Este es el mejor cuchillo de carne jam¨¢s creado (con permiso de los de Toledo y Albacete)
El funcionalismo de When Objects Work, el minimalismo de John Pawson y la artesan¨ªa de los samur¨¢is se unen en un objeto impecable en la forma y en el uso
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Cuando en 1993 Calvin Klein quiso proponer a John Pawson que reconvirtiera una sucursal bancaria de la Madison Avenue de Nueva York en una tienda insignia, el dise?ador decidi¨® plantarse en su casa de Notting Hill y plantearle la idea en persona. Lo que le llam¨® la atenci¨®n, seg¨²n cont¨® despu¨¦s, no fue que el arquitecto viviera all¨ª con su madre, su mujer, sus dos hijos y una exnovia, sino que escondiera en los armarios cualquier mueble y objeto que estuviera a la vista ¡ªalgo que pudimos comprobar en nuestra visita a su monasterio londinense¡ª, porque le parec¨ªa algo demasiado inc¨®modo y terrenal.
Esta an¨¦cdota explica que el arquitecto, recientemente reconocido por Isabel II de Inglaterra en sus condecoraciones de A?o Nuevo como Caballero de la Orden del Imperio Brit¨¢nico, se dejara embarcar en el proyecto de Beatrice de Lafontaine. La interiorista belga fund¨® en 2001 When Objects Work (cuando los objetos funcionan), su firma de productos cotidianos del hogar, creados por maestros como Pawson, Kate Hume o Vincent Van Duysen (el director art¨ªstico de Molteni&C., que nos abri¨® las puertas de su casona lujosa y despojada en el centro de Amberes).
La idea de Lafontaine naci¨® de la propia experiencia: durante a?os trabaj¨® con arquitectos de primer nivel que siempre la llamaban para dar el toque final a las viviendas, encontrar esos objetos que hicieran justicia al dise?o interior, una tarea que se volv¨ªa complicada con demasiada frecuencia. "Busco formas simples y las proporciones correctas", contaba Lafontaine en una conferencia. Este principio, tan intr¨ªnseco a la filosof¨ªa minimalista del propio Pawson, ha cimentado una colaboraci¨®n que ha dado bastante de s¨ª: 18 a?os llevan ya definiendo platos de madera, cacerolas, teteras, botes de sal y pimienta. Y hasta un cuchillo para cortar carne.
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Al Steak Knife que John Pawson dise?¨® en 2012, de hecho, se le podr¨ªan adjudicar varias de las etiquetas que resumen sus edificios. La econom¨ªa en el detalle ¡ªni siquiera hay tornillos de enganche¡ª, las formas?refinadas ¡ªcombinando rectas y curvas, en mate y brillo¡ª, y la funcionalidad de los materiales (acero ligero de Damasco en la hoja, madera de ¨¦bano de Makassar para que el mango pese lo justo). Estas virtudes se aprecian a¨²n m¨¢s cuando se aplican a un objeto que todo el mundo sabe cu¨¢ndo falla: delante de un entrecot, lo que se necesita no es otra cosa que un buen agarre para evitar que la palma de la mano se deslice y un acero afilado que ahorre energ¨ªas cortando a la primera.
De ah¨ª que Pawson decidiera encargarle la producci¨®n del cuchillo a los japoneses de la firma KAI. A ellos les respaldan 111 a?os de artesan¨ªa. Un oficio que perpet¨²a la t¨¦cnica de precisi¨®n de los que en su d¨ªa fabricaban las mejores katanas del pa¨ªs. Y el hecho de haber nacido en Seki: una especie de Toledo nipona a la que sol¨ªan acudir los samur¨¢is para renovar los aparejos de trabajo. Todo esto habla a favor del Steak Knife, pero tambi¨¦n de la influencia que el arquitecto arrastra desde que visit¨® Jap¨®n antes de entrar a la universidad. Su plan era quedarse una semana. Tard¨® cuatro a?os en hacer las maletas para volver a casa. Entre medias, aprendi¨® a deshacerse de todo lo que no fuera esencial. Ahora a sus dise?os los califican de minimalismo utilitario. Por algo ser¨¢.
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