D¨ªa de San Valent¨ªn, patr¨®n del amor pero tambi¨¦n del consumo
La leyenda y el consumo marcan la celebraci¨®n de San Valent¨ªn unida al D¨ªa de los Enamorados
Entre la Navidad y el D¨ªa del Padre, despu¨¦s de Reyes y de la cuesta de enero y antes de los carnavales y de la Semana Santa, el D¨ªa de San Valent¨ªn parece situado de forma calculada en el calendario para que no haya un solo mes con excusa de no comprar, consumir o regalar.
La etiqueta en esta ocasi¨®n es el D¨ªa de los Enamorados -denominado tambi¨¦n D¨ªa de la Amistad o D¨ªa del Cari?o en algunos pa¨ªses-, y es que san Valent¨ªn es considerado el patr¨®n del amor, m¨¢s bien orientado al enamoramiento adolescente y juvenil y al amor de pareja ya consolidado que a otros tipos de amor (filial, familiar¡) que si no tienen su d¨ªa internacional o mundial poco tardar¨¢n en instaurarlo.
Hoy es el d¨ªa en el que millones de rosas se regalan en el mundo y se escriben frases jurando amor eterno, pero en el que todo valdr¨¢ a la hora de tener un detalle con la persona a quien queremos felicitar y demostrar nuestro amor. Gracias a la tecnolog¨ªa podemos encontrar hasta empresas especializadas y listas de regalos a la medida de nuestro bolsillo. De esta forma, la comida o cena rom¨¢nticas han sido sustituidas por joyas, viajes, experiencias glamurosas y hasta escapadas de ¨²ltima hora. El chocolate y los spa han dado paso este a?o a opciones m¨¢s originales que permiten celebrar un D¨ªa de San Valent¨ªn ecol¨®gico apadrinando un ping¨¹ino de la Ant¨¢rtida o un burro si no queremos ¡®irnos¡¯ tan lejos. Tampoco pude faltar hoy, unido a este d¨ªa de los sue?os a veces imposibles, el sorteo del cup¨®n de la ONCE, que une regalos que se pueden obtener en la web al premio del cup¨®n de hoy.
El caso es que aunque a¨²n queda un mes para la primavera, es precisamente el florecimiento temprano del almendro, con sus flores rosadas, el que tiene el t¨ªtulo de s¨ªmbolo del amor y la amistad duraderos. Todo tiene que ver con la teor¨ªa m¨¢s aceptada, seguro que con su parte de historia pero tambi¨¦n de leyenda, sobre el origen de San Valent¨ªn y que, lejos de lo que pudiera parecer al hablar de amor, no tuvo ni mucho menos un final feliz.
Debemos situarnos en Roma y en el siglo III, en plena expansi¨®n del cristianismo. All¨ª gobernaba el emperador Claudio II que, en su breve mandato de apenas dos a?os, prohibi¨® la celebraci¨®n de matrimonios a los j¨®venes porque estaba convencido de que los solteros, al tener menos ataduras, eran mejores soldados para poder luchar contra todas las invasiones que acechaban al Imperio.
Un sacerdote, llamado Valent¨ªn, consider¨® tan injusto el decreto que en secreto celebraba matrimonios para j¨®venes enamorados y lograba que muchos se convirtieran al cristianismo, adem¨¢s de asistir a los presos que luego eran martirizados. Sin embargo, al ser descubierto fue detenido y tambi¨¦n ¨¦l encarcelado. La historia cuenta que el oficial Asterius, encargado de detenerlo y custodiarlo, lo ret¨®, para ridiculizarlo, a que devolviese la vista a una hija suya, llamada Julia, que naci¨® ciega. Valent¨ªn acept¨® y, en nombre de Dios, le devolvi¨® la vista.
Este milagro sacudi¨® tanto las creencias de Asterius y de su familia que se convirtieron al cristianismo. Valent¨ªn, al contrario de lo que pudiera pensarse, sigui¨® preso, pero comenz¨® a dar clases a la hija del carcelero. Al parecer, la historia ya novelada cuenta que Valent¨ªn se enamor¨® de la chica, pero la condena sigui¨® hasta el juicio, en que el sacerdote fue condenado a muerte, lapidado y decapitado un 14 de febrero del a?o 269.
El relato se completa con dos detalles que explican la tradici¨®n actual: el primero es que en la v¨ªspera de su ejecuci¨®n, Valent¨ªn le envi¨® a Julia una nota de despedida firmada como ¡°de tu Valent¨ªn¡±. Esta puede ser la explicaci¨®n de la expresi¨®n anglosajona ¡°From your Valentine¡± que aparece al final de los textos de amor que se env¨ªan los enamorados en la actualidad. El segundo detalle es que la joven Julia, agradecida a Valent¨ªn, plant¨® un almendro de flores rosadas junto a su tumba, y de ah¨ª su simbolismo como ¨¢rbol de amor y amistad duraderos.
Valent¨ªn fue enterrado a las afueras de Roma, en v¨ªa Flaminia, de ah¨ª que durante la Edad Media la Puerta Flaminia de la ciudad fue conocida como Puerta de San Valent¨ªn. Dos siglos despu¨¦s, en el a?o 494, el Papa Gelasio design¨® el 14 de febrero como la fecha para la celebraci¨®n del d¨ªa de los enamorados, incluy¨¦ndola en el calendario lit¨²rgico tradicional y elevando a Valent¨ªn a los altares como santo.
La Iglesia cat¨®lica lo celebr¨® as¨ª durante los siguientes 15 siglos, principalmente para abolir la costumbre pagana de que los j¨®venes sacaran por suerte, el 15 de febrero, nombres de chicas en honor de la diosa del sexo y la fertilidad, llamada Februata Juno, para que fueran su pareja durante un a?o. La fiesta fue as¨ª cristianizada al cambiarla por San Valent¨ªn.
Pero en 1969, bajo el pontificado del ahora tambi¨¦n santo Pablo VI y despu¨¦s del Concilio Vaticano II, San Valent¨ªn fue eliminado del calendario ante las dudas que exist¨ªan sobre su historia. Desde entonces, la Iglesia cat¨®lica celebra el 14 de febrero a los santos Cirilo y Metodio.
Bien es cierto que los antiguos martirologios de la Iglesia mencionan en la fecha del 14 de febrero al menos a tres santos de nombre Valent¨ªn y todos ellos m¨¢rtires. A uno se le describe como un sacerdote de Roma que sol¨ªa ayudar a los presos que ser¨ªan despu¨¦s martirizados durante la persecuci¨®n a cristianos.
El otro San Valent¨ªn, y el m¨¢s conocido, fue el obispo de Pignataro Interamna (actualmente Terni, en Italia), famoso por su evangelizaci¨®n, milagros y curaciones, y que fue decapitado en tiempos del emperador romano Marco Aurelio. Sobre el tercer San Valent¨ªn, m¨¢s all¨¢ de que tambi¨¦n fue martirizado, pero ¨¦ste en ?frica, poco m¨¢s se sabe.
Al final, la leyenda y el consumo han podido con el silencio que quiso darle la Iglesia a San Valent¨ªn, y en el imaginario y en la tradici¨®n popular contin¨²a muy presente la celebraci¨®n oficiosa de San Valent¨ªn unida al D¨ªa de los Enamorados. En el fondo, si el amor es el motor del mundo y si es verdad aquello del ¡°Paz y Amor¡±, estamos tardando en acabar con los conflictos y las desigualdades con esta f¨®rmula tan extra?a pero que nos seduce a todos, as¨ª que, ?feliz D¨ªa de los Enamorados!?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.