El d¨ªa de gloria de Pinter
Una posici¨®n de apariencia muy tranquila se convierte de pronto en un infierno para el monarca blanco
Jozsef Pinter (Budapest, 1953) hubiera sido el jugador n¨²mero uno de la mayor¨ªa de los pa¨ªses del mundo, tal era su fuerza en los a?os de mayor brillo deportivo. Pero en Hungr¨ªa, una de las grandes potencias en su ¨¦poca -gan¨® la ¨²nica medalla de oro que no fue para la URSS en todas las Olimpiadas de Ajedrez que los sovi¨¦ticos disputaron entre 1952 y 1990-, Pinter era el n¨²mero cinco, tras Portisch, Ribli, Sax y Adorjan; a¨²n as¨ª, fue campe¨®n nacional en dos ocasiones: 1978 y 1979. El enorme talento de Pinter se ve en la partida de este v¨ªdeo, precisamente contra el ¨ªdolo nacional Portisch. La servidumbre a la verdad cient¨ªfica obliga a recalcar que la brillant¨ªsima combinaci¨®n de Pinter es incorrecta, seg¨²n sabemos ahora gracias a los monstruos de silicio. Pero resulta poco arriesgado afirmar que la inmensa mayor¨ªa de los aficionados aplaudir¨¢n su inclusi¨®n en El Rinc¨®n de los Inmortales, por su extraordinaria belleza.
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