Guerra en Siria
El conflicto acaba de entrar en su octavo a?o convertido en el m¨¢s sangriento del siglo XXI
La guerra de Siria acaba de entrar en su octavo a?o convertida en el conflicto m¨¢s sangriento del siglo XXI. Los combates no han acabado, pero los frentes se van extinguiendo lentamente. Sin embargo, el inmenso sufrimiento de la poblaci¨®n civil ¡ªla que se fue y la que queda¡ª est¨¢ muy lejos de haber llegado a t¨¦rmino. El nivel de destrucci¨®n es tan grande que se puede afirmar que Siria, el pa¨ªs que exist¨ªa antes de 2011, ha desaparecido. M¨¢s de 370.000 personas han muerto, unas 100.000 se encuentran desaparecidas, 12 millones han abandonado el lugar en el que viv¨ªan (5,6 millones como refugiados y 6,6 como desplazados internos sobre una poblaci¨®n de 30 millones) y 1,2 millones han sufrido mutilaciones y heridas permanentes. La econom¨ªa se encuentra arrasada, al igual que el parque de viviendas: una de cada tres se encuentra inservible.
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Todos estos datos indican que lo que necesita la poblaci¨®n civil siria es ayuda internacional para poder tener cubiertas sus necesidades b¨¢sicas porque la econom¨ªa sigue casi completamente paralizada: nadie produce ni cosecha nada desde hace casi una d¨¦cada en este pa¨ªs. Sin embargo, por encima de todo, lo que Siria necesita es una paz definitiva y duradera. El Gobierno de Bachar el Asad, con la ayuda de Ir¨¢n y Rusia, controla ya el 70% del territorio, salvo la provincia de Iblid, en parte en manos de Al Qaeda, y amplias zonas en la frontera con Turqu¨ªa e Irak, donde milicias kurdas han combatido, con el apoyo de Estados Unidos y otras potencias europeas, a los restos del Estado Isl¨¢mico, una banda maltrecha y cruel de yihadistas de todo el mundo. La ¨²ltima batalla contra el califato del ISIS, que se libra en torno a la poblaci¨®n de Baghuz, resume lo que ha representado la guerra de Siria: un conflicto internacional con una violencia despiadada contra la poblaci¨®n civil. En cuanto a la bolsa de Iblid, donde se hacinan tres millones de personas ¡ªla mitad desplazados¡ª, solo una salida negociada de las milicias extremistas podr¨ªa evitar una matanza y una nueva oleada de refugiados hacia Europa.
La guerra de Siria se desat¨® despu¨¦s de que Bachar el Asad reprimiese sin piedad una manifestaci¨®n en Deraa el 15 de marzo de 2011. Durante todo el conflicto el r¨¦gimen ha mostrado la misma crueldad hacia la poblaci¨®n civil, contra la que ha llegado a lanzar armas qu¨ªmicas y bombardeos masivos, adem¨¢s de utilizar la tortura y las desapariciones. El resto de las milicias no se han andado a la zaga en brutalidad, sobre todo el ISIS. La paz no deber¨ªa confundirse con entregar para siempre el pa¨ªs al mismo r¨¦gimen que ha contribuido a arrasarlo: el cese de los combates deber¨ªa representar solo el principio de la transici¨®n, no el final.
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