Empleo para los j¨®venes
Reducir el paro juvenil exige activar las oficinas de empleo y de colocaci¨®n
El paro juvenil en Espa?a es un problema social enquistado al que no se ha prestado la atenci¨®n debida durante el periodo de recesi¨®n econ¨®mica, quiz¨¢ porque los Gobiernos de Rajoy se enfrascaron en aplicar pol¨ªticas de ajuste a ultranza y olvidaron poner en marcha estrategias espec¨ªficas de creaci¨®n de empleo, incluso despu¨¦s de superada la fase recesiva. En la actualidad, la tasa de paro de los j¨®venes en Espa?a triplica la media de la Uni¨®n Europea.
La incapacidad de la econom¨ªa espa?ola para procurar un empleo a las franjas de poblaci¨®n entre 24 y 32 a?os tiene consecuencias sociales muy graves que amenazan con convertirse en end¨¦micas. Impide que los j¨®venes se independicen, frustra sus expectativas profesionales, los condena al subempleo y corta de ra¨ªz el prop¨®sito de que los frutos de una buena formaci¨®n beneficien al pa¨ªs. En resumen, es un pesado lastre para el crecimiento econ¨®mico en cuanto que cercena las aportaciones de un segmento profesional bien preparado, mejor incluso que las generaciones de edad m¨¢s avanzada. Adem¨¢s, bloquea la mejora del valor a?adido de la econom¨ªa y cierra el paso a los avances tecnol¨®gicos necesarios para pasar a un modelo de crecimiento menos dependiente del turismo y la construcci¨®n. Es un drama que, por a?adidura, produce un profundo des¨¢nimo entre las generaciones reci¨¦n incorporadas al mercado de trabajo.
Editoriales anteriores
El Gobierno de Pedro S¨¢nchez aprob¨® un plan de choque para elevar el empleo juvenil en diciembre del a?o pasado. Los prop¨®sitos del mismo eran coherentes. Pretend¨ªa financiar, con una asignaci¨®n de 2.000 millones para el periodo 2019-2011, la contrataci¨®n de 3.000 t¨¦cnicos de inserci¨®n laboral y modificar el estatuto de pr¨¢cticas.
El plan de choque, sin embargo, tiene varios problemas, el principal es la escasa dotaci¨®n financiera. Adem¨¢s, act¨²a sobre aspectos muy parciales que influyen sobre el empleo juvenil. Es necesario ampliarlo y mejorarlo. Aunque el mercado de trabajo necesita en primera instancia una rectificaci¨®n razonable de la reforma laboral, habr¨ªa que complementar los cambios normativos con un funcionamiento m¨¢s activo de los instrumentos de colocaci¨®n del Estado.
El Gobierno ¡ªeste y el que salga de las urnas¡ª tendr¨¢ que activar sobre todo las oficinas de empleo para que operen como lo que tendr¨ªan que ser, es decir, oficinas de colocaci¨®n real, y tambi¨¦n las agencias de colocaci¨®n autorizadas (1.734 en toda Espa?a). Si la sociedad espa?ola tiene un grave problema de desempleo, es un desprop¨®sito que las oficinas se limiten en la pr¨¢ctica a tomar la filiaci¨®n de los parados. En la actualidad, apenas el 2% de los contratos se hace a trav¨¦s de las oficinas p¨²blicas; y apenas el 3,5% de los contratos se firma a trav¨¦s de las empresas de trabajo temporal. Si se quiere reducir el desempleo, hay que cambiar las normas sobre contrataci¨®n, y, adem¨¢s, utilizar la informaci¨®n de los servicios de empleo para casar las ofertas de trabajo con las demandas de los parados. Que es lo que debe hacer una oficina de empleo o agencia de colocaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.