Se lo debemos
Sea cual sea el resultado de las elecciones, la ley contra la violencia hacia los menores debe ser una prioridad
?De entre los proyectos que no han podido culminarse en esta legislatura, destaca uno especialmente sensible. El Gobierno ha dejado ultimado un anteproyecto de ley contra la violencia hacia los menores. No ha podido ser, pero deber¨¢ serlo en cuanto comience la pr¨®xima legislatura. Las medidas que recoge casi parecen obvias ahora pero como sociedad nos ha costado d¨¦cadas entender que eran necesarias; el trabajo que hay detr¨¢s de ¨¦l ha sido muy intenso y estaba muy cerca de reunir el consenso de todos los grupos parlamentarios. Por todo este esfuerzo pero, sobre todo, porque esta norma es transformadora en cuanto a la concepci¨®n de los derechos de los menores, todos debemos apoyarla.
La mayor¨ªa de nosotros hemos necesitado escuchar esc¨¢ndalos y testimonios escalofriantes antes de entender que la violencia infantil es un grave problema que ocurre cotidianamente en nuestro entorno. Quiz¨¢ se deba a que la situaci¨®n de los menores ha mejorado evidentemente desde que Dickens describiera las condiciones en que estos se desenvolv¨ªan en Londres o a que muchos de nosotros interiorizamos que ciertas pr¨¢cticas, como el cachete paterno, el atosigamiento o el aislamiento escolar, eran la mejor forma de que los ni?os se preparasen para la vida adulta; o a que cre¨ªmos que otras pr¨¢cticas, m¨¢s s¨®rdidas y viles, era mejor enterrarlas confiando en que, tal vez, en la mente pl¨¢stica de un ni?o no dejar¨ªan huella.
Dec¨ªa Rilke que la infancia es la verdadera patria de las personas, compuesta de lugares, colores y olores que nos devuelven a un mundo de seguridad que encarna el ideal de felicidad. Mucha gente, quiz¨¢ la mayor¨ªa, hemos tenido una patria feliz. Quiz¨¢ por ello o por otras razones hemos ignorado o silenciado demasiado tiempo un problema muy grave.
En Espa?a, cada d¨ªa 37 ni?os son maltratados en su familia. En 2017, se interpusieron 38.433 denuncias por delitos violentos contra menores, seg¨²n datos del Ministerio del Interior. Es m¨¢s grave si cabe el hecho de que solo alrededor de una quinta parte de los abusos son denunciados. Muchos menores no saben c¨®mo denunciar y otros, suponiendo que lo que les pasa a ellos tambi¨¦n les ocurrir¨¢ a los dem¨¢s, ni siquiera son conscientes de estar siendo agredidos. Seg¨²n las organizaciones de infancia, la mitad de las notificaciones de sospecha de maltrato se producen en la familia y cuatro de cada diez menores perciben la escuela como un lugar inseguro.
Respondiendo a la diligente insistencia la sociedad civil y a las recomendaciones del Comit¨¦ de Derechos del Ni?o de Naciones Unidas, el 28 de diciembre el Consejo de Ministros aprob¨® en primera lectura el Anteproyecto de Ley Org¨¢nica para la Protecci¨®n Integral de la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia.
A pesar de ser una norma con un objeto tan obvio, es muy compleja. Reforma trece leyes. Aspira a ser integral, a proteger a los menores en todo su entorno y contra toda forma de perjuicio o abuso f¨ªsico, mental o moral, sea cual sea su forma de comisi¨®n, incluso por medio de la tecnolog¨ªa. Contiene nuevos delitos como la difusi¨®n a trav¨¦s de Internet de contenidos que inciten a los menores al suicidio, la autolesi¨®n o aquellos que promuevan los trastornos alimenticios.
La norma nos corresponsabiliza como ciudadanos al establecer el deber de comunicaci¨®n de situaciones de riesgo. Recoge medidas para detectar el riesgo en funci¨®n del comportamiento del menor o de su situaci¨®n econ¨®mica, social y familiar. Pretende prevenir y proteger con actuaciones en el ¨¢mbito sanitario, educativo, de los servicios sociales o de la justicia. Respondiendo a una de sus principales demandas, retrasa de manera muy importante el c¨®mputo de la prescripci¨®n de los abusos sexuales, ya que las v¨ªctimas tardan a?os en ser capaces de denunciar los hechos.
Todo el trabajo alrededor de la elaboraci¨®n de esta ley org¨¢nica ha sido intenso y emocionante ver la sensibilidad y entrega de los expertos. Pero lo m¨¢s importante es que supone una apuesta por un modelo social que sit¨²a a las y los ni?os como sujetos de derechos, en el centro de la acci¨®n p¨²blica. Por eso, sea cual sea el resultado de las elecciones, considero que esta ley debe ser una prioridad. Se lo debemos a los ni?os y ni?as que lo son ahora y a los que una vez quisieron serlo pero no lo lograron.
Mar¨ªa Luisa Carcedo es ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
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