Carta abierta a El Sol
Todo iba miel sobre hojuelas porque parece ser que empezaste puntual y, como se puede comprobar en los v¨ªdeos grabados por los asistentes, se te entend¨ªa lo que cantabas
En uno de sus ¨²ltimos conciertos Luis Miguel, descontento con el sonido, decidi¨® lanzar un micr¨®fono al t¨¦cnico encargado. No me resisto a escribirle unas palabras.
Querido Luis Miguel:
Seguramente el d¨ªa lo empezaste bien entrada la tarde, en la cama de un hotel de lujo, rodeado de mujeres bellas y alg¨²n primo. No es f¨¢cil entregarte a tus obligaciones cuando oyes un coro que te suplica al un¨ªsono: ¡°Qu¨¦date amor... no te marches... Vamos a echarnos una ca?eja... ?Pues, qu¨¦ prisa tienes?¡±. En esta ocasi¨®n hiciste o¨ªdos sordos y te personaste en el recinto a tiempo. Todo iba miel sobre hojuelas porque parece ser que empezaste puntual y, como se puede comprobar en los v¨ªdeos grabados por los asistentes, se te entend¨ªa lo que cantabas. Pero siempre tiene que haber algo... ?Cu¨¢ntas veces se lo dijiste? Adem¨¢s, habl¨¢ndole despacio para que te entendiera. ?Much¨ªsimas veces! Pero no hay manera: a esa gente le da igual. Incluso parece que lo hagan adrede; que disfruten amarg¨¢ndote la vida.
Como tu m¨¢nager que, sin que venga a cuento, cada dos por tres te suelta impertinencias como: mantente sobrio, llega a tu hora, cu¨ªdate la voz... ?De qu¨¦ ha servido en esta ocasi¨®n? De nada. Todo lo ha echado a perder un t¨¦cnico chichinabesco que, por hacer mal una cosa tan sencilla (lograr que se escuchara bien), ha conseguido que te disgustases. ?Le tiraste el micr¨®fono? ?Normal! Y poco me parece; se merec¨ªa que lo emplumases. Te propongo que, a partir de ahora, adem¨¢s de las 120 rosas blancas sin espinas y las 120 toallas, exijas tambi¨¦n un barril de alquitr¨¢n y 120 kilos de plumas de ganso. ?Y qu¨¦ me dices de tus fans? Grabando sin parar todo lo que haces con sus pu?eteros tel¨¦fonos m¨®viles, para despu¨¦s hacerlo p¨²blico. ?Alima?as!
En fin, no quiero entretenerte m¨¢s, perm¨ªteme un consejo: a partir de ahora carpe diem.
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