Podemos deprime a la izquierda
Tal vez de su fracaso surgir¨¢ otra cosa, o tal vez el PSOE reocupe ese espacio a contracorriente
Hay una asimetr¨ªa amenazante para la izquierda en la din¨¢mica de bloques. Y en definitiva ese es el campo de batalla en el que se va a dirimir la campa?a del 28-A tras el veto de Ciudadanos a los socialistas: izquierda vs derecha. El hundimiento de Podemos va a pasar una factura alta, mientras el fen¨®meno emergente de Vox ensancha el voto por el extremo efervescente de la derecha y Ciudadanos crece tanteando un Efecto Arrimadas ¡ªhoy comparte escenario con Rivera en Madrid¡ª para buscar el sorpassoperdido por la moci¨®n. Un triunfo del PSOE puede ser una pasi¨®n in¨²til, como ya sucedi¨® en Andaluc¨ªa, a no ser que la aritm¨¦tica neutralice la vetocracia y deshaga esa l¨®gica de bloques. Es dif¨ªcil. Por la izquierda vienen curvas.
De las confluencias a las difluencias¡ Comprom¨ªs y En Marea se desmarcan. El errejonismo marca territorio. Los frentes de crisis se le multiplican a Podemos a nueve semanas de ir a las urnas. Y m¨¢s all¨¢ del impacto en los resultados, que ahora no pueden pintar peor, la imagen de que los aliados abandonan el barco antes de que se consume el naufragio es siempre catastr¨®fica. IU convocar¨¢ un refer¨¦ndum para que la militancia decida sobre la coalici¨®n, ya desactivada en Navarra, Murcia y Asturias, y tal vez en Castilla y Le¨®n, Arag¨®n y adem¨¢s Madrid. Sin alianzas ni confluencias, el impacto demosc¨®pico va a situar a Podemos no ya lejos de Ciudadanos sino peleando por no ser quinta fuerza. Si finalmente Vox les supera, eso tendr¨¢ un impacto moral devastador. Quienes ocuparon el centro del escenario hace cinco a?os proclam¨¢ndose los representantes de ¡°la gente¡±, cada vez representan a menos gente.
De aplicar a Podemos la teor¨ªa de la relaci¨®n sentimental, se podr¨ªa adivinar la llamada crisis del quinto a?o. Es lo que sucede en la cuarta de las seis etapas del proceso, tras la fascinaci¨®n inicial (europeas de 2014), el proceso de vinculaci¨®n del segundo a?o (los cinco millones de 2015) y la convivencia, que conduce al momento delicado de la autoafirmaci¨®n. Ah¨ª se les rompi¨®, como cantaba Roc¨ªo Jurado. Y Podemos ya deprime a la izquierda. De momento esa depresi¨®n es muy f¨ªsica en los gr¨¢ficos de los sondeos (aferrarse a la conspiraci¨®n de las encuestas ya no funciona tras lo sucedido en Andaluc¨ªa); y seguramente tambi¨¦n tendr¨¢ una depresi¨®n an¨ªmica con la sensaci¨®n de oportunidad perdida mientras sube el populismo pero por el extremo de la derecha.
A¨²n impresiona ¡ªincluso considerando los errores, desde las purgas al casopl¨®n¡ª el pinchazo de la burbuja de Podemos. Los socialistas parec¨ªan resignados a que sus hijos encontrasen m¨¢s estimulante esa ¨¦pica que la racionalidad de la vieja socialdemocracia. ?C¨®mo es posible que esto suceda mientras The Economist lleva a portada ¡°el auge del socialismo millennial¡±? Tal vez del fracaso de Podemos surgir¨¢ otra cosa, o tal vez el PSOE reocupe ese espacio a contracorriente. Pero las perspectivas para la izquierda son ahora oscuras, con Podemos frenado contra viento y En Marea.
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