?Recesi¨®n democr¨¢tica?
Los ciudadanos est¨¢n preocupados por la polarizaci¨®n de la pol¨ªtica y la fractura que produce en la sociedad espa?ola
Freedom House, la organizaci¨®n que valora la situaci¨®n de la democracia en el mundo, se?ala en su informe de 2018 que en los ¨²ltimos a?os la ¡°democracy is in retreat¡±en todas las regiones del planeta, incluidos pa¨ªses con sistemas democr¨¢ticos considerados estables y consolidados. Algunos autores entienden que ¡°estamos en plena recesi¨®n democr¨¢tica¡± (Larry Diamond). Sin embargo, cuando el informe se refiere a Espa?a, nuestra democracia alcanza una valoraci¨®n de 94 puntos sobre 100, similar a la de pa¨ªses como Francia, Alemania e Italia y superior a la de Estados Unidos. El dato no parece generar dudas sobre la calidad de nuestro sistema democr¨¢tico.
La democracia espa?ola se gest¨® a lo largo de una etapa de transici¨®n que tuvo su momento culminante con la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n Espa?ola (CE), que estableci¨® derechos y libertades ciudadanas propios de una democracia avanzada. Han transcurrido m¨¢s de 40 a?os y la globalizaci¨®n econ¨®mica y el desarrollo tecnol¨®gico han provocado cambios que tambi¨¦n afectan a las democracias del mundo. Espa?a, como los pa¨ªses de su entorno, no ha escapado a la ola expansiva del nacionalismo y populismo reaccionario. Yascha Mounk se?ala que los populistas cotizan al alza y representan un peligro para sus respectivos sistemas democr¨¢ticos. Hagamos un breve recorrido: hoy Donald Trump es presidente de EE UU; dice y hace cosas inimaginables en el presidente de la naci¨®n m¨¢s poderosa del mundo, situando al planeta en una delicada encrucijada internacional, no exenta de la amenaza de un rearme nuclear. Muchos americanos deber¨ªan volver a leer La conjura contra Am¨¦rica, la novela de Philip Roth. Pero no es un fen¨®meno aislado. Pensemos en Europa: el ascenso de partidos populistas en Francia e Italia, pa¨ªs donde gobiernan, o lo que sucede en Polonia y Hungr¨ªa, naciones mod¨¦licas en su transici¨®n a la democracia tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, que han involucionado hacia ¡°democracias autoritarias¡± gracias a l¨ªderes que despu¨¦s de ganar las elecciones han cuestionado las libertades c¨ªvicas y los valores democr¨¢ticos de la Uni¨®n Europea de la que sus pa¨ªses son Estados miembros.
¡°No hay d¨ªa en que, al levantarnos, no veamos en el mundo elementos que ser¨ªan los primeros indicios del fascismo¡±, escribe Madeleine Albright
En Espa?a, asistimos a ataques frontales que cuestionan la CE y el sistema democr¨¢tico que legitima. El nivel de confianza de los espa?oles hacia las instituciones democr¨¢ticas y sus representantes ha disminuido de forma alarmante despu¨¦s de la crisis econ¨®mica. Tras la ¡°fachada democr¨¢tica¡± del derecho de autodeterminaci¨®n, asistimos al ataque m¨¢s virulento contra la democracia y la convivencia entre espa?oles. Partidos que se llaman reformistas derivan hacia posiciones radicales. Y un partido populista, con un discurso xen¨®fobo y un concepto excluyente de la naci¨®n y de su unidad, cuestionando la igualdad de los ciudadanos, acaba de entrar en un Parlamento. Por otra parte, los ciudadanos est¨¢n preocupados por la polarizaci¨®n de la pol¨ªtica y la fractura que est¨¢ produciendo en la sociedad espa?ola. Para algunos pol¨ªticos, la pol¨ªtica es una batalla en la que el adversario es un enemigo, calificado de traidor, fel¨®n, cobarde y antiespa?ol, al que hay que destruir a toda costa. Es posible que, de esta manera, se puedan ganar elecciones a cambio de debilitar la democracia.
Al observar esto, ?podemos dar por descontado que nuestra democracia tiene asegurada indefinidamente su estabilidad? ?Puede involucionar hacia modelos ¡°democr¨¢ticos¡± con rasgos ¡°autoritarios¡±? En el horizonte han aparecido ¡°nubarrones negros¡± a los que puede llevarse el viento o descargar en cualquier momento. Madeleine Albright, que fue secretaria de Estado de EE UU con Bill Clinton, nos recuerda que ¡°no hay d¨ªa en que, al levantarnos, no veamos en el mundo elementos que ser¨ªan los primeros indicios del fascismo: el descr¨¦dito de pol¨ªticos reconocidos, la aparici¨®n de representantes que buscan la divisi¨®n en vez de la uni¨®n, la b¨²squeda de la victoria pol¨ªtica a cualquier precio y la apelaci¨®n de la naci¨®n por parte de personas que solo parecen tener un sentido retorcido de lo que esta significa¡±.
Seguramente, la mayor¨ªa de los espa?oles desean que sus hijos vivan en democracia. A todos nos corresponde la responsabilidad de defenderla y ¡°el mejor medio contin¨²a siendo el mismo de siempre, tomarse en serio la tarea de convertir a los ni?os y ni?as en ciudadanos y ciudadanas¡± (Yascha Mounk); pero tambi¨¦n fortaleciendo las instituciones y la representatividad de los partidos pol¨ªticos, convocando al patriotismo democr¨¢tico, al respeto a la convivencia, al di¨¢logo y la negociaci¨®n, a la generosidad de pol¨ªticos y ciudadanos. A la defensa de la democracia.
Manuel Chaves Gonz¨¢lez fue presidente de la Junta de Andaluc¨ªa y vicepresidente del Gobierno.
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