Colutorio
Los bloques informativos de la prensa tienen algo de las antiguas casas de fieras
Los telediarios, al tiempo de informar sobre la realidad, intentan enderezarla, cada uno desde su l¨ªnea, claro, desde su concepci¨®n del orden. Cuentan el drama e indican sutilmente la f¨®rmula para acabar con ¨¦l. Podr¨ªamos decir que en el modo de contarlo se oculta la receta que los editoriales de la prensa de papel o digital muestran a las claras. Cada cual observa desde su punto de vista el ¨¢rbol que se derrumba, y ofrece sus remedios para enderezarlo. Pero el ¨¢rbol cae y cae a c¨¢mara lenta, ya se escucha el crujido indoloro de sus ra¨ªces al romperse. Suena como cuando te arrancan una muela con anestesia. Crash, crash, crash. Deber¨ªa hacerme da?o, piensas, mientras el ruido se transmite al o¨ªdo interno a trav¨¦s de los huesos del cr¨¢neo. El mundo deber¨ªa hacernos da?o. Pero se celebra un encuentro entre el Real Madrid y el Atl¨¦tico, o entre el Bar?a y la Juventus, y es como un chute de anestesia en plena enc¨ªa. Nos seda.
Los bloques informativos de la prensa tienen algo de las antiguas casas de fieras. En esta jaula podemos ver la Cultura; en esta otra, la Pol¨ªtica Nacional; despu¨¦s viene la Econom¨ªa, aislada de la Pol¨ªtica, como si fueran especies diferentes, cuando no incompatibles, y as¨ª todo seguido hasta llegar a la jaula de las Necrol¨®gicas, en la que nos miramos como en el espejo del ascensor, a ver c¨®mo damos de muertos. Todas las jaulas expelen un narc¨®tico contra el espanto porque toda nuestra pol¨ªtica y nuestra econom¨ªa y nuestra cultura y hasta nuestras necrol¨®gicas est¨¢n atravesadas por el espect¨¢culo. El denominador com¨²n de las jaulas en las casas de fieras era una fetidez que insensibilizaba al visitante. Ya est¨¢, dice el dentista, enju¨¢guese y haga g¨¢rgaras cada seis horas con este colutorio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.