¡®Subdomingo¡¯
Una pol¨ªtica sana requiere pausa, no un frenes¨ª permanente
El viernes pasado tuve un sue?o. Espa?a celebraba todas las elecciones el mismo d¨ªa. Como los suecos, que votan al Parlamento nacional, a la regi¨®n y al municipio el segundo domingo de septiembre cada cuatro a?os. Es decir, ¡°sufren¡± unos tres meses de mensajes de campa?a y 45 meses de debate pol¨ªtico ordinario.
As¨ª hay tiempo para que los partidos maduren discursos complejos y los votantes digieran pol¨ªticas dif¨ªciles. Como la externalizaci¨®n de los servicios del Estado de bienestar a empresas privadas, el recurso a la energ¨ªa nuclear, la restituci¨®n del servicio militar, o un sistema de pensiones que combina el sistema de reparto con el de capitalizaci¨®n y los planes privados.
Las ventajas de un calendario limpio de comicios durante un periodo largo superan a los problemas de mezclar elecciones a distintas Administraciones el mismo d¨ªa. Los votantes, adem¨¢s, llegan frescos y con ganas de evaluar a sus representantes, no hastiados de elecciones constantes como los espa?oles. Ciertamente, en Suecia hay un efecto arrastre de las elecciones generales a las locales y regionales, pero los resultados son significativamente distintos, demostrando que los ciudadanos pueden valorar la gesti¨®n de cada Gobierno de forma independiente. Y tambi¨¦n se contagia la elevada participaci¨®n.
Dada la din¨¢mica cuasifederal de Espa?a, ni es posible ni seguramente deseable replicar el modelo sueco aqu¨ª. Pero, si se hubieran convocado las generales el 26-M, por una vez podr¨ªamos habernos ahorrado una campa?a.
No obstante, en lugar de un superdomingo tendremos un subdomingo. Acudiremos a votar el 28-A y, apenas unos d¨ªas despu¨¦s, empezar¨¢ el carrusel propagand¨ªstico de las europeas, municipales y auton¨®micas. Muchos opinan que eso permitir¨¢ ¡°darle la importancia que merecen¡± a los temas locales y regionales. Y quiz¨¢s ser¨¢ as¨ª para los pol¨ªticos y los votantes m¨¢s motivados. El resto de espa?oles es m¨¢s f¨¢cil que, tras el 28-A, se dejen llevar por la apat¨ªa que por el entusiasmo de enjuiciar la labor de sus alcaldes y presidentes de la comunidad aut¨®noma. Y todos perderemos un tiempo precioso de pol¨ªtica normal, donde el debate no est¨¦ contaminado por el marketing de campa?a y los argumentos se impongan a los esl¨®ganes.
Una pol¨ªtica sana requiere pausa, no un frenes¨ª permanente. Nos sobran campa?as y d¨ªas de reflexi¨®n y nos faltan a?os para reflexionar en calma. @VictorLapuente
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