EE UU se desdice

Nuevamente la Administraci¨®n dirigida por Donald Trump ha mostrado inconsistencia al hacer apresurados anuncios de repercusi¨®n mundial para, tras revelarse simplemente sobre el papel las graves consecuencias, cambiar de postura.

Si primero fue la pol¨ªtica migratoria en las fronteras de EE UU y luego la relaci¨®n con la Alianza Atl¨¢ntica, ahora le ha tocado el turno a la presencia militar estadounidense en Siria. Se trata de un complej¨ªsimo conflicto iniciado en 2011 donde sobre el terreno est¨¢n no solo fuerzas gubernamentales y rebeldes sirias, sino tambi¨¦n Rusia, Ir¨¢n, Turqu¨ªa, las milicias kurdas, la guerrilla libanesa Hezbol¨¢, los grupos terroristas Al Qaeda y Estado Isl¨¢mico (ISIS) ¡ªentre otros grup¨²sculos de todo signo¡ª, el propio EE?UU y la acci¨®n espor¨¢dica pero recurrente de la aviaci¨®n israel¨ª. Es decir, un aut¨¦ntico y delicado avispero en el que ha habido cientos de miles de muertos y millones de desplazados y refugiados, y donde cualquier decisi¨®n no meditada puede tener consecuencias que van mucho m¨¢s all¨¢ del escenario regional.

Por eso no puede extra?ar la honda preocupaci¨®n que el pasado 19 de diciembre provoc¨® Trump cuando anunci¨® v¨ªa Twitter la retirada inmediata ¡ªen apenas 30 d¨ªas¡ª de los cerca de 2.000 militares que EE?UU mantiene en Siria. No han pasado tres semanas y el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, ha tenido que desplazarse a Oriente Pr¨®ximo para reunirse con dos de sus principales aliados, Israel y Turqu¨ªa, con prop¨®sito tranquilizador y aguar el anuncio. Y este mismo martes el secretario de Estado, Mike Pompeo, emprende id¨¦ntica misi¨®n entre los aliados ¨¢rabes.

Bolton ha explicado que no hay fecha definitiva sino que es preciso cumplir una serie de condiciones antes de hablar del calendario. Entre otras, EE?UU quiere que Turqu¨ªa ofrezca garant¨ªas a los kurdos. Ambos son aliados de Washington y enemigos a muerte entre ellos. Adem¨¢s Bolton considera que hay que asegurarse de que el ¡°Estado Isl¨¢mico es derrotado y no revive para convertirse en una amenaza¡±. Son palabras que contradicen las declaraciones de Trump, quien consider¨® al ISIS ya derrotado, y que muestran una vez m¨¢s la confusa disparidad de criterios y l¨ªneas de actuaci¨®n de la Casa Blanca.

Como viene siendo habitual, la decisi¨®n frustrada de Trump ha tenido v¨ªctimas pol¨ªticas. Apenas un d¨ªa despu¨¦s de que el presidente anunciara la retirada de Siria dimiti¨® el secretario de Defensa y exgeneral James Mattis, considerado una de las voces m¨¢s equilibradas en el Gobierno. El s¨¢bado pasado lo hizo el jefe de Gabinete del Pent¨¢gono, Kevin Sweeney. Siria se ha convertido en otra muestra de la ca¨®tica gesti¨®n pol¨ªtica y de comunicaci¨®n de la que Trump ha hecho su sello personal.