El problema de las matem¨¢ticas m¨¢s dif¨ªcil de resolver
Solo dos mujeres han ganado los dos premios mundiales m¨¢s prestigiosos de esta ciencia
La estadounidense Karen Uhlenbeck se ha convertido este martes en la primera mujer en ganar el Premio Abel, considerado el Nobel de las matem¨¢ticas y entregado desde 2002 a un total de 19 hombres. Las mujeres cient¨ªficas han sido en numerosas ocasiones desplazadas a un segundo plano y su trabajo apenas ha obtenido reconocimiento. Lo ocurrido en el Premio Abel no es una excepci¨®n. Lleva a?os sucediendo con los Premios Nobel o con la medalla Fields, una prestigiosa distinci¨®n que se entrega desde 1936 cada cuatro a?os a un m¨¢ximo de cuatro matem¨¢ticos menores de 40 a?os. Desde entonces, solo una mujer ha sido galardonada: la iran¨ª Maryam Mirzakhani en 2014.
¡°La situaci¨®n en estos premios de gran relevancia es dram¨¢tica. Al no premiar a las mujeres, parece que no hacemos cosas importantes¡±, afirma la matem¨¢tica Marta Macho Stadler, profesora de la Universidad del Pa¨ªs Vasco y coordinadora del blog Mujeres con Ciencia. Achaca la situaci¨®n a la peque?a proporci¨®n de mujeres que son propuestas para optar a este tipo de premios y a los sesgos impl¨ªcitos ¡°que hacen que ellas sean juzgadas con m¨¢s dureza¡±.
Varios estudios han demostrado que existe un sesgo sutil sobre las capacidades de las mujeres dentro de la ciencia que no solo les afecta en la concesi¨®n de premios. Un estudio publicado recientemente en la revista m¨¦dica The Lancet demostraba que ellas encuentran m¨¢s dificultades a la hora de recibir financiaci¨®n para sus proyectos. Otro publicado en PNAS en 2012 suger¨ªa que los profesores universitarios, independientemente de su g¨¦nero, eval¨²an de manera m¨¢s favorable una candidatura para director de laboratorio si va firmada por un hombre.
Existe un techo de cristal en la ciencia que impide a las mujeres llegar a los puestos de responsabilidad en las instituciones. Ana Bravo, profesora titular de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y presidenta de la Comisi¨®n de G¨¦nero del Instituto de Ciencias Matem¨¢ticas (ICMAT), niega haber sentido ning¨²n tipo de discriminaci¨®n a lo largo de su carrera, pero reconoce que ¡°es posible que algunas mujeres se encuentren obst¨¢culos y circunstancias que frenen la carrera investigadora¡±: ¡°Hacer un doctorado y continuar en la carrera de investigaci¨®n es muy duro. Est¨¢s con contratos mal¨ªsimos hasta en ocasiones los 40 a?os. A lo mejor un hombre se lo puede permitir m¨¢s porque no est¨¢ pensando en temas de maternidad que vayan a parar su carrera. Tambi¨¦n hay empresas que prefieren contratar a un hombre que a una mujer en edad de tener hijos¡±.
Solo un equipo diverso puede ser representativo de la sociedad y ayudar reducir los sesgos. As¨ª lo afirma Patricia Contreras Tejada, investigadora doctoral en el ICMAT y cofundadora de la asociaci¨®n de mujeres matem¨¢ticas WOMAT, que explica que los datos con los que los algoritmos son entrenados est¨¢n condicionados por nuestros conocimientos y prejuicios: ¡°La diversidad ¡°es crucial para entrenar a los algoritmos a no perpetrar los sesgos todav¨ªa m¨¢s¡±. Sobre todo en un momento en el que decisiones que antes eran tomadas por humanos relativas a la contrataci¨®n de personas, la concesi¨®n de cr¨¦ditos o incluso las sentencias judiciales ya son tomadas por algoritmos.
