La vida sin l¨ªmites del excesivo G¨¦rard Depardieu
Un documental de la televisi¨®n francesa retrata la convulsa vida del actor, un hombre que lleg¨® a ser emblema de Francia y ahora es ciudadano ruso y se codea con Putin y el presidente checheno

El documental Depardieu, el hombre sin l¨ªmites, emitido el lunes por la noche en la televisi¨®n francesa BFMTV, dibuja un retrato ¨ªntimo del actor que los franceses adoran y odian por igual. "Ogro", "monstruo sagrado", "gigante"... son algunas de las palabras que no faltan para describir la excepcional personalidad de Gerard Depardieu. BFMTV pinta un retrato del actor como hombre polifac¨¦tico, amigo de dictadores, amante de la buena comida y de la fiesta, padre herido, coleccionista de arte... G¨¦rard Depardieu, de 70 a?os, es todo eso a la vez. Un actor que representa a Francia pero que ha terminado abandonando al pa¨ªs que le vio nacer.?
Para entender qui¨¦n es Gerard Depardieu, el documental retrocede 70 a?os y se va a Chateauroux, ciudad donde naci¨® y donde sac¨® adelante a cinco hermanos. Su padre, apodado Dede, fue un entrenador de remo analfabeto y su madre, Lilette, ama de casa. Su familia era muy pobre, y Depardieu fue analfabeto hasta bien entrada la pubertad. Su primer dinero lo gan¨® vendiendo tabaco, alcohol y droga introducida en Francia por militares norteamericanos de contrabando. Fue chulo y guardaespaldas de prostitutas y confes¨® haberse prostituido por dinero ocasionalmente. Depardieu no hizo el servicio militar, ya que en un psiqui¨¢trico se le diagnostic¨® "hiperemotividad patol¨®gica".
En su faceta como actor es conocido que es vago incluso para aprenderse los guiones. "Lleva un auricular en los rodajes. Es demasiado perezoso para aprender", dice de ¨¦l el cineasta Bernard Blier, uno de los amigos del int¨¦rprete que aparece en el documental. Pero esta t¨¦cnica le permite filmar entre cinco y siete largometrajes al a?o y el actor no es de los que se inmolan con las cr¨ªticas. Se r¨ªe incluso de quienes critican su f¨ªsico y no tiene ning¨²n problema en presumir de que entre sus excesos est¨¢ desayunar tocino mojado en caf¨¦ solo, sin az¨²car.
En 1971, Depardieu se cas¨® con la actriz ?lisabeth Guignot (madre de sus dos primeros hijos), de quien se divorci¨® 25 a?os despu¨¦s. Luego mantuvo una larga relaci¨®n con la tambi¨¦n int¨¦rprete Carole Bouquet. Su ¨²ltima compa?era conocida fue una estudiante norteamericana, Cl¨¦mentine Igou. Pero su relaci¨®n con las mujeres ha dado un giro desde el pasado verano, cuando una joven artista denunci¨® al actor por agresi¨®n sexual. Esta mujer, de quien no se conocen m¨¢s datos, asegur¨® a finales de agosto que Depardieu la viol¨® y agredi¨® sexualmente en su residencia en el distrito VI de Par¨ªs en dos ocasiones ese mismo mes.?Depardieu?niega tajante estas acusaciones, pero tuvo que acudir a la polic¨ªa parisina para declarar justo un mes antes de su cumplea?os, que celebra el 27 de noviembre. Seg¨²n la cadena RTL, este era el ¨²ltimo paso previo para que la Fiscal¨ªa de Par¨ªs decida si prosigue o no con el caso.?
Como ciudadano franc¨¦s y votante, Gerard Depardieu tampoco aburre. Fue socialista con Fran?ois Mitterrand, y m¨¢s tarde particip¨® en mitines electorales apoyando a Nicolas Sarkozy, candidato a la presidencia de Francia por el partido de derechas UPM. Luego se declar¨® ecologista. Fue amigo ¨ªntimo de Fidel Castro en La Habana y se considera "compadre" de Vladimir Putin, el actual presidente ruso.
Su exilio fiscal en 2012 y sus amistades con cuestionados pol¨ªticos acabaron por desdibujar su relaci¨®n con los franceses. El actor de Cyrano de Bergerac huy¨® de Francia para pagar menos impuestos. Con su partida a B¨¦lgica, se ampli¨® la brecha entre Gerard Depardieu y su pa¨ªs natal. La salida del pilar del cine franc¨¦s se convirti¨® en un asunto nacional. El primer ministro de la ¨¦poca, Jean-Marc Ayrault, lleg¨® a calificar este exilio fiscal como "un mal del estado". Esta declaraci¨®n hiri¨® profundamente al ciudadano Depardieu, quien respondi¨® en una carta abierta publicada en el Journal du Dimanche. "Devuelvo mi pasaporte y mi seguridad social que nunca he usado (...) ?Qui¨¦n es usted para juzgarme as¨ª?, le pregunto se?or Ayrault. A pesar de mis excesos, mi apetito y mi amor por la vida, soy un ser libre, se?or", clam¨® el actor.
El actor provoc¨® una nueva explosi¨®n popular al convertirse en ciudadano ruso. En enero de 2013, obtuvo la ciudadan¨ªa rusa. Su nuevo pasaporte se lo entreg¨® el mism¨ªsimo Vladimir Putin.?Rusia se presentaba para el Depardieu empresario como una nueva tierra prometida para los negocios. Pero el actor, reconocido admirador de Tolstoi y Dostoievski, tambi¨¦n ha encontrado en el pa¨ªs m¨¢s grande del mundo un campo de juego para sus excesos. Para instalarse, no eligi¨® ni Mosc¨² ni San Petersburgo, sino?Saransk, en Mordovia, un lugar situado a 650 kil¨®metros al este de la capital, donde seg¨²n muestra el documental, el actor parece encantado con su nueva vida. "Est¨¢ fascinado por el poder, esa forma de llevar su vida va m¨¢s all¨¢ de la moral", recuerda el actor Michel Pilorg¨¦, uno de sus amigos. All¨ª Depardieu se relaciona con Vladimir Putin; con Ramzan Kadyrov, presidente de Chechenia ¨Cacusado por asociaciones de derechos humanos de encubrir secuestros y asesinatos¨C y con el dictador bielorruso Alexandr Lukashenko. Adem¨¢s, el pasado mes de septiembre, visit¨® Corea del Norte. Por su trayectoria, nadie puede afirmar que este sea el ¨²ltimo viraje del siempre excesivo Depardieu.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.