Catarsis
Ni Almod¨®var ni Zidane son clonables, justo lo contrario que Melania Trump
Dolor y Gloria, el nuevo filme de Almod¨®var, es m¨¢s que una pel¨ªcula. Es una catarsis de su autor, pero tambi¨¦n de sus espectadores. En un momento global donde todo es conflicto y tensi¨®n, la desnudez, franqueza y belleza de esta pel¨ªcula atraviesa los ojos de todos sus int¨¦rpretes, con un Antonio Banderas ¨ªntimo y bell¨ªsimo, que nos conmueve y alivia, dolor y gloria, relatando la vida de una generaci¨®n que cambi¨® Espa?a y descubriendo el pasado como si fuese otro nuevo mundo. Es el regreso de Almod¨®var a su primer deseo.
El estreno se celebr¨® con gran parte del talento de la filmograf¨ªa almodovariana, sus colores y banda sonora. El propio Almod¨®var nos lo advirti¨® al inicio de la fiesta en Joy Eslava. ¡°Esperen porque valdr¨¢ la pena el espect¨¢culo¡±. Leonor Watling y Asier Etxeandia presentaron sus versiones de dos grandes hits de Chavela Vargas, seguidos por Hugo Silva dentro del traje de Letal, el travesti que interpret¨® Miguel Bos¨¦ en Tacones Lejanos, y de ah¨ª en adelante playback tras playback euforiz¨¢ndonos hasta que el director sali¨® al escenario junto a Banderas e interpretaron Resistir¨¦, el himno con el que cierra ?tame. Desde el fondo del teatro se escuch¨® una voz, era Loles Le¨®n, cruzando la sala hasta llegar al escenario y subirse a ¨¦l para sorprender al director y a todos y cantarla como nadie. Resistiendo como nadie.
Zinedine Zidane ha resistido y vuelve al Real Madrid posiblemente para su rescate, pero tambi¨¦n para apoyar completamente al pantal¨®n pitillo en la lucha por su supervivencia. Todos sabemos que la ropa ce?ida cede ante el avance inequ¨ªvoco de la ropa amplia que ha tomado la calle dispuesta a acabar con las estrecheces del jeggin. Puede ser que para el var¨®n espa?ol enfundarse esos pantalones apretad¨ªsimos, asfixiando cualquier intento de imaginaci¨®n, es una lucha, una ¨¦pica nueva. Otro Dolor y Gloria. Mostrar culo y muslo, como una se?al de nueva masculinidad. Y Zinedine ha captado ese mensaje y en su reaparici¨®n lo convirti¨® en catarsis. ?l puede, est¨¢ espl¨¦ndido. De cara, cuerpo, culo y seguro que tambi¨¦n de estrategia. Y para que el mensaje llegara m¨¢s lejos, sus pantalones pitillo llevaban un dobladillo XL que sub¨ªa m¨¢s all¨¢ de los gemelos. Los han criticado en alguna prensa, se?al¨¢ndolos como rid¨ªculos y que significan el fin de la moderaci¨®n. Pero no, est¨¢n equivocados. El vestuario es ahora de Zidane y dispone de un buen presupuesto, 12 millones de salario por temporada, para hacer lo que considere. Y ser¨¢ toda una demostraci¨®n de elasticidad.
Ni Almod¨®var ni Zidane son clonables, justo lo contrario que Melania Trump. La prensa estadounidense ha levantado la teor¨ªa de que el presidente utiliza dobles de su esposa en determinadas situaciones. Hay sospechas de que la Melania que acompa?¨® a Trump durante una reciente visita a Alabama, es una doble. Insisten en que el pelo es peluca y la bajada por escalerilla del Air Force One no responde a su habitual lenguaje corporal. La teor¨ªa asegura que hay cuatro o cinco Melanias, incluyendo la real. Por supuesto, hay un subt¨ªtulo en esta teor¨ªa: que Melania no est¨¢ al lado de su esposo, lo que s¨ª puede ser cierto e incluso, acertado. Mientras m¨¢s se complica la presidencia, m¨¢s escurridiza resulta Melania, oculta entre imitaciones.
No debe ser f¨¢cil la Casa Blanca. ?Qu¨¦ dif¨ªcil puede ser una casa para un pol¨ªtico! Si no que le pregunten a Pablo Iglesias e Irene Montero, felices padres pero inquietos propietarios. Parece que Albert Rivera y Mal¨² buscan nido, en una de esas alejadas y protegid¨ªsimas urbanizaciones de ricos y famosos en las afueras de Madrid. Sigo mucho esta historia de amor en tiempos electorales. Mal¨² est¨¢ dejando de asistir a actos para no llamar m¨¢s la atenci¨®n y recuperarse de su lesi¨®n de tobillo. Sospecho que por m¨¢s votantes de Ciudadanos que haya en esos impecables jardines de La Florida o de La Finca, puede suceder que la atenci¨®n medi¨¢tica que anida en la pareja haga que esos mismos votantes escojan a otro candidato que no est¨¦ entre sus vecinos. Adem¨¢s, el voto hoy en d¨ªa es muy vol¨¢til, como la gasolina. Por eso Rivera, con o sin Mal¨², deber¨ªa volver al centro. Volver, como dice Mecano, al aire de ciudad, que si bien no es el m¨¢s sano, lo prefiere el ser humano. Es lo que ha hecho Zinedine Zidane.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.