A Madrid, sin complejos
Ir un d¨ªa a la capital siempre ha sido as¨ª, desde ese pueblo de La Sagra, en Toledo
Ir un d¨ªa a la capital siempre ha sido as¨ª, desde ese pueblo de La Sagra, en Toledo. Por la ma?ana temprano, un caf¨¦ con leche ardiendo, como de estaci¨®n de tren, acompa?ado de una rebanada de pan suavemente mojado en aceite virgen. Despu¨¦s, al autocar. Y todos, sin ning¨²n complejo, a cantar: ¡°Para ser conductor de primera, acelera¡ Se va a enterar S¨¢nchez¡±.
Es mejor empezar suave, para que ning¨²n viajero se sienta presionado ni ofendido. Sobre todo, ese negro que nadie sabe qu¨¦ pinta aqu¨ª. En el pueblo vende ajos. De los dem¨¢s, se puede responder uno por uno. Pero el negro, ?qu¨¦ pinta el negro? No parecen saberlo ni los de la organizaci¨®n, ni los de fuera, claro. Y no es que moleste, no, pero complica el repertorio, si es que no hay que ofender. Hay que escrutar mentalmente las letras para que luego no pueda haber acusaciones de racismo. El negro lleva adem¨¢s, como todos los que han subido al autob¨²s, una banderita de Espa?a y un bocadillo de queso y tomate bien envuelto en papel biodegradable, porque los que vamos hoy a Madrid somos todos ecologistas.
El negro ha sido adoptado por Gregorio, el m¨¢s bruto de toda la excursi¨®n, que se arrima a ¨¦l y le toma por los hombros. Se debe de sentir muy seguro del negro porque es ¨¦l quien inicia la siguiente canci¨®n: ¡°All¨¢ por la tierra mora¡¡±. Cuando llega lo de ¡°banderita, t¨² eres roja¡±, ya todo el mundo se sabe lo que sigue. ¡°S¨¢nchez se va a enterar¡±.
Como lo de la banderita cuela, ya se puede seguir por el ¡°novio de la muerte¡±. Gregorio hizo la mili en la Legi¨®n y lleva la direcci¨®n de la cosa.
Pero ahora es de Ciudadanos, y tambi¨¦n es el que raciona el repertorio. Cuando se acaba lo del novio, le da un giro brusco a la tem¨¢tica, y todos los presentes se zambullen en el ¡°ahora que vamos despacio?/?vamos a contar mentiras¡±. Y ah¨ª se puede improvisar y meter de todo: ¡°En esta Espa?a de S¨¢nchez?/?las pensiones por las nubes, tralal¨¢¡¡±. Qu¨¦ risa.
Un poco m¨¢s de Legi¨®n y a bajarse del autob¨²s. Hay que acordarse de d¨®nde para la vuelta.
El primero en irse ha sido el negro. Pero aparece unos metros m¨¢s all¨¢, camino de Col¨®n. Vende banderas, todas con el escudo constitucional. Habr¨¢ que acostumbrarse.
Se va a enterar S¨¢nchez.
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