El Comercio Justo rompe el c¨ªrculo de la pobreza
Un nuevo informe revela el impacto positivo de 'otra econom¨ªa'
En los ¨²ltimos a?os, la econom¨ªa y el comercio mundiales dan se?ales de crecimiento. Sin embargo, esto no est¨¢ contribuyendo a la reducci¨®n de la pobreza. Hoy la pobreza sigue siendo una realidad, una injusta realidad que viven m¨¢s de 800 millones de personas en todo el mundo, seg¨²n datos de Naciones Unidas. El 80% de ellas se concentra en el sur de Asia y el ?frica Subsahariana.
Adem¨¢s, para una gran parte de la poblaci¨®n tener un trabajo no es sin¨®nimo de llevar una vida digna. La OIT en informes recientes refleja que casi un tercio de la clase trabajadora vive en condiciones de pobreza extrema o moderada. Y en este contexto no podemos olvidar la especial incidencia de la pobreza en las mujeres. En todo el mundo ellas registran un ?ndice de Desarrollo Humano m¨¢s bajo que los hombres.
El pago justo es un aspecto fundamental pero es solo uno de los principios del Comercio Justo
La pobreza es una realidad compleja, consecuencia de m¨²ltiples causas. Sin embargo, desde el movimiento del Comercio Justo creemos que es necesario y posible combatirla. Para ello es esencial cambiar el modelo econ¨®mico, apostar por un modelo econ¨®mico que priorice a las personas y la protecci¨®n del medio ambiente.
Traemos hoy estas reflexiones ya que con motivo D¨ªa Mundial de la Justicia Social, celebrado ayer, la Coordinadora Estatal de Comercio Justo publicamos un informe en el que analizamos c¨®mo el Comercio Justo contribuye a reducir la pobreza y la desigualdad. Y lo hacemos a trav¨¦s de un caso concreto, Bangladesh, un pa¨ªs peque?o, cuya extensi¨®n es la mitad que Espa?a, en el que viven 165 millones de personas. El 40% de ellas son pobres.
En Bangladesh el comercio exterior, y particularmente de textil, constituye el motor del crecimiento de su econom¨ªa desde los ¨²ltimos a?os. El aumento de las exportaciones de ropa, que suponen el 80 por ciento de sus exportaciones totales, en las ¨²ltimas d¨¦cadas ha sido muy superior en este pa¨ªs en relaci¨®n a otros pa¨ªses asi¨¢ticos. Sin embargo esto no ha contribuido a reducir la pobreza.
?Por qu¨¦?
Fundamentalmente, porque el crecimiento de este sector se ha basado en la competencia desde los bajos salarios y las escasas regulaciones de las condiciones laborales. La conclusi¨®n es clara: el crecimiento econ¨®mico per se no contribuye a reducir la pobreza.
Que es necesario otro planteamiento econ¨®mico global no lo decimos solo nosotros, tambi¨¦n lo afirma la propia Naciones Unidas:¡°Vamos a necesitar una econom¨ªa que respete los l¨ªmites del planeta, que reanude la dependencia del bienestar humano con las relaciones sociales y la justicia, y que reconozca que el objetivo final es el bienestar humano real y sostenible, no solo el crecimiento del consumo material¡±, sentencia la ONU. Tambi¨¦n insiste en este argumento Juanjo Mart¨ªnez, autor del citado informe: El modelo actual de producci¨®n, comercializaci¨®n y consumo es insostenible social y medioambientalmente
Siguiendo con nuestro ejemplo, en Bangladesh encontramos la organizaci¨®n de Comercio Justo BaSE. Una entidad que naci¨® en 1999 con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las mujeres, facilitar su independencia econ¨®mica y ser socialmente reconocidas. Hoy BaSE da trabajo a 10.000 personas -el 90% mujeres- que elaboran cestas de yute y art¨ªculos de textil, decoraci¨®n o calzado, organizadas en peque?os grupos de producci¨®n. Muchas de las trabajadoras tienen discapacidades f¨ªsicas o ps¨ªquicas. El salario que obtienen es de unos 10.000 takas (unos 3¡¯50 euros al d¨ªa), lo que supone el doble del salario m¨ªnimo legal en el pa¨ªs, fijado en 5.000 takas (unos 1,80 euros al d¨ªa) y lo que les permite llevar una vida digna.
El pago justo es un aspecto fundamental pero es solo uno de los principios del Comercio Justo. Las condiciones laborales adecuadas y seguras, la participaci¨®n de las trabajadoras en las decisiones, o la no explotaci¨®n infantil son otros de los aspectos que aplica BaSE.
Por otro lado, la organizaci¨®n facilita a las trabajadoras servicios b¨¢sicos como salud, cr¨¦ditos o educaci¨®n. En este ¨¢mbito, por ejemplo, los grupos de BaSE han promovido la creaci¨®n de escuelas en las comunidades donde trabajan.Son escuelas que ofrecen una educaci¨®n de calidad, sin ning¨²n tipo de discriminaci¨®n religiosa, de g¨¦nero o ¨¦tnica, algo que en otros pa¨ªses del entorno s¨ª ocurre. En estas escuelas se aplican enfoques modernos de integraci¨®n para ni?os y ni?as con discapacidades. Estas escuelas constituyen otra herramienta fundamental para romper el c¨ªrculo vicioso de la pobreza y avanzar hacia el desarrollo.
La organizaci¨®n BaSE es solo una de las m¨¢s de 1.500 organizaciones productoras de Comercio Justo que existen en Asia, ?frica y Am¨¦rica Latina, protagonistas esenciales de un sistema comercial alternativo que persigue el desarrollo de las comunidades y la lucha contra la pobreza, y que se completa con toda una red de entidades importadoras que tambi¨¦n trabajan bajo los principios del Comercio Justo, y con millones de consumidores y consumidoras en todo el mundo.
Sin embargo, a d¨ªa de hoy el Comercio Justo no representa ni el 1% del comercio internacional de productos equivalentes. Todav¨ªa queda, por tanto, un gran camino por recorrer. Pero sabemos cu¨¢l es el camino. Y eso ya es importante.
El informe ¡°El Comercio Justo y la erradicaci¨®n de la pobreza. El caso de Banglad¨¦s ha sido elaborado con financiaci¨®n de la Uni¨®n Europea en el marco del proyecto Trade Fair, Live Fair.
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