Si no le importa, d¨ªgamelo en tart¨¦sico
Los idiomas que se hablan en Espa?a deber¨ªan servir para unir y no para lanzarse pedradas
Informaba este diario en su secci¨®n de Cultura del trabajo realizado por especialistas de cuatro universidades espa?olas y que ha cristalizado en una base de datos que permite interpretar m¨¢s de 3.000 textos ¨ªberos, celt¨ªberos, tart¨¦sicos y protovascos. Veinte a?os de investigaciones iniciados a partir de seis trozos de cer¨¢mica encontrados durante el dragado de un puerto. Tal vez llegaron all¨ª por el hundimiento de un barco, o por el cambio de la l¨ªnea de costa a lo largo del tiempo. O porque alguien simplemente quiso deshacerse de unos trastos viejos. Incluso cabe la posibilidad de que quien arrojara al mar esas cer¨¢micas pensara que desaparec¨ªan para siempre, pero el mar siempre devuelve lo que no es suyo, aunque tarde unos siglos.
De modo que ¡ªaunque la base de datos no sea estrictamente un traductor y que el conocimiento de esas lenguas sea limitado¡ª podemos decir que hemos recuperado, parcialmente, para el gran p¨²blico al ¨ªbero, al celt¨ªbero, al tart¨¦sico y al protovasco. Los cuatro se pueden unir as¨ª, entre otros, al euskera, gallego, catal¨¢n, aran¨¦s, la fabla aragonesa, el bable, el rife?o, el eonaviego, el dariya, el silbo gomero y el viejo, querido, maltratado y poderoso idioma en el que est¨¢ escrito este texto. El t¨ªtular de la noticia podr¨ªa haber sido perfectamente: ?ramos pocos...
?Y por qu¨¦ ¨¦ramos pocos y no bienvenidos (o bientornados, perd¨®n por el italianismo) a casa? Pues porque en esta casa hemos convertido las palabras que pronunciamos no en un instrumento de entendimiento sino en un carnet de exclusividad cuando no en una piedra que arrojar al otro. En la boca, a ser posible. Hablar diferente es ser diferente y como de lo que se trata es de eso no digamos ni mu en la lengua de quien tenemos al lado. Unos no emplean jam¨¢s la lengua com¨²n de todos no vaya a ser que precisamente les confundan con todos. Pero otros tampoco se esfuerzan lo m¨¢s m¨ªnimo en aprender cuatro palabras en otras lenguas nuestras. Porque tambi¨¦n son de todos. Con ¡°por favor¡± y ¡°gracias¡± bastar¨ªa para empezar. Eso s¨ª, aprendamos chino e ingl¨¦s de negocios, que cualquier d¨ªa llegamos a director de multinacional.
Hablar otra lengua es un modo maravilloso de conocer y conocerse. Y de entender y de entenderse. En la Pen¨ªnsula (e islas) tenemos un abanico impresionante para elegir. Aunque sea el tart¨¦sico.
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