Tito ?lvarez, un ultra al volante
El barcelon¨¦s, portavoz del sindicato ?lite Taxi, ha sido uno de los l¨ªderes m¨¢s visibles y pol¨¦micos de las protestas de estos profesionales
El sector del taxi tiene sus razones y sus sinrazones, pero la credibilidad de sus reivindicaciones se resiente del pintoresquismo y beligerancia de sus portavoces. Es el caso de Peseto Loco en Madrid, cuyos b¨ªceps tatuados, peinado de marine y bengalas en las manos le han convertido en referencia iconogr¨¢fica de una est¨¦tica paramilitar a la que se ha adherido Tito ?lvarez.
Su nombre ha adquirido una extraordinaria popularidad en las calles de Barcelona porque acaudilla las reivindicaciones del gremio, pero se ha trasladado a las de Madrid como si fuera un fichaje gal¨¢ctico. Los colegas del ¡°foro¡± lo han incorporado al m¨²sculo de la protesta porque se le atribuye el m¨¦rito de haber urdido el acuerdo con la Generalitat gracias al cual los veh¨ªculos de transporte concertado (VTC) que operan en Barcelona tendr¨¢n que respetar la contrataci¨®n de sus servicios con una hora de antelaci¨®n.
El problema es que Tito ?lvarez (Barcelona, 1976) cometi¨® un error contraproducente nada m¨¢s encender el meg¨¢fono en Madrid. Le sorprendi¨®, en fin, que un ¡°ministro de izquierdas y gay¡±, en alusi¨®n a Grande-Marlaska, titular de Interior, mandara a la polic¨ªa ¡°a reprimir al pueblo¡±. Tuvo que aclarar despu¨¦s que no era hom¨®fobo. E incurri¨® incluso en el peor argumento exculpatorio ¡ª¡°tengo amigos homosexuales¡±¡ª, pero la astracanada desluci¨® el poder simb¨®lico y supersticioso que los taxistas madrile?os atribu¨ªan al mito gremial de Tito.
Es el portavoz del sindicato ?lite Taxi, pero no puede decirse que la carrera del activista barcelon¨¦s provenga de un antiguo linaje. No tiene licencia. Lleva apenas cuatro a?os en el oficio. Y le han retirado todos los puntos del carn¨¦ de conducir como represalia a sucesivos des¨®rdenes urbanos. Incluido el colapso del Puerto Ol¨ªmpico de Barcelona.
No tiene licencia, lleva solo cuatro a?os en el gremio, pero ya ha sido bautizado como el mes¨ªas del taxi
Han llegado a juzgarlo en 19 ocasiones sin lugar a condena firme. Y ha trasladado al espacio reivindicativo toda la dramaturgia y estrategia que aprendi¨® entre los ultras del Bar?a, cuando simpatizaba en la grada de los Boixos. No solo las nociones de guerrilla urbana. Tambi¨¦n el recurso a c¨¢nticos incendiarios. ?lvarez se recrea en todo el repertorio apocal¨ªptico y ret¨®rico de la revoluci¨®n: ¡°Lucharemos hasta la muerte¡±; ¡°No tragamos con el terrorismo del Estado¡±.
Tanto lo deploran sus detractores que cuesta mucho trabajo etiquetarlo (?mafioso?, ?comunista?, ?ultraderechista?, ?hooligan?, ?neonazi?). Reconoce que corre entre sus venas mucha sangre caliente, aunque en t¨¦rminos menos abstractos Tito ?lvarez es de madre andaluza y de padre asturiano, reside en la zona obrera de Nou Barris y tiene un hijo al que se le ha diagnosticado s¨ªndrome de Asperger. Aspira a convertirse en ejemplo para ¨¦l. Dejarle en herencia no una licencia de taxi, pero s¨ª ¡°el recuerdo de un padre que luch¨® por sus ideas y sus ideales¡±.
Ha sido desordenada la vida de Tito. Lleg¨® a dormir en los cajeros por las noches. Y su trayectoria profesional de altibajos se define en la provisionalidad. Antes de conseguir que se le bautizara como el mes¨ªas del taxi fue soldador, mensajero, camarero y conductor de gr¨²a. Una trayectoria itinerante. Y un perfil militante-ultra que le ha gustado a Ada Colau, madrina de los taxistas de Barcelona porque los considera un s¨ªmbolo genuino de la ciudad. Y un ant¨ªdoto a los atisbos de globalizaci¨®n que se alojan en el ajetreo de las ¡°cucarachas¡±. Ese es el t¨¦rmino denigrante con que Tito ?lvarez califica a los veh¨ªculos oscuros de los VTC. Dispone de listados con las matr¨ªculas. Conoce c¨®mo y d¨®nde operan. Y por la misma raz¨®n se le atribuye haber organizado toda suerte de sabotajes: desde los m¨¢s inocentes hasta los m¨¢s violentos.
De hecho, ?lite Taxi es una red bien estructurada. Un sindicato de conductores aguerridos que sintonizan el espacio radiof¨®nico de El avispero. All¨ª luce Tito ?lvarez sus cualidades medi¨¢ticas y carism¨¢ticas. Y desde all¨ª le organiz¨® un escrache a ??igo de la Serna en el verano de 2017.
Hab¨ªa trascendido entre los colegas que el exministro de Fomento popular se hallaba en la estaci¨®n de Francia. Tito ?lvarez suspendi¨® la emisi¨®n: ¡°Se acab¨® el programa, todos a por el ministro¡±. Y a por el ministro fueron un centenar de taxistas. No para zarandearlo f¨ªsicamente, pero s¨ª para intimidarlo antes de que les concediera una reuni¨®n testimonial de cinco minutos.
No se define pol¨ªticamente ?lvarez, m¨¢s all¨¢ de la ¡°sangre obrera¡±. Simpatiza con la CUP no en las ideas, pero s¨ª en el esp¨ªritu asambleario. Y parece bastante consciente de haber emprendido una trayectoria electoral. Se le est¨¢ quedando peque?o el Seat Le¨®n que pilota en su turno. Y se presume incluso que pueda adherirse a las listas de Ada Colau en las elecciones municipales. Ser¨ªa la manera de simbolizar el maridaje entre la alcaldesa y los taxistas de la capital.
Entre tanto, Tito ?lvarez se ha puesto en Madrid su mejor chaleco amarillo. Pero no es sencillo restarle protagonismo a Peseto Loco, alias de un boxeador retirado, Nacho Castillo, cuyo linaje ¡ªsu padre era taxista¡ª y licencia (se gast¨® 165.000 euros en comprarla) ponen en entredicho el arribismo con que el colega ?lvarez se reviste de cualidades providenciales.
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