, de paso, con los serenos que patrullaban los barrios), los escolares no llevan cuadernos en las mochilas, sino tabletas electr¨®nicas, y las enciclopedias impresas de siempre ahora habitan en Google. El saber est¨¢ en Internet.

La digitalizaci¨®n ha engullido empresas. En 2004, el grupo estadounidense Eastman Kodak, el mayor fabricante del mundo de carretes de fotos, reconoci¨® el hundimiento de sus cuentas por el desplome de las ventas de las pel¨ªculas tradicionales. La fotograf¨ªa digital hab¨ªa hecho estragos y ese mismo a?o Kodak desapareci¨® del Dow Jones tras 74 a?os consecutivos en el ¨ªndice burs¨¢til estadounidense.

La tecnolog¨ªa se ha llevado por delante beneficios y oficios. La econom¨ªa de plataforma ha establecido nuevas reglas de juego. Como recuerda Evgeny Morozov, antes, los hoteles ofrec¨ªan servicios basados en la hospitalidad, pero Airbnb se limita a poner en contacto a anfitriones y hu¨¦spedes; Amazon sirve de enlace entre libreros y compradores de libros, y la funci¨®n de Uber consiste en citar a conductores con pasajeros.

Acostumbrados a no tener que competir en las calles para recoger clientes, los taxistas espa?oles est¨¢n comprobando los efectos de la digitalizaci¨®n y del llamado ¡°capitalismo de plataforma¡±. Pero incluso en este nuevo carril econ¨®mico son necesarios c¨®digos y obligaciones para salvaguardar los derechos de los consumidores.