El secreto del ¨¦xito
El nacionalismo es capaz de aglutinar a grupos sociales muy variados, de trabajadores a grandes empresarios. Pero electrocuta
?Cu¨¢l es el partido pol¨ªtico m¨¢s exitoso del mundo democr¨¢tico? Pues, el de Bilbao, claro. Y es que es dif¨ªcil encontrar en las democracias modernas formaciones que, como el PNV, hayan cosechado tantas victorias electorales y gobernado durante tantos a?os un mismo territorio. Algunas que han ejercido una hegemon¨ªa apabullante, como la CSU, socia b¨¢vara de la CDU de Merkel, ven ahora c¨®mo su s¨®lido suelo electoral se resquebraja por la irrupci¨®n de los oscuros nibelungos de la ultraderecha. Por el contrario, nada amenaza el reino del PNV en el Pa¨ªs Vasco, que ya sobrevivi¨® a sus faunos de ultraizquierda.
La poci¨®n m¨¢gica que explica la resistencia del PNV no es la ideolog¨ªa. El nacionalismo es un poderoso im¨¢n electoral, capaz de aglutinar a grupos sociales muy variados, de trabajadores a grandes empresarios. Pero electrocuta. Es dif¨ªcil para una generaci¨®n inicial de dirigentes pactistas y pragm¨¢ticos contener las naturales ansias radicales de las juventudes del partido. Esta tensi¨®n desgarr¨® a Convergencia en Catalu?a.
Tampoco el liderazgo explica el triunfo de un partido. Un l¨ªder carism¨¢tico es tan beneficioso a corto plazo ¡ªporque atrae a votantes dispares¡ª como perjudicial a largo ¡ªporque impide la formaci¨®n de estructuras de pesos y contrapesos dentro del partido¡ª. Y eso es lo que distingue al PNV de otros partidos: la institucionalizaci¨®n de mecanismos de control al amado l¨ªder.
El recientemente fallecido Xabier Arzalluz ten¨ªa una enorme popularidad y presidi¨® el PNV 24 a?os. Pero no ocup¨® cargos p¨²blicos. Arzalluz controlaba el partido, pero el lehendakari de turno manejaba el Gobierno. A diferencia de Catalu?a, en el Pa¨ªs Vasco no surgi¨® una figura omnipotente, que, como Pujol, dominara el discurso pol¨ªtico con una mano y las subvenciones con la otra. En el PNV, los pol¨ªticos electos no dominan el partido. Este equilibrio de fuerzas entre representantes p¨²blicos y ¨®rganos del partido impide los excesos de unos y otros. As¨ª, cuando se desata una crisis, en el PNV es institucionalmente m¨¢s f¨¢cil que se pongan los intereses del partido por encima de los de un dirigente particular.
Si otros partidos quisieran ser tan robustos como el PNV, imitar¨ªan sus dispositivos para evitar la concentraci¨®n de poder en unas solas manos. Pero, en tiempos de hiperliderazgos medi¨¢ticos, es m¨¢s dif¨ªcil que nunca ponerle el cascabel al gato. @VictorLapuente
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