Los catalanes ricos viven hasta 12 a?os m¨¢s que los de rentas bajas
Un hombre de clase alta tiene una esperanza de vida similar a la de un ciudadano suizo, mientras que la expectativa de vida de uno pobre es parecida a la de una persona de Ruanda
La situaci¨®n socioecon¨®mica de los individuos pasa factura a su salud. Tanto, que condiciona incluso su esperanza de vida. Seg¨²n un estudio publicado en la revista cient¨ªfica Preventive Medicine, un catal¨¢n de nivel socioecon¨®mico alto tiene una esperanza de vida similar a la de un ciudadano suizo. Sin embargo, un catal¨¢n de renta baja tiene una expectativa de vida parecida a la de una persona de Ruanda. La investigaci¨®n, que ha cruzado datos socioecon¨®micos, de diagn¨®stico y mortalidad de seis millones de catalanes, apunta a que la esperanza de vida es hasta 12 a?os mayor en las rentas altas con respecto a las bajas.
¡°Encontramos un fuerte patr¨®n social de esperanza de vida y mortalidad¡±, sostiene el estudio, que ha cruzado los datos de salud y socioecon¨®micos de todos los residentes en Catalu?a mayores de 18 a?os. Esta investigaci¨®n cristaliza la brecha de esperanza de vida que hay en Catalu?a seg¨²n el nivel socioecon¨®mico de los ciudadanos. El estudio apunta que los catalanes identificados con las rentas m¨¢s bajas tienen una esperanza de vida hasta 12 a?os inferior a la de aquellos que tienen un estatus socioecon¨®mico elevado. Por g¨¦neros, la brecha entre mujeres es de nueve a?os y entre hombres, de 12. ¡°Cuanto m¨¢s bajo es el estatus socioecon¨®mico, mayores son las probabilidades de muerte, independientemente de la edad y el sexo¡±, sostiene la investigaci¨®n.
A trav¨¦s de una base de datos anonimizada del Servicio Catal¨¢n de la Salud (CatSalut), los investigadores estudiaron la renta de todos los catalanes incluidos en el estudio y desglosaron el estatus socioecon¨®mico en cuatro grupos seg¨²n sus ingresos: desde m¨¢s de 100.000 euros al a?o ¡ªlas rentas altas¡ª hasta menos de 18.000 euros anuales ¡ªcondici¨®n socioecon¨®mico bajo¡ª. El indicador de renta ¡°muy bajo¡± correspond¨ªa a aquellos individuos que reciben ayudas o asistencia social por parte de la Administraci¨®n.
El 66% de la muestra eran personas de bajo nivel socioecon¨®mico, el grupo m¨¢s numeroso; el 28% eran de nivel medio; el 4%, de estatus muy bajo; y apenas el 1% correspond¨ªa a las rentas altas. Los resultados arrojaron que la esperanza de vida a los 18 a?os es de 64,9 en los hombres de clase alta y de 70,2 entre las mujeres del mismo estatus social ¡ªa estas cifras hay que sumarle la edad de 18 desde la que parte la poblaci¨®n analizada¡ª. En los catalanes de clase baja, sin embargo, la esperanza de vida a los 18 a?os desciende a los 52,9 a?os en los hombres y a los 60,8 en las mujeres.
Para dar contexto a los datos analizados, los investigadores sostienen que la esperanza de vida de los hombres catalanes de clase alta (64,9 a?os) es superior a la de Suiza ¡ªen 2016, cuando se recogieron los datos, era el pa¨ªs con la mayor esperanza de vida a los 18 a?os¡ª. En cambio, el grupo de hombres de condici¨®n socioecon¨®mica m¨¢s bajo tienen una expectativa de vida (52,9 a?os) similar a la de Ruanda o El Salvador. Entre las mujeres, las catalanas de rentas altas viven tanto (70,2 a?os) como las japonesas, mientras que las mujeres de Catalu?a con un nivel socioecon¨®mico m¨¢s desfavorecido tienen una esperanza de vida (60,8 a?os) similar a la de Sri Lanka u Honduras, ¡°dos pa¨ªses con la esperanza de vida m¨¢s baja del mundo¡±, matizan los cient¨ªficos. ¡°Estas diferencias tambi¨¦n se han reportado en los Estados Unidos, donde los estratos m¨¢s bajos tienen una esperanza de vida similar a la de Pakist¨¢n o Sud¨¢n¡±, agrega el estudio.
Los resultados de esta investigaci¨®n siguen la l¨ªnea asumida ya hace tiempo por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) acerca de la influencia de los determinantes sociales en la salud: seg¨²n la OMS, par¨¢metros como la vivienda, el trabajo, los ingresos o el entorno social, entre otros, est¨¢n detr¨¢s de la mayor¨ªa de las inequidades sanitarias. Sin embargo, matiza el cardi¨®logo Miguel Ca¨ªnzos-Achirica, epidemi¨®logo cardiovascular del hospital de Bellvitge de Barcelona y autor del estudio, hay elementos ¡°que llaman la atenci¨®n¡±. ¡°En un entorno como este, con todos los factores protectores como la esperanza de vida m¨¢s alta del mundo y acceso universal a la salud, hay una diferencia de 10 a?os. Es una diferencia muy grande¡±, avisa el cardi¨®logo.
El equipo de Ca¨ªnzos-Achirica ya ha estudiado en otras ocasiones la influencia de los factores socioecon¨®micos y, en patolog¨ªas concretas, como la insuficiencia card¨ªaca, la brecha se dispara. ¡°La gente con menos renta desarrolla m¨¢s enfermedades y su evoluci¨®n es peor¡±, sostiene. En un estudio publicado hace unos meses, el cardi¨®logo demostr¨® que, en pacientes con insuficiencia card¨ªaca, las rentas m¨¢s bajas se asociaron con una esperanza de vida m¨¢s corta a los 50 a?os (de 22,2 a?os en clases altas y 12,8 en rentas bajas).
El ¡®efecto salm¨®n¡¯ de los inmigrantes rebaja las muertes
Los investigadores admiten ser conservadores con los datos y, de hecho, la mortalidad en las rentas m¨¢s bajas podr¨ªa ser mucho mayor de lo que se expone en el estudio. Esto se explica, aducen los expertos, por el "efecto salm¨®n": "Los inmigrantes se enferman y regresan a sus pa¨ªses de origen, lo que puede sesgar las estimaciones de mortalidad en esta subpoblaci¨®n".
Los cient¨ªficos alegan que este subgrupo poblacional se encuentra, generalmente, entre los individuos de rentas m¨¢s bajas, donde la mortalidad ya es mayor, as¨ª que se estar¨ªa subestimando el n¨²mero de muertes.
Con todo, y pese a un eventual sesgo conservador, los expertos defienden que la brecha de esperanza de vida caracterizada en el estudio abre la puerta a revisar agendas pol¨ªticas ¡°en las que la protecci¨®n de grupos altamente vulnerables, como las personas con estatus socioecon¨®micos bajos, deber¨ªa ser una prioridad¡±, apuntan.
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