Perplejidades
Los quince d¨ªas de rigor que preceden a la jornada de votaciones cada vez son m¨¢s un aceler¨®n final que otra cosa
La campa?a electoral a¨²n no ha comenzado. Resulta incre¨ªble, pero es cierto. Los quince d¨ªas de rigor que preceden a la jornada de votaciones cada vez son m¨¢s considerados un aceler¨®n final que otra cosa. ?C¨®mo llamar¨ªamos a lo que ha sucedido en estas semanas previas dentro de los partidos? Ha sido una varea semioculta, plagada de movimientos estrat¨¦gicos y reubicaciones, fichajes, jubilaciones anticipadas, descarrilamientos y vocaciones sobrevenidas. No ha faltado nada. La confecci¨®n de listas ha dejado al mercado de altas y bajas de pretemporada futbol¨ªstica a la altura de un pasatiempo para ni?os. Si uno atiende, por ejemplo, al caso catal¨¢n, encontrar¨¢ que las fusiones y transfusiones y los saltos de posici¨®n en lista han dado lugar a una colcha electoral llena de parches, remiendos y figuras geom¨¦tricas con m¨¢s esquinas que lados. En las formaciones cl¨¢sicas se han repetido los ajustes que ya conoc¨ªamos. Listas donde ascienden los cercanos al poder irradiador mientras que los ca¨ªdos en desgracia y los arrimados a sombras que ya no cobijan descienden a puestos de relleno o marchan a casa a hacer calceta con su rencor.
Pero lo m¨¢s interesante ha tenido lugar en las nuevas formaciones. En ciertos casos, hay tal laberinto de siglas que para ir a votar algunos tendr¨¢n que llevar chuleta. Porque uno m¨¢s o menos sabe lo que quiere votar, pero no tiene ni idea de c¨®mo se llama la agrupaci¨®n. A los que est¨¢n bendecidos por la ola a favor les pasa lo contrario. Tienen un nombre muy popular, pero carecen de gente de fiar en las listas. Una vez m¨¢s, la revoluci¨®n antisistema parece que la van a protagonizar funcionarios del Estado, personas que perciben una jubilaci¨®n ventajos¨ªsima y que pretenden encarnar la regeneraci¨®n. As¨ª de cr¨¦dulos son los votantes. Pero entre todos los casos dignos de estudio, la plaza de Ciudadanos en Castilla y Le¨®n se ha llevado la palma. El fichaje de Silvia Clemente fue tan chocante que el portavoz del PP compareci¨® para advertir que les hab¨ªan arrebatado a alguien de honestidad dudosa. Ten¨ªa que saberlo bien, pues era un cargo poderoso y longevo en su formaci¨®n en la que militaba hasta la tarde anterior. Lo que no se sabe es por qu¨¦ esperaron a verla fichar por el rival para correr a confesarlo. No es extra?o si tenemos en cuenta que en ese partido acaban de imputar por corrupci¨®n a la persona encargada de dirigir la oficina de limpieza interna.
Pero la falsa rutilancia del fichaje de Clemente le estall¨® en las manos a su nuevo partido. Primero se supo que hab¨ªa unas ligeras dudas sobre las subvenciones a empresas de su marido. Llevamos a?os bajo la insistencia medi¨¢tica en las subvenciones a artistas, pero esa estrategia de despiste impide enterarse de los diversos sectores subvencionados que andan mucho m¨¢s pegados al poder local y territorial. Un juego de enga?o que ha funcionado de dos maneras: se resguarda a quienes se lucran y se silencia bajo amenazas a quien pretenda participar en el debate p¨²blico sin estar invitado. La votaci¨®n de primarias en Ciudadanos acab¨® en esc¨¢ndalo contable. Dos y dos eran siete. A¨²n pendiente de aclaraci¨®n, nos remite a la ya habitual maniobra de utilizar las nuevas tecnolog¨ªas para trampear los resultados. Son sistemas con buena imagen, pero sin garant¨ªas de funcionamiento honesto. Por suerte, el voto leg¨ªtimo en las elecciones a¨²n es presencial. Esa es la ¨²nica buena noticia tras esta precampa?a llena de perplejidades.
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