Lager
No intentar comprender lo incomprensible: la ¨²ltima protesta de la raz¨®n humanista que defiende su cordura neg¨¢ndose a ¡°dialogar¡± con el exterminio
Arturo P¨¦rez-Reverte se ha quejado, con bastante raz¨®n, de la sobreabundancia de relatos con Auschwitz en el t¨ªtulo para enganchar al impresionable lector. Yo tengo claro que cualquier lista de las 10 mejores piezas literarias del siglo XX no puede excluir Si esto es un hombre, de Primo Levi. Pero supongo que el ¨ªnfimo nivel de las narraciones sobre Auschwitz lo ocupan quienes han ido un solo d¨ªa, como yo, y no renuncian a contar sus impresiones sobre el lugar. ?Qu¨¦ podemos decir que no haya sido expresado ya con m¨¢s autoridad y experiencia? Sin embargo, ?c¨®mo callar ante el reto de esta devastaci¨®n ¨ªntima, tan imposible como no emitir una queja o una dolorida protesta, por t¨®pica que sea, al sufrir una quemadura o un desgarramiento mutilador? Esos textos inevitables suelen empezar as¨ª: ¡°El d¨ªa que llegu¨¦ a Auschwitz¡¡±.
No era peor de lo que me esperaba, como me avisaban los agoreros, ni desde luego mejor sino real. Todo estaba all¨ª, con la mansedumbre terca y finalmente agresiva de las cosas, que no se desvanecen como los relatos, las pel¨ªculas, los fantasmas. Las cosas absurdas pero implacables: toneladas de pelo cortado que llenan un almac¨¦n, monta?as de zapatos precedidos por varios pares infantiles como ratoncitos curiosos, y miles de cepillos, maletas, latas de bet¨²n¡ Restos humanos de la inhumanidad, lo desechado. Bandadas de adolescentes gorjean por las salas del horror, divertidos sin poder remediarlo, benditos sean. Sus maestros intentan explicarles¡ ?qu¨¦? Lo cuenta Primo Levi: en la escudilla en que les serv¨ªan su m¨ªsera sopa, unos raspaban su n¨²mero, otros su nombre, y un franc¨¦s grab¨®: ¡°Ne pas chercher ¨¤ comprendre¡±. No intentar comprender lo incomprensible: la ¨²ltima protesta de la raz¨®n humanista que defiende su cordura neg¨¢ndose a ¡°dialogar¡± con el exterminio.
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