Hombres que cambian, pero no tanto

El feminismo no solo ha originado reacciones de adhesi¨®n o rechazo. Ha provocado la necesidad de un replanteamiento sobre el modelo tradicional de hombre y de masculinidad. Ha obligado a revisar estereotipos y a buscar alternativas al macho ib¨¦rico.

Cuestionar masculinidades t¨®xicas y machistas y reconstruir la hombr¨ªa apenas cuenta con datos objetivos sobre lo que se entiende como valores y modelos caracter¨ªsticos del g¨¦nero masculino. El hecho es que algo est¨¢ cambiando. Una encuesta de 40dB para El Pa¨ªs Semanal refleja c¨®mo los hombres j¨®venes no definen sus peculiaridades igual que los mayores. Pero la respuesta entre los de menos edad ante el acoso o los comentarios machistas es escasa. Evolucionamos, pero ni parece suficiente, ni las mujeres perciben ese cambio con la misma intensidad que lo hacen ellos.

Los estereotipos siguen presentes en las respuestas de los s¨¦niores, hombres de m¨¢s de 65 a?os. H¨¦rcules y Apolo ya no son iconos de masculinidad. Pero ser valiente, fuerte durante una crisis, tener seguridad en s¨ª mismo y ser heterosexual son caracter¨ªsticas asociadas a la masculinidad, si se les pregunta a los mayores.

Los m¨¢s j¨®venes discrepan no solo de este modelo, sino que tampoco creen que no tener ¨¦xito profesional o no ser el sost¨¦n econ¨®mico de la casa sean situaciones que desvirt¨²en su g¨¦nero. La moda del rol dominante pas¨®.

Uno de los datos m¨¢s contundentes que arroja la encuesta est¨¢ en las respuestas a las preguntas formuladas solo a hombres. Casi el 86% declara que el repunte del feminismo no le ha hecho m¨¢s dif¨ªcil entablar relaci¨®n con las mujeres. La mayor¨ªa tampoco teme una denuncia injusta.Y m¨¢s del 85% de los hombres aseguran no cambiar su forma de comportarse cuando no hay mujeres presentes y que ni siquiera utilizan expresiones en grupos masculinos de WhatsApp que no dir¨ªan en persona.

El reto deber¨ªa situarse en la reacci¨®n ante quienes s¨ª lo hacen, porque solo la mitad llama la atenci¨®n a sus amigos si realizan comentarios ofensivos. Y precisamente son los j¨®venes quienes, pese a estar m¨¢s alejados de los rancios patrones de masculinidad, son menos reactivos a reprochar esas ofensas o micromachismos. Y no solo en esos casos.

Ante una situaci¨®n de acoso o agresi¨®n sexual presenciada, el 23% de los hombres deciden no intervenir y tambi¨¦n son los mayores quienes lo hacen en mayor medida.

Es destacable porque el list¨®n del acoso para los hombres de m¨¢s edad est¨¢ m¨¢s bajo que el de los j¨®venes, quienes opinan de forma mayoritaria que comentar el aspecto f¨ªsico de una compa?era de trabajo o piropearla s¨ª es acoso. Una cosa es la teor¨ªa y otra la pr¨¢ctica.

Los hombres admiten que el prototipo de su g¨¦nero est¨¢ cambiando. Y lo hacen al responder a c¨®mo se ven actualmente en comparaci¨®n con sus antecesores. La mayor¨ªa cree que han mejorado en inteligencia emocional y que comparten, en mayor grado, las tareas y el cuidado de los hijos. Sin embargo, las mujeres no respaldan estas respuestas en la misma proporci¨®n que ellos. Aprecian una mejora en la inteligencia emocional, s¨ª, pero no tanto.

Tambi¨¦n hay discrepancias en cuestiones de trato. Casi la mitad de los encuestados reconoce no tener claro c¨®mo actuar con las mujeres. Y cuando se les pregunta a ellas, ese porcentaje sube cuatro puntos. Ellos tambi¨¦n dicen reconocer sus debilidades en mayor medida que los hombres de antes, pero las mujeres no est¨¢n tan de acuerdo. La autorrepresi¨®n de la afectividad tambi¨¦n empieza a superarse y, ante esta transformaci¨®n, los hombres no se sienten m¨¢s ¡°blandos¡± que los de antes.

Los dandis provocaron en el siglo XVIII un cambio radical en la masculinidad. La moda es una de las industrias que m¨¢s empuja la revisi¨®n de sus caracter¨ªsticas, al menos en la apariencia. Y la inquietud por la presencia f¨ªsica sigue ocupando el top de las preocupaciones. Hombres y mujeres coinciden en valorar el inter¨¦s por el aspecto f¨ªsico y la apariencia. Todos apuntan a que ha aumentado respecto a sus antecesores. Y es motivo de inseguridad.

El peso est¨¢ por encima de una buena situaci¨®n laboral como causa de inseguridades. Y despu¨¦s del salario, la calvicie se sit¨²a como otro de los motivos por los que los hombres vacilan. Los siguientes: las relaciones sexuales, la personalidad, el estilo y la forma de vestir y el pene, miembro que les preocupa m¨¢s que la inteligencia.?