¡°Nac¨ª ¡®griot¡¯ y as¨ª morir¨¦. Cada uno tiene su misi¨®n¡±
El m¨²sico senegal¨¦s Ablaye Cissoko abri¨® en 2015 en Saint Louis una escuela dedicada en exclusiva a la kora. Su sue?o es que este instrumento se toque tanto como la guitarra
A Ablaye Cissoko (1970, Kolda, Senegal) le gusta repetir que ¨¦l nunca eligi¨® tocar la kora. Que fue m¨¢s bien al rev¨¦s: la kora le eligi¨® a ¨¦l. Por un capricho del destino, naci¨® en una familia de griot ¡ªnarradores de historias, guardianes de la tradici¨®n oral¡ª y hered¨® de su padre el legado que antes hab¨ªa sido de su abuelo, del bisabuelo y, yendo m¨¢s atr¨¢s, del tatarabuelo.
¡°He tenido suerte¡±, zanja. ¡°No solo la kora me eligi¨®, sino que soy su admirador. Estoy enamorado de ella: yo le pertenezco tanto como ella a m¨ª, me completa¡±, cuenta desde el jard¨ªn de la escuela de m¨²sica que dirige en Saint Louis, en el norte de Senegal, la ¨²nica del pa¨ªs consagrada a este instrumento.
El camino que emprendi¨® con ocho a?os le ha llevado a fusionar entre las cuerdas de su kora ritmos africanos y jazz, modernidad y tradici¨®n Mandinka. La felicidad que le produce la m¨²sica, sin embargo, va del brazo de una gran responsabilidad. ¡°Represento a nuestros ancestros, a mi padre, a mi abuelo y todos los otros m¨²sicos. Es una responsabilidad, pero al mismo tiempo estoy orgulloso de hacerlo¡±, explica el artista, cuyo verdadero nombre es Kimintang Mahamadou Cissoko.
Y esta responsabilidad incluye el deber de transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones. ¡°Nac¨ª griot y morir¨¦ griot. Lo que s¨¦ hacer es tocar y cantar. Cada uno tiene una misi¨®n en este mundo. Quiero que la kora sea m¨¢s accesible para chicos y chicas, que se toque tanto como la guitarra. En cualquier lugar¡±.
El petr¨®leo no va a traer inspiraci¨®n para los artistas. Lo hay en muchos pa¨ªses, pero no en todos la cultura ha avanzado
Cissoko, sin embargo, est¨¢ asustado por la velocidad a la que avanza el mundo. ¡°Todo va muy r¨¢pido. Hay que tomarlo en consideraci¨®n, pero sin caer en este juego. Alg¨²n d¨ªa nos daremos cuenta de que hemos sobrevolado muchas cosas y tendremos que dar marcha atr¨¢s para recuperarlas. ?Pero qu¨¦ pasa si, volviendo atr¨¢s, las personas que deber¨ªan darnos estos elementos ya no est¨¢n ah¨ª? Ser¨ªa una enorme p¨¦rdida¡±, lamenta.
¡°Tengo la suerte de tener un oficio que amo y, adem¨¢s, de poder vivir de ello¡±, reflexiona. ¡°?Qu¨¦ m¨¢s quieres? He sido afortunado y quiero trasladarlo a mi entorno¡±. Esta pasi¨®n ¡ªo deber, seg¨²n se mire¡ª le empuj¨® en diciembre de 2015 a abrir la escuela Kordaba en el barrio Ndiolof¨¨ne de Saint Louis, su ciudad de adopci¨®n.
La idea de abrir una escuela dedicada exclusivamente a la ense?anza de la kora remonta a muchos a?os antes, cuando a¨²n frecuentaba el conservatorio de Dakar, el ¨²nico en un pa¨ªs de m¨¢s de 15 millones de habitantes. Hoy, el centro cuenta con 14 alumnos, entre cuales est¨¢n los dos hijos del artista, adem¨¢s de estudiantes que llegan de todo el mundo para breves estancias o para cursos de perfeccionamiento. Cissoko decidi¨® abrir las puertas tambi¨¦n a ni?os del vecindario que provienen de entornos vulnerables. Para ellos la ense?anza es completamente gratuita. Los peque?os, adem¨¢s de clases de m¨²sica, reciben tambi¨¦n apoyo escolar.
Cissoko naci¨® en el sur del pa¨ªs, pero se mud¨® a Saint Louis, a la frontera con Mauritania, tras visitar la ciudad y quedarse prendado de ella. ¡°Es el cruce cultural de Senegal, siempre ha sido as¨ª. Y si a¨²n no es el epicentro nacional de la cultura, est¨¢ a punto de serlo. Es la ventana hacia nuevos horizontes. Un gran pueblo en el que todos se conocen¡±, explica.
A pesar de la larga tradici¨®n cultural de la ciudad, el m¨²sico lamenta la ausencia de espacios dedicados a la creaci¨®n. ¡°Los pol¨ªticos tienen que reformular su manera de pensar en la cultura, pero a menudo no disponen de la formaci¨®n adecuada. Hay festivales con un gran potencial, pero les cuesta despegar porque les falta apoyo. A veces es descorazonador¡±.
¡°Mucho piensan que moda equivale a cultura, pero no es as¨ª. La moda es algo temporal, que pasa. ?Ad¨®nde nos llevar¨ªa ser todos iguales?¡±, se pregunta. Cissoko es consciente de que no hay que limitarse a la cr¨ªtica, sino que se necesitan iniciativas. ¡°El futuro es ?frica. Por eso hay que apostar por la formaci¨®n de nuestros j¨®venes. Sin todo eso, podemos tener a los mejores m¨²sicos, pero no iremos a ning¨²n lado. Es una cadena. No hay que esperar al poder, porque cambia. La cultura nos une a todos, pero hay que motivar a la gente para que ponga en marcha sus proyectos¡±.
El reciente descubrimiento de petr¨®leo y gas en la costa no va a cambiar radicalmente la situaci¨®n, seg¨²n ¨¦l. ¡°Ni hay que esperar a que lo haga, porque el crudo no va a traer inspiraci¨®n para los artistas. Hay petr¨®leo en muchos pa¨ªses, pero no en todos la cultura ha avanzado¡±.
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