Una injerencia leg¨ªtima y debida
Es lamentable que una crisis internacional en un pa¨ªs tan cercano sentimentalmente no haya provocado unanimidad y consenso en la pol¨ªtica exterior de nuestro pa¨ªs
Venezuela y el desarrollo de las horas cr¨ªticas que vive el pa¨ªs, con las mayores reservas probadas de petr¨®leo del mundo, pero sumido en la hambruna, arrasado por el desgobierno, no es contemplado solo como un problema internacional por los espa?oles. No debe serlo: La Guaira fue un puerto seguro de entrada para miles de espa?oles, vascos en su mayor¨ªa, derrotados tras la Guerra Civil. Desde finales del siglo XVII, el ¨¦xodo canario a Venezuela, considerada como la octava isla canaria, huyendo de la pobreza para forjarse una nueva vida, estrech¨® el Atl¨¢ntico.
Hoy, la huida del chavismo y la miseria de un pa¨ªs de 30 millones, anta?o muy rico, ha provocado una riada de venezolanos hacia Espa?a en b¨²squeda de seguridad y trabajo. Una ruta hist¨®rica de ida y vuelta que ha creado s¨®lidos lazos humanos, familiares. Ocurre con Venezuela un poco lo que con Cuba, que provoca los mismos sentimientos de historia y un sentir com¨²n.
Es lamentable que una crisis internacional en un pa¨ªs tan cercano sentimentalmente no haya provocado unanimidad y consenso en la pol¨ªtica exterior de nuestro pa¨ªs, una pol¨ªtica que debiera ser de Estado no dependiente de las luces cortas electorales. Lamentable naufragio de la oposici¨®n de derechas y de un Podemos deshilachado. Porque S¨¢nchez ha acertado.
La audacia de Juan Guaid¨®, la r¨¢pida acumulaci¨®n de fuerzas, la unidad opositora que ha logrado y el amplio apoyo internacional, permiten pensar que el resquebrajamiento del chavismo, que ha destrozado la econom¨ªa ¡ªla producci¨®n de petr¨®leo es inferior a la de los a?os cincuenta¡ª y provocado el mayor ¨¦xodo de la historia de Latinoam¨¦rica, no tiene marcha atr¨¢s. Venezuela ya es un Estado fallido incapaz de proveer de lo necesario a sus ciudadanos.
Guaid¨® act¨²a con inteligencia y prepara una amnist¨ªa para la c¨²pula militar, el propio Maduro y el funcionariado. Afirma que el chavismo tiene un lugar electoral en Venezuela. Cree que el empuj¨®n final lo dar¨¢n los propios militares, como ocurri¨® en enero de 1958, cuando la Marina y la Aviaci¨®n dieron un golpe para derrocar a la dictadura militar de P¨¦rez Jim¨¦nez, que acab¨® sus d¨ªas exiliado en Espa?a.
La clave de la salida pac¨ªfica es que Trump y EE?UU descarten cualquier tipo de intervenci¨®n militar. Ser¨ªa un salvavidas para la permanencia de Maduro. Claro que la operaci¨®n Guaid¨® ha sido coordinada y asesorada desde Washington. Claro que Trump no es el Bol¨ªvar del siglo XXI y que EE?UU no ha sido precisamente partero de la democracia en Latinoam¨¦rica.
S¨ª se puede, gritan muchos en las calles de Caracas. Pero no va a ser f¨¢cil. El golpe blando constitucional, la evidente injerencia en los asuntos de un pa¨ªs soberano, sancionado por la Asamblea Nacional, ¨²nica instituci¨®n democr¨¢tica que sobrevive, puede ampararse bajo la doctrina onusiana de la responsabilidad de proteger, para librar a la poblaci¨®n civil de un Gobierno manifiestamente injusto, tir¨¢nico y corrupto. La injerencia es leg¨ªtima y debida.
fgbasterra@gmail.com
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