La civilizaci¨®n de la flamenca bailando
No es ninguna exageraci¨®n decir que una parte importante del mundo escribe algo incluso antes de desayunar
Explicaban ayer en Retina que, seg¨²n la Uni¨®n Internacional de Telecomunicaciones, a comienzos de esta d¨¦cada que est¨¢ terminando se enviaban cada a?o 6,1 billones ¡ªs¨ª, millones de millones¡ª de mensajes SMS, lo que supon¨ªa unos 200.000 por segundo. Eran las vacas gordas del mensaje de texto que comenz¨® a decaer cuando lleg¨® el WhatsApp, cuya principal diferencia ¡ªno nos pongamos muy t¨¦cnicos, que esto es una columna¡ª es que su coste es gratis. Pasados nueve a?os, las cifras de mensajes, esta vez con WhatsApp, siguen siendo impresionantes. Por ejemplo, solo en la Nochevieja de 2017 se enviaron 7.500 millones de whatsapps.
Es decir, visto desde fuera, se podr¨ªa decir que nuestro planeta se ha pasado los ¨²ltimos 10 a?os escribiendo. Y aunque es cierto que muchos mensajes consisten en una cara ¡ªo varias¡ª, unas manos aplaudiendo o la flamenca bailando, no es ninguna exageraci¨®n decir que una parte importante del mundo escribe algo incluso antes de desayunar.
En cierto sentido es un exitazo de nuestra civilizaci¨®n. La escritura es una invenci¨®n estrictamente humana tan poderosa que durante la mayor parte de la historia se consider¨® o algo m¨¢gico o un formidable instrumento de poder o ambas cosas. Ese tecleo ma?anero sobre la pantalla iluminada es apenas el ¨²ltimo eslab¨®n, en una largu¨ªsima cadena ensayada una y otra vez por el ser humano, consistente en poner sobre una superficie lo que nos pasa por la cabeza para que llegue al interior de la cabeza de otros, los conozcamos o no. Es m¨¢s, podemos transmitir esos pensamientos al futuro. Nuestros cuerpos est¨¢n atados por el tiempo, nuestros escritos, no.
Pero quiere la cosa que antes del proceso de escritura llegue el de lectura. El escritor James Patterson enfatizaba en el blog de este diario De mamas & de papas ¡ªhoy estamos autorreferenciales¡ª que ¡°es importante que los ni?os lean porque la lectura salva vidas¡±. Servidor no sabe si salva vidas o no, pero s¨ª que est¨¢ convencido de que leer permite vivir una vida muy diferente y stricto sensu ¡ªperd¨®n por el lat¨ªn imperialista¡ª mucho m¨¢s humana. Pero adem¨¢s leer es la clave para escribir en un proceso que se retroalimenta. Escribimos m¨¢s pero leemos menos. Y ser¨ªa una pena que el ¨²nico testimonio escrito que deje nuestra civilizaci¨®n sea la flamenca bailando.
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