El hijo de Margarita de Inglaterra quiere lavar la imagen fr¨ªvola de su madre

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Extremadamente atractiva, rebosante de glamur y toda una estrella en su condici¨®n de una de las mujeres m¨¢s retratadas de su tiempo. Tambi¨¦n una fumadora empedernida, caprichosa, ego¨ªsta, infiel y amante de las fiestas interminables. Ese es el retrato de la princesa Margarita, la fallecida hermana menor de Isabel II, que ha quedado grabado para la posteridad y que su hijo quiere contrarrestar con la firma de una biograf¨ªa m¨¢s favorecedora. El ¨¦xito televisivo de The Crown, la serie de Netflix que ha vuelto a traer a primera l¨ªnea la figura de su madre, ha convencido al conde Snowdon de escribir ahora ese libro.

A David Linley ¡ªel nombre civil del conde¡ª le exaspera "la imagen que las futuras generaciones puedan tener" de su madre, un perfil poco halag¨¹e?o que ha derivado de los libros y art¨ªculos de la prensa del cotilleo divulgados a lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas, y ya incluso antes de la muerte de Margarita en 2002, a la edad de 71 a?os. El hijo mayor de la princesa nunca se hab¨ªa pronunciado antes al respecto, pero el fen¨®meno mundial que ha supuesto la producci¨®n de The Crown ha sido la gota que ha colmado el vaso. Califica de "barata" su recreaci¨®n de la historia y le reprocha que confunda al p¨²blico con un relato imaginado por los guionistas de la serie que se presenta como hechos ver¨ªdicos.

La millonaria audiencia de la serie de Netflix pudo recorrer, a lo largo de las dos primeras temporadas, los a?os j¨®venes de Margarita, el trauma que le supuso el veto de palacio a su romance con un capit¨¢n divorciado (Peter Townsend) y su entrega, a partir de entonces, a una vida bastante disoluta. Acab¨® cas¨¢ndose, en 1960, con el fot¨®grafo Antony Armstrong-Jones, el primer plebeyo en contraer matrimonio con una hija de rey en 400 a?os de historia brit¨¢nica y tambi¨¦n encarnaci¨®n de una personalidad tan conflictiva como la de ella. De las tensiones y desintegraci¨®n final de ese matrimonio, que termin¨® divorci¨¢ndose en 1978 tras una larga retah¨ªla de infidelidades por ambas partes, se ocupar¨¢ la serie en sus pr¨®ximas entregas, un punto que preocupa especialmente al primer hijo de la pareja, de 57 a?os.

Su hermana, lady Sarah Chatto, es tres a?os menor y la sobrina favorita de la monarca de Inglaterra por su proverbial discreci¨®n: nunca ha abierto la boca para hablar de la familia Windsor y probablemente nunca lo har¨¢. Pero el conde Snowdon se revela ahora dispuesto a terciar, m¨¢xime cuando la colorida vida de su madre ¡ªincluida su relaci¨®n con el mucho m¨¢s joven Roddy Llewellyn, o sus juergas con Mick Jagger en la isla de Mustique¡ª est¨¢n a punto de exhibirse como jugoso material en la peque?a pantalla.

"Mi madre fue mucho m¨¢s que esa mujer a la que s¨®lo le interesaban las fiestas. Dedic¨® una cantidad ingente de tiempo a la promoci¨®n de las artes y a sus deberes oficiales en nombre de la reina", ha subrayado el conde Snowdon a la hora de anunciar que est¨¢ preparando un libro sobre Margarita ¡ªy en el que tambi¨¦n reivindicar¨¢ la figura de su padre¡ª con la asistencia de acreditados historiadores. Para ello ya est¨¢ escrutando la correspondencia de la progenitora y contar¨¢, adem¨¢s, con el privilegiado acceso a los archivos reales del castillo de Windsor.

El perfil de esa madre que, seg¨²n su visi¨®n, rompi¨® con muchas convenciones al llevar a sus hijos "a visitar f¨¢bricas, al ballet, al teatro y a galer¨ªas de arte", es el que pretende proyectar en su libro, todav¨ªa sin fecha de publicaci¨®n. Probablemente se rememorar¨¢ a esa Margarita esplendorosa, a quien la c¨¢mara de Cecil Beaton retrataba por su 21? cumplea?os embutida en un vestido de tul blanco de Christian Dior y un cintur¨®n que ce?¨ªa su cintura de avispa. M¨¢s de seis d¨¦cadas y media despu¨¦s, esa imagen se ha convertido en el principal reclamo publicitario para una exposici¨®n sobre el costurero franc¨¦s en el museo Victoria & Albert.

Tal es la fascinaci¨®n que todav¨ªa hoy ejerce el personaje de Margarita entre los brit¨¢nicos. Y su hijo se dispone a contarles una historia mucho m¨¢s amable de lo que sugiere la biograf¨ªa de la princesa, aunque con el peso de ser de primera mano. David Linley es un empresario de ¨¦xito hoy volcado en su producci¨®n de muebles para clientes selectos que no necesita ni la publicidad ni el dinero que puedan reportarle el libro. El bi¨®grafo real Hugo Vickers ha expresado mejor que nadie las motivaciones del conde: "Los amigos de Margarita est¨¢n soliviantados por el modo en que est¨¢ siendo retratada. Creo que ella y los suyos se merecen una visi¨®n m¨¢s equilibrada sobre qui¨¦n fue". Con sus sombras, pero tambi¨¦n con sus luces.