Reconquista

La derecha y la extrema derecha espa?olas han emprendido un programa de reconquista nacional. Realmente se trata de una reconquista al rev¨¦s, de abajo arriba, de Granada a Asturias, de la modernidad a las antiguas argollas. Ambos partidos compiten en reivindicar los valores que fueron fundacionales de la historiograf¨ªa franquista y aunque a Franco nadie lo nombra, su cad¨¢ver ya est¨¢ fuera del sepulcro y anda pase¨¢ndose por la calle disfrazado de cobrador del frac. Ha vuelto a sonar la vieja monserga, la unidad de la patria como destino, la familia tradicional amparada por un machismo militante, el nacional catolicismo, la tradici¨®n de la Semana Santa y la tauromaquia como cultura de una raza. Este relato, pese a ser una pura antigualla, viene adornado con un lenguaje belicoso, que atrae a muchos espa?oles cabreados. Ved ah¨ª al l¨ªder de Vox a caballo por el campo andalus¨ª con una pistola en la sobaquera, con su dial¨¦ctica sin complejos dispuesto a eso tan racial de plantar cara. Solo una pieza no encaja. Franco fue un africanista curricular que utiliz¨® a los soldados musulmanes, creyentes en la palabra del Profeta, para asolar los campos de batalla republicanos y los llev¨® hasta Asturias, ¨²nica tierra que nunca hab¨ªan hollado durante la conquista. Despu¨¦s constituy¨® a la Guardia Mora durante d¨¦cadas en la garante de su seguridad. Hoy la xenofobia de la extrema derecha ve moros por todas partes, no solo en la costa, como el enemigo a batir. Las alarmas han saltado. Los supervivientes progresistas se han apercibido de que es posible perder los logros sociales que cost¨® tanto conseguir y por los que se pag¨® sufrimiento, represi¨®n y esfuerzo en una lucha formidable y, no obstante, mientras en el horizonte ya suenan los cascos de la derecha radical que viene a caballo, ah¨ª tienes a la izquierda enredada disput¨¢ndose una sardina.