Ojo por ojo
La estrategia norteamericana de colapsar Venezuela apretando el cuello hasta el definitivo apag¨®n, tiene dos caras
Estados Unidos est¨¢ estrangulando a Venezuela. En realidad, la est¨¢ destrozando. Es una destrucci¨®n que va much¨ªsimo m¨¢s all¨¢ de la capacidad o incapacidad de Maduro para gobernar. Cualquiera puede verlo. EE?UU repite que todas las opciones est¨¢n sobre la mesa. Parece, sin embargo, que ha aparcado la militar y prefiere arruinar el pa¨ªs, a sabiendas de que la ruina suele estar acompa?ada de caos y anarqu¨ªa. Creen que con esa baza expulsar¨¢n a Maduro.
La impresi¨®n es que se est¨¢ abordando la parte f¨¢cil del plan; en la dif¨ªcil, Guaid¨® va a encontrarse con una Venezuela desangrada, bloqueada y desestabilizada, y quiz¨¢s con importantes sectores de la poblaci¨®n, sobre todo de las clases populares, que lo ven como un usurpador, un t¨ªtere de EE?UU al que habr¨¢ que combatir con los mismos m¨¦todos utilizados para acabar con Maduro.
Esos sectores sublevados pueden recurrir al sabotaje, huelgas, cortes de carreteras, incendio de instalaciones p¨²blicas, atentados contra la infraestructura petrolera, c¨¦lulas terroristas, campa?as de intimidaci¨®n, desabastecimientos provocados, expolio de medicamentos y equipos en hospitales y ambulatorios, y toma de barrios marginales, que quedar¨ªan fuera del control central; pueden recurrir tambi¨¦n a los quintacolumnistas, a la infiltraci¨®n de chavistas en las reorganizadas fuerzas del orden y clase de tropa del ej¨¦rcito. Una situaci¨®n muy dif¨ªcil de manejar. La estrategia norteamericana de colapsar el pa¨ªs, apretando el cuello hasta el definitivo apag¨®n, tiene dos caras: una coloca a Guaid¨® en la presidencia, y la otra es que una naci¨®n colapsada puede ser ingobernable. El pescuezo chavista es grueso y resistente, pero el esfuerzo por conseguir un poco de aire resulta agotador. ?Hasta cu¨¢ndo podr¨¢n resistir los pulmones con ese hilillo de ox¨ªgeno? Ni idea. En todo caso, la muerte por asfixia es el desenlace m¨¢s que probable.
?Y qu¨¦ va a pasar con Maduro? Pueden ponerlo en un bote, como al capit¨¢n William Bligh del Mot¨ªn del Bounty, rumbo a Cuba, o simplemente lanzarlo por la borda. ?Y qu¨¦ pasar¨¢ despu¨¦s con el buque si el nuevo capit¨¢n no conoce el significado de t¨¦rminos como eslora, manga o calado? Pues que los t¨¦cnicos de EE?UU, que tiene muchos y muy buenos, le pondr¨¢n un piloto autom¨¢tico teledirigido desde Washington, mientras Guaid¨® se toma una pi?a colada en el puente.
Algunos panglosianos, los del optimismo infundado, dicen que Rusia y China podr¨ªan hacer algo m¨¢s a favor de Maduro. No se mover¨¢n aunque sus portavoces gesticulen y denuncien vociferando. Simplificando, ver¨¢n pasar su cad¨¢ver con esa curiosidad indiferente que provoca el infortunio de otros. La misma que siente uno cuando va por la calle, oye la estridente sirena de una ambulancia, voltea la cabeza para verla pasar a toda velocidad, vuelve a poner la cabeza en su sitio y sigue su camino como si nada, aunque quiz¨¢ dentro iba una persona luchando desesperadamente por su vida. No hay que sentirse mal. As¨ª son las cosas.
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