En algunas comisiones de premios o en contrataciones para investigadores est¨¢ empezando a haber observadores cuyo trabajo consiste en detectar estos sesgos, que est¨¢n presentes en todo tipo de organizaciones. Incluso en la universidad. ¡°He escuchado a profesores de mi departamento decir que piensan que la carrera ha bajado de nivel desde que hay m¨¢s mujeres estudiando matem¨¢ticas¡±, explica Macho.
Existen ¡°micromachismos y una discriminaci¨®n sutil que est¨¢ funcionando todos y cada uno de los d¨ªas del a?o¡±. Entre otras actitudes y comportamientos sexistas, denuncia c¨®mo a veces no se escucha a las mujeres, se les interrumpe o se les pide que no hablen tanto. Recuerda c¨®mo cuando ella estudiaba, detectaba comportamientos paternalistas y un trato diferente a sus compa?eros hombres que ¡°te van haciendo perder un poco de confianza en ti misma¡±: ¡°Pensaba que me gustaban las matem¨¢ticas e investigar, pero ?a qu¨¦ precio?¡±.
Falta de confianza
Pero esta falta de confianza en las chicas comienza mucho antes. Las ni?as se creen menos capaces que los ni?os a la hora de alcanzar objetivos que requieran habilidades cient¨ªficas, seg¨²n los datos del ¨²ltimo informe PISA de 2015. Macho tambi¨¦n detecta la inseguridad en sus actuales alumnos. ¡°Cuando hago una pregunta en general a la gente en el aula, ellos responden muy r¨¢pido porque no tienen miedo de equivocarse. Ellas solo dicen algo en p¨²blico cuando est¨¢n muy seguras porque les han dicho, de manera consciente y no consciente, que tengan cuidado con lo que dicen y sean prudentes¡±.
El n¨²mero de mujeres matriculadas en matem¨¢ticas en Espa?a ha descendido en los ¨²ltimos a?os hasta el 37% en el curso 2016-2017, seg¨²n datos del Ministerio de Educaci¨®n, Cultura y Deporte. Este porcentaje se mantuvo en torno al 50% de 1985 a 2005. ¡°Estamos transmitiendo a las chicas de manera inconsciente que de alguna manera eso es dif¨ªcil para ellas. Adem¨¢s, no s¨¦ que estamos haciendo mal porque tampoco vemos a tantas mujeres que quieran hacer despu¨¦s un doctorado¡±, afirma Bravo. Solo un 30% de los alumnos que cursaron en 2016-2017 un m¨¢ster son mujeres y fueron solo un 28% de quienes hicieron un doctorado.
La soluci¨®n, seg¨²n las expertas consultadas, pasa por fomentar el trabajo de mujeres referentes. En ese sentido, el premio que acaba de recibir Karen Uhlenbeck es muy importante. ¡°Empodera y da autoridad a las mujeres como cient¨ªficas de gran nivel. Nos da un subid¨®n terrible. Hay que animar a las personas a que propongan a esas grandes mujeres porque s¨ª las hay¡±, cuenta Macho.
Pese a que el trabajo de las cient¨ªficas no ha sido muy reconocido a lo largo de la historia, ha habido grandes mujeres matem¨¢ticas. El trabajo de Katherine Johnson fue esencial para que los astronautas Neil Armstrong y Edwin Aldrin consiguieran en 1969 pisar la Luna por primera vez en la historia.Emmy Noether es conocida por sus contribuciones a principios del siglo XX en los campos de la f¨ªsica te¨®rica y el ¨¢lgebra abstracta. Y hay mentes brillantes como Sophie Germain, que ya a comienzos del siglo XIX realiz¨® importantes contribuciones a la teor¨ªa de n¨²meros y la teor¨ªa de la elasticidad. ¡°Es una ejemplo de una gran cient¨ªfica que pod¨ªa haber escrito mejor sus matem¨¢ticas si hubiera recibido una formaci¨®n. A la gente les sorprende que haya habido muchas mujeres matem¨¢ticas. Las matem¨¢ticas no requieren ning¨²n instrumento. Solo requieren de tu cabeza. ?Y a qui¨¦n le pueden prohibir pensar?¡±, concluye Macho.
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