Avanzar o retroceder
Insistir en el neoliberalismo ultra que ha desestructurado nuestra sociedad no es la mejor credencial para reconstruir el contrato social que nuestro pa¨ªs necesita
Suele decirse que las democracias liberales se han construido sobre tres pilares: sistemas parlamentarios que articulan el pluralismo pol¨ªtico gracias al sufragio universal, reconocimiento de derechos civiles fundamentales y separaci¨®n de los poderes del Estado. No obstante, se olvida a menudo un cuarto pilar sin el cual no hubiese sido posible la consolidaci¨®n ni la legitimaci¨®n de nuestras democracias: los derechos sociales y laborales.
En Espa?a el nacimiento y consolidaci¨®n de la democracia le debe tanto o m¨¢s al movimiento obrero organizado que a los liberales de las Cortes de C¨¢diz. Entre unos y otros levantaron esos cuatro pilares. Pero estos avances nunca son definitivos, siempre est¨¢n sometidos a la correlaci¨®n de las fuerzas sociales y econ¨®micas, existiendo riesgos de involuci¨®n parcial. De hecho, hoy vemos c¨®mo esos riesgos reaparecen en nuestro pa¨ªs y nos colocan ante una encrucijada.
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Las duras medidas de ajuste impuestas a la mayor¨ªa social para gestionar la crisis han tenido como consecuencia la liquidaci¨®n del contrato social constitucional, erosion¨¢ndose el cuarto pilar de nuestra democracia. La generalizaci¨®n de la precariedad, el miedo y la desafecci¨®n han sido el resultado de dicha deflagraci¨®n.
En este contexto han emergido dos respuestas, de signo muy distinto, que compiten hoy por gestionar el campo pol¨ªtico y reconstruir nuestra sociedad en una u otra direcci¨®n.
La primera pretende levantar un nuevo contrato social propio del siglo XXI, poniendo en el centro la reducci¨®n de las desigualdades y la profundizaci¨®n de los derechos sociales. El acuerdo presupuestario firmado entre Unidos Podemos y el Gobierno intenta caminar en esa direcci¨®n.
La segunda respuesta ¨Crepresentada por el acuerdo alcanzado entre PP, Ciudadanos y Vox en Andaluc¨ªa¨C plantea redoblar las mismas medidas econ¨®micas ¡®neocon¡¯ que nos llevaron a la Gran Recesi¨®n y que despu¨¦s profundizaron el malestar, manteniendo inalterada la agenda econ¨®mica de la ¨²ltima d¨¦cada (austeridad fiscal permanente, erosi¨®n del Estado de Bienestar y ajustes salariales continuos). A esto se suma adem¨¢s un preocupante cuestionamiento de algunos derechos sociales y civiles.
La influencia ejercida por las fuerzas del cambio sobre el Gobierno ha llevado a la mayor subida del salario m¨ªnimo de la democracia. Y tambi¨¦n ha alumbrado unos presupuestos generales que ¨Cal eliminar algunos privilegios fiscales de los que disfrutaban las ¨¦lites¨C elevar¨¢n un 40% la inversi¨®n en pol¨ªticas de dependencia y vivienda, eliminar¨¢n el copago farmac¨¦utico para cinco millones de pensionistas, y llevar¨¢n los permisos de paternidad hasta las ocho semanas. Es la v¨ªa de la profundizaci¨®n democr¨¢tica.
Sin embargo, la presi¨®n que ejerce la extrema derecha sobre el PP y Ciudadanos le ha se?alado al nuevo Gobierno andaluz un camino bien distinto: bajada de impuestos a quienes hereden m¨¢s de un mill¨®n de euros ¨Clo que mermar¨¢ la capacidad de la Junta de Andaluc¨ªa de proveer de servicios a sus ciudadanos¨C, cuestionamiento frontal del sector p¨²blico y de su funci¨®n redistributiva, retrocesos en la educaci¨®n p¨²blica y defensa de aquella que segrega a ni?os y ni?as.
A nadie se le escapa que la primera v¨ªa ¨Cel acuerdo en el campo progresista¨C es un camino incierto, puesto que se trata de alianzas en fase de ¡°entrenamiento¡± sujetas a m¨²ltiples tensiones. Pero tambi¨¦n resulta evidente que la segunda v¨ªa presenta una inquietante certidumbre: la erosi¨®n de derechos sociales, laborales e incluso civiles.
En el pasado, las fuerzas liberales en Espa?a siempre quedaron sometidas a la hegemon¨ªa de las fuerzas reaccionarias y ultraconservadoras. No parece que hoy la correlaci¨®n pol¨ªtica en el bloque de las derechas sea muy distinta. Insistir en ese neoliberalismo ultra que ha desestructurado nuestra sociedad, a?adiendo ahora un nuevo pensamiento reaccionario ¨Corgullosamente desacomplejado¨C no son precisamente las mejores credenciales para reconstruir el contrato social que nuestro pa¨ªs necesita.
Avanzar o retroceder, ese es hoy el dilema de nuestra democracia. Y la salida nunca debe ser dar marcha atr¨¢s al reloj de la Historia.
Nacho ?lvarez es secretario de Econom¨ªa de Podemos y profesor en la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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