¡®La m¨¢scara¡¯| Carnaval en el colegio (superado)
Una semana en la que nuestros hijos van cambiando de disfraz cada d¨ªa y hay objetivos asumibles para la mayor¨ªa de padres poco habilidosos
Han pasado d¨ªas pero a¨²n tengo pesadillas con los disfraces. El Carnaval te puede hacer pensar en Venecia o en Valle-Incl¨¢n pero si eres padre primerizo, lo asocias con estr¨¦s.
A todos los ni?os les encanta imaginar otras vidas, vivir fantas¨ªas o simplemente disfrazarse. Pero por Carnaval los colegios eso lo concretan en una circular informativa que divide los d¨ªas de la semana carnavalesca en distintas misiones imposibles.
En esta semana donde todos nuestros queridos hijos son miniMortadelos y van cambiando de disfraz cada d¨ªa, hay objetivos asumibles para la mayor¨ªa de padres poco habilidosos, como llevar calcetines o zapatos de distinto color. (De hecho esto m¨¢s de una vez lo hemos conseguido sin propon¨¦rnoslo.)
Despu¨¦s viene otro reto bastante superable: ir al cole en pijama.
En alguna ocasi¨®n, cuando la ni?a no quer¨ªa salir de la cama le hemos dicho que la llevar¨ªamos tal cual estaba vestida. Pero si esto el propio colegio lo convierte en un momento divertido, ya no s¨¦ qu¨¦ podremos decirle para que desayune r¨¢pido.
Adem¨¢s, esta petici¨®n nos abre otro dilema: ?le dejamos el mismo pijama de la noche sin ni cambiarle la ropa interior, para que viva un d¨ªa en plan rupestre? ?O hay que vestirla con un nuevo pijama y por tanto tener ya el cl¨¢sico debate a la hora de elegir las opciones?
Esta combinaci¨®n diaria de tareas carnavalescas se suma tambi¨¦n al d¨ªa de la fruta, el d¨ªa de nataci¨®n o el d¨ªa que hay que llevar la bata de recambio. El Google Calendar podr¨ªa explotar con tanto input. Al final no me extra?a que la gente acabe comprando el primer disfraz que encuentra, porque no tienen ni cabeza ni energ¨ªa para ponerse a fabricar en plan Equipo A su superpropuesta casera. (Adem¨¢s, tambi¨¦n pasa que despu¨¦s de dedicarle horas y cari?o a un disfraz ¨²nico y casero, los cr¨ªos protestan porque quieren ir de Spiderman o PJMask como sus colegas).
Nuestro carnaval es el choque entre el disfraz cl¨®nico comprado en el bazar y las obras artesanas de madres abnegadas y llenas de talento, que se han desvivido para que sus criaturas lleven algo ¨²nico y m¨¢gico.
En cada colegio, decenas de Spidermans y Batmans llenan el patio, desfilando al lado de princesas, brujas y hadas. Y para vivir m¨¢s a tope la fiesta, las profesoras tambi¨¦n se disfrazan, cantan y bailan¡ y acaban pareciendo los secuaces del Joker en el Batman de Tim Burton. Dudo que podamos olvidar esa imagen en la pr¨®xima reuni¨®n con la tutora.
(Por cierto, consejo para los colegios que montan r¨²as: Vigilad la combinaci¨®n de disfraz, entusiasmo y m¨²sica ambiental porque puedes pasar de carnaval a despedida de soltera en Benidorm y eso es algo que cuantos m¨¢s a?os tarden en vivir nuestros hijos, mejor.)
Pese al agobio de convertir a nuestros hijos en peque?os ?gathos Ruiz de la Prada, recordemos que no estamos en Brasil y no competimos para deslumbrar al jurado. Lo importante es que los ni?os se diviertan.
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