El independentismo aprovechar¨¢ el juicio para hacer campa?a electoral

Cuando Oriol Junqueras y el resto de encausados por el proc¨¦s lleguen hoy al Tribunal Supremo y se pongan ante las c¨¢maras por primera vez en m¨¢s de un a?o no solo comenzar¨¢ uno de los procesos judiciales m¨¢s complejos de la democracia. Tambi¨¦n coger¨¢ velocidad de crucero el aparato propagand¨ªstico independentista que, m¨¢s all¨¢ de intentar evitar una condena a sus l¨ªderes, se ha propuesto convertir el juicio en una campa?a adelantada para el pr¨®ximo ciclo electoral.?Sin haber hecho autocr¨ªtica, las diferentes facciones independentistas aprovechar¨¢n los focos para tratar de imponer su hegemon¨ªa.

Los partidos independentistas han jugado la baza de sacar r¨¦dito pol¨ªtico al juicio desde el momento en el que vieron claro que la situaci¨®n de prisi¨®n provisional de sus l¨ªderes no era algo pasajero. Por este motivo, tanto Esquerra Republicana como los herederos de la vieja Convergencia han decidido presentar a varios de los acusados y a sus familiares como candidatos. Es el caso de Oriol Junqueras, presidente de ERC y que ser¨¢ cabeza de cartel republicano en las elecciones europeas. En la misma lista estar¨¢ Diana Riba, esposa del tambi¨¦n encarcelado Ra¨¹l Romeva. Los posconvergentes han optado por el exconsejero de Interior Quim Forn como candidato a la alcald¨ªa de Barcelona. Y no se descarta que Jordi S¨¤nchez acabe siendo candidato de este sector a las elecciones europeas. Otros dos exconsejeros encarcelados, Josep Rull y Jordi Turull, optan tambi¨¦n a ser candidatos si hay elecciones al Congreso de los Diputados.

Sin capacidad para hacer campa?a electoral convencional, los procesados y sus partidos han decidido utilizar el juicio para ese fin. De esta manera, Esquerra acababa de engrasar este lunes una maquinaria pol¨ªtica que seguir¨¢ el juicio en paralelo y ha designado dos portavoces para que cada d¨ªa, ma?ana y tarde, hagan una conferencia de prensa desde el Tribunal Supremo. Un dispositivo similar tienen los exconvergentes. Y la propia Generalitat est¨¢ dispuesta a dar cobertura poniendo su sede en Madrid al servicio de los corresponsales extranjeros.

La mayor parte de los procesados han expresado su intenci¨®n de basar su defensa en una estrategia pol¨ªtica. Eso es no centrarse tanto en defenderse de unas acusaciones concretas ¡ªrebeli¨®n, sedici¨®n, malversaci¨®n...¡ª como lo que ellos llaman ¡°acusar al Estado¡±. Este mismo lunes el presidente catal¨¢n, Quim Torra, segu¨ªa abonando esta v¨ªa obviando que en el juicio se analizan aspectos concretos como si los acusados desobedecieron o no las resoluciones del Tribunal Constitucional, si se intent¨® modificar el Estatuto de Catalu?a sin respetar los cauces legales o si se malvers¨® dinero p¨²blico en una consulta ilegalizada. Nada de esto cuenta, seg¨²n Torra, para quien se juzga ¡°a los 2,3 millones de catalanes que votaron s¨ª y no¡± el 1-O; el juicio es, por tanto, un proceso al proc¨¦s: la autodeterminaci¨®n. Con este argumentario el independentismo ha vuelto a paralizar el Parlament ¡ªuna vez m¨¢s¡ª y las comisiones previstas para hoy se han reprogramado.

Aunque el juicio est¨¢ muy pautado y los acusados tienen que limitarse a responder las preguntas que les formulen las partes, todos dan por hecho que habr¨¢ espacio para la proclama pol¨ªtica. En el caso de Oriol Junqueras, el simple relato que haga de los hechos anteriores y posteriores al 1 de octubre bastar¨¢ para diferenciar su opci¨®n pol¨ªtica de la de los exconsejeros pr¨®ximos a Puigdemont. Ya lo ha hecho en las ¨²ltimas entrevistas period¨ªsticas que ha concedido. En la realizada por este peri¨®dico en enero asegur¨® que la soluci¨®n para Catalu?a ¡°no puede ser unilateral¡±. Y en declaraciones a Le Figaro se desmarc¨® de la huida del expresidente Puigdemont asegurando que ¨¦l opt¨® por quedarse en Catalu?a ¡°por sentido de la responsabilidad ante mis ciudadanos¡±.

Aunque otros dirigentes de ERC siguieron el mismo camino que Puigdemont, los republicanos quieren utilizar la decisi¨®n de Junqueras de no huir como argumentario electoral. Lo mismo har¨¢n con su renovado discurso sobre la hoja de ruta que debe emprender el independentismo. Seg¨²n el argumentario de ERC, una vez fracasado el intento de octubre de 2017 ahora no se puede repetir la misma v¨ªa unilateral y, antes de volver a intentar la independencia, los l¨ªderes deben asegurar que hay suficiente apoyo popular. Y a nadie se le escapa que el independentismo sigue sin alcanzar el 50% de los votos.

Los encausados de Junts per Catalunya m¨¢s pr¨®ximos a Carles Puigdemont llegan al juicio con otro discurso. De hecho su l¨ªder, desde B¨¦lgica, sigue lanzando proclamas a favor de la unilateralidad y el ¨²nico error que reconoce es no haber proclamado la independencia justo despu¨¦s de la consulta ilegal del 1 de octubre. El exconsejero de Presidencia Jordi Turull ha asegurado en diversas ocasiones que no solo no piensa pedir ¡°perd¨®n¡± por los hechos del mes de octubre, sino que aspira a ¡°reivindicarlos¡± durante el juicio.

Pero no solo el independentismo est¨¢ poniendo el foco de su precampa?a en el juicio. Desde el mundo de los comunes, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha decidido posicionarse entre quienes cuestionan la validez del juicio. El pasado fin de semana reuni¨® en el Sal¨® de Cent, el m¨¢s noble del Ayuntamiento, a m¨¢s de 400 alcaldes catalanes para, en principio, pedir la libertad de los presos. Y pese a sus esfuerzos para asegurar que ese no era un acto secesionista, varias decenas de alcaldes no dudaron en levantarse de su asiento para corear proclamas independentistas. Colau declarar¨¢ como testigo en plena precampa?a de las municipales. Tanto su partido como ERC dan por hecho un pacto de gobierno en Barcelona si suman.

Tras el juicio todo estar¨¢ abierto en Catalu?a, incluido un adelanto electoral. El president Torra abog¨® por ello en los primeros meses de su mandato, pero en las ¨²ltimas semanas ha enfriado esa opci¨®n con el argumento de que lo que necesita Catalu?a es una respuesta conjunta a una condena que da por hecha. Habr¨¢ que ver si su Gobierno aguanta el peso de la sentencia en un momento en el que la popularidad de Torra va a la baja y sube la del principal encausado y de su partido, ERC. La precampa?a catalana, en fin, se colar¨¢ en el Supremo.