Las derechas se quedan como Pepe Isbert

Se equivoc¨® Pedro S¨¢nchez al soltar en pleno tablero de parch¨ªs (donde se jugaban los Presupuestos) un par de figuras que cogi¨® furtivamente del de ajedrez (donde se juega el Estado). Caballo y reina (por poner un nombre al relator y a la mesa de partidos sui generis que hab¨ªan ideado para negociar con cierta parte de Catalu?a, que no toda) intentaron moverse unos d¨ªas en tablero ajeno. Pero duraron poco. Liaron tales choques sobre el terreno de juego que el Gobierno tuvo que rectificar, parar el marcador e intentar buscar otra salida. Otra t¨¢ctica. Otra estrategia. Stop, cat¨¢strofe.

La oposici¨®n, mientras tanto, se qued¨® el domingo como Pepe Isbert tras pasar la comitiva americana en Bienvenido, Mister Marshall: guardando banderines y comprobando que, a pesar de todo el esfuerzo y la ilusi¨®n, no hab¨ªa cambiado nada. Con una diferencia, a peor: la derecha est¨¢ tan troceada que dif¨ªcilmente puede vender como un ¨¦xito una movilizaci¨®n mediana que tiene que dividir en tres.

Y ah¨ª est¨¢bamos ayer, con el reloj parado y los rivales buscando aliento tras recoger las pancartas, cuando el Gobierno busc¨® el comod¨ªn de la llamada y plante¨® un posible adelanto electoral. La fecha del 14 abril, de enorme simbolismo para la izquierda por ser el D¨ªa de la Rep¨²blica, salt¨® al tablero, junto con el anuncio de que ¡ªeste viernes s¨ª es s¨ª¡ª los restos de Franco ser¨¢n exhumados en breve.

Del parch¨ªs hemos saltado al ajedrez y de ah¨ª a los envites, los gui?os o el ¨®rdago de una cita electoral que S¨¢nchez debi¨® haber acometido mucho antes y que ahora su entorno deja caer off the record para tensionar a izquierdas, derechas e independentistas a la vez.

Las derechas directamente no est¨¢n jugando al parch¨ªs, al ajedrez ni al mus, sino que libran la batalla a hachazos por su hegemon¨ªa. Los independentistas solo tienen hoy una misi¨®n: convertir el juicio a 12 dirigentes en el juicio a un pa¨ªs y denigrar la imagen del Estado de derecho que ellos precisamente intentaron descomponer. El acusado acusa a los dem¨¢s. Y la izquierda, o las izquierdas, intenta defenderse de todos, y especialmente de s¨ª mismos.

Complejo escenario donde solo cabe pedir pol¨ªtica, y no juego. O, si no hay m¨¢s remedio, que las cartas est¨¦n siempre boca arriba.