La invisibilidad buscada de Marisol
Reci¨¦n cumplidos los 71 a?os, Pepa Flores pasa inadvertida en M¨¢laga, donde todav¨ªa recibe ofertas de trabajo
El centro cultural malague?o La T¨¦rmica organiz¨® en 2015 una exposici¨®n con 50 fotograf¨ªas de Marisol tomadas por el fot¨®grafo C¨¦sar Lucas. La muestra realizaba un recorrido fascinante por su brillante irrupci¨®n en el cine y la m¨²sica. Fue vista por m¨¢s de 12.000 personas, pero ella, Pepa Flores, no apareci¨®. Agradeci¨® por mensaje la iniciativa y confi¨® en el buen criterio del artista y la comisaria, Sylvie Imbert, para bendecir la muestra. Mantuvo as¨ª la que ha sido su decisi¨®n m¨¢s personal y respetable: su desaparici¨®n de la vida p¨²blica. Reci¨¦n cumplidos los 71 a?os, pasa pr¨¢cticamente desapercibida en su M¨¢laga natal. Justo lo que persegu¨ªa, como antes Greta Garbo.
¡°A lo ¨²nico que aspiro es a ser una persona normal¡±, le coment¨® hace unos a?os al escritor y cineasta Luis Alegre, durante una divertida noche donde Pepa Flores se arranc¨® a cantar tras un concierto de su amiga Aurora Guirado. La frase es un mantra para la malague?a. Lo demuestra con sus escas¨ªsimas apariciones p¨²blicas. No acudi¨® a la exposici¨®n, pero tampoco a recoger el t¨ªtulo de Hija Predilecta de M¨¢laga que recibi¨® el pasado a?o o la Medalla de Honor que le otorg¨® el C¨ªrculo de Escritores Cinematogr¨¢ficos a comienzos de 2016. A finales de ese a?o, sin embargo, dio la sorpresa al subirse a las tablas del Teatro Cervantes para cantar T¨®mbola junto a Celia Flores. La menor de sus hijas presentaba entonces su disco 20 a?os de Marisol a Pepa Flores y su madre se lo agradeci¨® sobre el escenario ante la enorme sorpresa del p¨²blico.
Marisol pas¨® a ser Pepa Flores en 1985. Aquel a?o protagoniz¨® su ¨²ltima pel¨ªcula, Caso cerrado, t¨ªtulo premonitorio donde compart¨ªa reparto con otro malague?o que empezaba a despuntar, Antonio Banderas. ¡°El ego, el poder y el dinero son tres factores por los que una persona se puede ir a pique¡±, dec¨ªa en EL PA?S 15 a?os m¨¢s tarde. Hoy apenas quedan ecos de la ni?a prodigio que fue. Pepa Flores se diluye entre quienes residen en el vecindario donde se refugi¨® tras su separaci¨®n de Antonio Gades. Vive junto a su pareja, Massimo Stecchini, en el barrio de La Malagueta, con vistas al Mediterr¨¢neo. Son habituales sus caminatas por el paseo mar¨ªtimo tras unas oscuras gafas de sol. Dedica el tiempo a disfrutar de su nieto y sus tres hijas: Tamara, Mar¨ªa y Celia. Tambi¨¦n se pierde en la comarca de La Axarqu¨ªa, al este de la provincia de M¨¢laga, donde desconecta de la ciudad. Se hace invisible siempre que puede.
¡°Vive una vida pl¨¢cida con sus cosas y su gente. Cumpliendo el sue?o de ser una persona normal¡±, describen fuentes cercanas. Le siguen llegando ofertas de trabajo para televisi¨®n y otros proyectos, ¡°que rechaza sistem¨¢ticamente¡±, a?aden desde un entorno que prefiere guardar silencio. Amistades y familiares se disculpan educadamente ante las preguntas. ¡°La queremos demasiado como para no respetar su decisi¨®n¡±, cuenta un buen amigo, que relata c¨®mo el objetivo de vivir en el anonimato se ve distorsionado cuando sus pel¨ªculas vuelven a verse en televisi¨®n o cuando alg¨²n programa revuelve el pasado que quiere olvidar.
¡°Su desconexi¨®n de la vida p¨²blica es un valor casi in¨¦dito en estos d¨ªas en los que todo el mundo se muere por un like o salir en televisi¨®n¡±, a?ade el periodista y gestor cultural H¨¦ctor M¨¢rquez, que prolog¨® el libro Marisol - Pepa Flores: Coraz¨®n rebelde (Milenio). Publicado en 2018, es una reivindicaci¨®n musical de la artista malague?a. ¡°Ten¨ªa unas posibilidades infinitas¡±, explica el autor de la obra, Luis Garc¨ªa Gil, que la sit¨²a a la estela de figuras como Fran?oise Hardy. En los dos a?os de investigaci¨®n que necesit¨® para su libro, el escritor nunca contact¨® con la protagonista de sus p¨¢ginas. ¡°Sab¨ªamos desde el principio que no podr¨ªamos hablar con ella porque prefiere estar al margen. Pero este era un trabajo necesario para destacar su gran papel en la m¨²sica espa?ola¡±, afirma Gil. ¡°El fen¨®meno de Marisol fue como el actual de Rosal¨ªa, pero multiplicado por cien¡±, relata Luis Alegre. Por eso, aunque hayan pasado 60 a?os, sigue vivo. Se comprob¨® en la pen¨²ltima edici¨®n de Operaci¨®n Triunfo. Amaia Romero cont¨® entonces ser "una friki" de Marisol. ¡°Era mi ¨ªdolo de peque?a¡±, dec¨ªa a sus compa?eros mientras preparaba la canci¨®n Me conformo, que la malague?a lleg¨® a versionar en japon¨¦s. El tema se estren¨® en 1964, 35 a?os antes del nacimiento de la finalmente ganadora del concurso televisivo. Ha influido no solo en quienes la vieron crecer de ni?a prodigio a mujer en el cine y la prensa: tambi¨¦n en las siguientes generaciones, que la respetan y admiran. El mito contin¨²a.
Pepa Flores se alej¨® para siempre de Marisol. De la infancia singular que la marc¨® de por vida. Del personaje que otros crearon para ella y explotaron hasta la saciedad. ¡°Es una pena que no pueda recordar con felicidad aquella ¨¦poca¡±, afirma el fot¨®grafo C¨¦sar Lucas, que conoci¨® a la actriz y cantante en el a?o 1960 mientras trabajaba en el diario Pueblo. Tras una primera sesi¨®n de fotos con motivo de la primera pel¨ªcula de la actriz, Un rayo de luz, establecieron una amistad que deriv¨® en muchos trabajos posteriores y que dur¨® hasta 1974. Fue el autor de numerosas im¨¢genes emblem¨¢ticas como la que Intervi¨² llev¨® en su portada en 1976. Las que pudieron verse en La T¨¦rmica a¨²n siguen girando por espacios culturales de la provincia de M¨¢laga ¡ªactualmente, en Nerja¡ª. Las im¨¢genes de Marisol perseguir¨¢n para siempre a Pepa Flores, que dise?¨® su destino para obtener una libertad que, a su pesar, jam¨¢s ser¨¢ total.
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